Métodos de relajación diferentes resultan adecuados para tipos distintos de personalidad , carácter y edad.
La mayoría de personas estamos en condiciones de descubrir qué nos ayuda a relajarnos y reducir el estrés de la vida cotidiana, aunque existe una tendencia a decirnos a nosotros mismos que algo haremos mañana, en otro momento o cuando haya pasado una determinada situación.
Estos pensamientos nos hacen postergar la acción de realizar métodos de relajación que nos ayuden AHORA en la gestión del estrés y agitación mental. Mientras no actuamos, el estrés continuado va apoderándose de nuestros estados de ánimo, de nuestra salud y nuestra paz mental.
No esperes que algo o alguien fuera de ti solucione tu necesidad de paz mental y relajación, tú tienes que tomar acción para hacer por ti lo que sólo tú puedes hacer por ti. Es un acto de amor hacia uno mismo que verás reflejado en el mundo que te rodea mejorando tu percepción y la forma en que gestionas las situaciones que te traen tensión y falta de paz.
Cuando uno se siente bien nuestros recursos, en todos los sentidos, tienen un poder que está por encima de las dificultades.
Nuestro cuerpo-mente es un sistema compuesto de subsistemas, todos interrelacionados, y lo que afecta a uno termina afectando a todos los demás con lo cuál acabamos teniendo una respuesta global que nos afecta en la totalidad. No voy a extenderme en lo que es el estrés y sus consecuencias pues ya todos sabemos más o menos lo que representa de negativo en nuestras vidas, prefiero ir al grano y compartir mis experiencias y la de otras personas en cuanto a métodos de relajación que pueden ayudarte a conseguir lo que deseas.
Presta atención a estas recomendaciones que en mi experiencia son básicas para empezar a conseguirlo:
* Respiración: Piensa por un momento que debe existir una buena razón para que se nos haya otorgado la capacidad de ejercer nuestra voluntad en algo tan importante como nuestro aliento de vida.
La respiración es una de las formas más rápidas y efectivas de influir en nuestros estados.
Cuando estamos sometidos a tensión, el cuerpo reacciona con una restricción respiratoria, recibimos menos oxígeno y esto reduce nuestra energía y claridad mental.
La respiración “consciente” puede ayudarnos no sólo a relajarnos sino también a manejar nuestras emociones. Cuando sentimos miedo,rabia, preocupación, etc, solemos contener el aliento y lo que conseguimos es que estos sentimientos perduren y se acentúen. Si en lugar de eso,respiramos “a traves” de ellos,conseguimos superarlos con más facilidad.
Cómo inicio ve practicando este sencillo ejercicio:
Sentado, acostado o en el momento que lo necesites, pon tu atención en la respiración con lo cuál ya estás quitando tu conciencia del problema que te hace sentir mal, a continuación expulsa todo el aire que tengas retenido y de forma natural haz varias respiraciones lentas y profundas llenando tus pulmones sin forzar y expulsando el aire de forma más lenta todavía hasta vaciarlos, (esto provoca que tu sistema nervioso parasimpático empiece a actuar poniendo en marcha los mecanismos naturales de relajación). Procura respirar sin elevar los hombros, es mejor una respiración diafragmática en la que tu abdomen se hincha porque la zona baja de tus pulmones es la que actúa en mayor medida y es la zona que tiene más capacidad de recibir aire. Así es como respiran los bebés, verdaderos maestros en respiración natural.
Este simple acto es sumamente efectivo para que vayas notando resultados, en próximos artículos iré profundizando en el tema.
* La Gravedad: Es realmente importante que tomemos consciencia de la fuerza de la gravedad, para hacer que trabaje a nuestro favor, me explico:
La gravedad está constantemente influyendo en nuestros cuerpos, bueno tal vez menos en los astronautas…; y cuando nuestras tensiones mentales provocan tensiones en nuestro cuerpo, lo que estamos haciendo en parte, es oponernos con nuestro sistema muscular a la influencia de ella, consiguiendo estar contracturados en distintas zonas hasta provocarnos todo tipo de dolores de cabeza y muchos otros síntomas.
Cuando estés en casa o en el momento en que decidas tomarte un respiro sentado en el sofá, en la cama o donde sea, pon tu atención en no resistirte a la gravedad, deja que tu cuerpo por si solo vaya dejándose llevar por ella y notarás como tu cuerpo se va relajando, tus hombros dejan de estar elevados en tensión, los músculos de tu cara tu mandíbula se aflojan, te hundes en el sofá o en tu cama y empiezas a sentirte más ligero, tu respiración se relaja y empiezas a esbozar una sonrisa de bienestar en tu cara. Ni siquiera es necesario hacer ejercicios de tensión-distensión y otros métodos de relajación muscular que en muchas ocasiones nos da pereza ejecutar porque estamos cansados. Sencillo y poderoso.
José Boral