Es importante él o los momentos que se van a destinar a la relajación. Todo en exceso es malo.
La relajación se debe efectuar en la noche, al momento de acostarse y en la mañana, tan pronto se despierte y antes de abrir los ojos. Convirtiéndose en una disciplina.
En ambos casos, se debe hacer con los ojos cerrados.
Ha notado que cuando su registro de carga negativa está bajo, usted siente la necesidad de ir a comer y, cuando satisface esta necesidad se siente armonizado y lleno de energía para volver a trabajar. Lo mismo sucede con las cargas positivas, sólo que no hemos sido entrenados para tomar conciencia de este hecho. Ni siquiera se nos ha dicho que debemos hacer para recargarnos, por lo que la naturaleza es sabia y obliga al hombre a ir a descansar, cosa que hace al terminar su jornada de trabajo.
Si durante el tiempo de vigilia y por nuestras actividades, estamos bajo el influjo de la energía negativa, se hace indispensable que destinemos parte de nuestro día a recargar la parte positiva que ha quedado desbalanceada, si podemos tomar una siesta y en ella aplicar la técnica de relajación completa, notaremos que estaremos armonizados y con mayor capacidad de trabajo.
Si mayor es la necesidad de comer, mientras más hambre se tenga, más se come. Pero, que sucede cuando somos sometidos a una fuerte tensión, a un "shock", corremos a comer una fruta o una barra de chocolate, para tranquilizar el sistema nervioso, pero que sucede con el resto de nuestros cuerpos, nada, he aquí en donde debemos, de manera urgente, hacer ejercicios de respiración o hacer un breve ejercicio de relajación completa, para volver a armonizarnos.
Se come y se duerme para balancear el desgaste energético negativo, pero, por no hacer ejercicios de respiración para balancear la carga positiva y por no hacer el ejercicio de relajación completa, es que vemos a muchas personas frustradas con la vida, su familia y en sus trabajos.
Viene a nuestro recuerdo aquella frase célebre que dice: "No sólo de pan vive el hombre"