¿Eres demasiado confiado?¿Eres de los que confían y luego se dan cuenta que no deberían haberlo hecho? No estás solo. Muchos somos los inocentes a los que nos cuesta aprender que no todos llevan una actitud clara y sana en la vida.Seguro que te ha ocurrido, has confiado en alguien que parecía digno de tu confianza y al poco tiempo, has empezado a ver señales, signos de que algo va mal, como resortes que te indican que esa persona no actúa honestamente. Y sin embargo, continúas confiando, le das otra oportunidad. Y los resortes vuelven a saltar una y otra vez, y tú continúas observando sin hacer nada. ¿Por qué?
En primer lugar, porque no sabes qué hacer y esto te paraliza. Eres de los que piensan que, si tú actúas de forma adecuada con los demás, los demás actuarán del mismo modo contigo. Pero algunos no entienden esto de la misma manera. Y es que cada cual decide la actitud que quiere llevar en la vida. No obstante, las personas que actúan negativamente, falsamente, etc., no siempre son conscientes de la huella que van dejando y que será su carta de presentación, a partir del momento en que alguien se dé cuenta de esa actitud suya, incorrecta y malsana, y lo cuente. Así de fácil. Aunque no parece importarles mucho, porque algunos van de flor en flor, dejando su marca nociva, sin preocuparles si se corre la voz, si el boca oreja cumplirá su función. Realmente, es triste que alguien tenga que ser conocido por actuar negativamente con otros, ¿no te parece?
Pero no vamos a ocuparnos aquí de este tipo de actitud, sino de lo que podemos hacer los demás, para no caer de nuevo en sus redes y sufrir las consecuencias. Piénsalo de esta manera. Ya está, ya te ha ocurrido demasiadas veces como para no saber discernir esos signos de los que te hablaba anteriormente. Los ves, los conoces, los distingues… Es el momento de actuar en consecuencia. Tú puedes evitar caer de nuevo en una actitud nociva que sólo te servirá para lamentarte después de lo iluso que eres.
Veamos los cinco pasos en los que he intentado resumir lo que puedes hacer poniendo de tu parte:
1. Has visto los signos. Los has observado y ya sabes que esa persona no actúa como te gustaría, sino que lo hace de forma que consideras incorrecta y mala para ti. Asúmelo.
2. Deja de observar. Actúa. Es el momento de ir en otra dirección. Corta por lo sano. Niégate. No le aceptes. Haz lo que sea para cortar la relación, del tipo que sea, que tengas con esta persona. No importa si es puntual o está siendo más larga de lo que te gustaría. Es el momento de que actúes diciendo NO.
3. Libérate. No des opción a que ocurra una segunda vez con la misma persona. Ya la conoces, no va a cambiar. ¿Por qué? Porque no quiere, así de sencillo. Tú no vas a conseguir que cambie y además, ¿para qué querrías conseguirlo? Eso es algo que no te corresponde a ti, sólo esa persona puede decidir la actitud que quiere tener.
4. Aprende. Es el momento de aprender la lección. No dejes que te vuelva a ocurrir ni con esa persona ni con otra nueva.
5. Saca tus propias conclusiones. Las señales de peligro indican peligro. No vuelvas a hacer que no las ves.
Una vez que sigues los pasos, es más fácil no volver a caer en ser un iluso de nuevo, tanto como para que te hagan daño una vez más.
Espero tu comentario bajo el artículo, como siempre. Y mientras, te dejo con un proverbio árabe que te servirá para recordar que la inocencia es buena, pero hasta cierto punto.
“La primera vez que me engañes será culpa tuya, la segunda vez será culpa mía.”
Fuente:
http://www.piensaesgratis.com/escribir-es-vivir/eres-demasiado-confiado