Ser amable es tratar bien a otro (o incluso a uno mismo). Sin duda, una cualidad positiva en su justa medida. Porque también hemos visto que el exceso de amabilidad no es beneficioso.
Intentando complacer a otro, la persona demasiado amable termina haciendo cosas que no quiere, por su deseo de ser aceptada y querida.
A continuación apuntaremos tres situaciones donde se manifiesta este exceso de amabilidad.
Dices “Sí” cuando quieres decir “No”
Cada vez que aceptas hacer algo que no quieres hacer, pierdes control sobre tu vida. Podrías negarte, pero te da miedo el rechazo o decepcionar a la persona que te hizo la petición.
Esto hace que te sientas mal contigo mismo y que, si te piden más y más cosas, te sientas abrumado.
Pero, ¿sabes? Tienes derecho a negarte. Tú no vives para complacer a TODO el mundo.
Tratas de que tus respuestas se adapten a lo que piensan los demás
Alguien te pregunta qué piensas (qué quieres o qué sientes) y tú le dices exactamente lo que esa persona desea escuchar. Esto es injusto contigo mismo y con quien te pregunta.
Contigo, porque pasas por alto tu individualidad (tus propios pensamientos y sentimientos) y con el otro, porque le niegas la oportunidad de escuchar lo que realmente piensas.
Mientes para que la otra persona se quede contenta, pero el coste es alto.
Tus opiniones, sentimientos y deseos tienen el mismo valor que los de otra persona. No tienes que cambiarlos sólo por agradar.
Te sientes culpable cuando no estás de acuerdo con otra persona
Dos personas pueden tener puntos de vista diferentes sobre un mismo asunto; intercambiar ideas y argumentos. ¿Por qué tenerle miedo a algo que es tan natural?
Que sí. Que a veces alguien se molesta por ello. Pero ésa no es razón para que tú te sientas culpable. Ya se le pasará.
Ten presente que puedes ser bueno, generoso, considerado, atento, como a ti te gusta, pero eso no significa que tengas que decir que sí a todo, ni que pierdas tu esencia y tu libertad.
Rompe con el miedo a decir lo que piensas. Sé asertivo. ¡Atrévete! Quien bien te quiere, te va a querer igual.
http://tusbuenosmomentos.com/2012/10/demasiado-amable/