Hablar de riqueza debe convertirse en un hábito de la persona, viendo la riqueza como un conjunto de bienes espirituales y materiales que puedan reunir toda la felicidad humana. En nuestras manos está la decisión de construirla
Conseguir riqueza no es un proceso de la noche a la mañana. Algunas personas con ambiciones extravagantes e indefinidas dicen que estas lecturas son siempre de lo mismo. Resulta que la realidad de las cosas es fruto de la permanente repetición y si nosotros educamos nuestro inconciente con repeticiones positivas, todo se va a convertir en un paraíso.
Nada en la vida es gratis y hay que hacer de algún modo un esfuerzo, al menos aprender nuestro propio comportamiento. Para conseguir riqueza no hay fórmulas mágicas, pero si hay un proceso que muy seguramente quienes lo hagan bien, tendrán como satisfacción resultados inesperados que llevarán finalmente a la felicidad.
Debemos recordar que entre las mayores riquezas y que debemos conservar, están: la vida, buena salud, la familia, la honestidad, buenas costumbres, buen genio, sinceridad, buenos recursos naturales, los pensamientos positivos y otros sin los cuales una persona no puede disfrutar a plenitud.
A partir de estos bienes que la creación nos ha proporcionado, podemos construir mucha riqueza que debe significar un todo.
Energía positiva
Hay muchas teorías sobre la energía positiva, pero no queremos enredarlos con demasiada literatura, sino con algo práctico.
La energía positiva es un don sagrado que actúa en cada persona como una fuente de alimentación espiritual y corporal. La energía positiva es una acción que lleva a la persona a hacer cosas maravillosas; es una fuerza que le revela ideas; es una inspiración que le quita del camino pensamientos negativos y absurdos y lo ilumina para desarrollar pensamientos creativos y prácticos. Es aquí donde comienza la fórmula para conseguir riqueza.
Cómo conseguirla
Todo lo que hay que hacer diariamente es:
Levantarse frecuentando una sonrisa
Admirar el don de la vida y sus bienes
Tomar varias respiraciones profundas
Hacer algún breve ejercicio muscular
Tomar un vaso de agua antes de lavarse la boca
Esto no le demanda más de 15 minutos
En la noche al acostarse:
No ingerir comidas pesadas
Hacer algún sencillo ejercicio muscular
Tomar varias respiraciones profundas
Acostarse y darle órdenes al inconciente
Concentrarse sin esfuerzo en las funciones corporales, e imaginarse que todo es salud, hasta quedarse dormido.