Destaco de antemano que los pilares básicos para manejar el estrés son la respiración y el ejercicio físico aunque sea caminar o hacer unos sencillos movimientos de gimnasia, ya que afectan directamente a la mejor circulación sanguínea del cerebro, la oxigenación y la secreción de endorfinas (neurotransmisores del placer).
Muchos métodos de relajación pueden sernos útiles en distintos momentos, independientemente del tipo de personalidad que tengamos, pero bien es cierto que para empezar a practicarlos en muchas ocasiones es preferible empezar por los que se adapten mejor a nosotros.
En el caso de personas muy activas, que suelen pensar de forma rápida y visual, es decir que piensan mucho formando imágenes; comenzar con ejercicios de relajación como la meditación sentado, puede frustrarles si les cuesta entrar en la calma mental y silencio característicos. En cambio los ejercicios que requieren actividad física pueden ser más adecuados para empezar.
Básicamente se trata de cultivar la atención plena en lo que se está realizando, estar totalmente comprometidos en el momento presente, sin analizar o “pensar” la experiencia:
Meditación caminando. En esta actividad, la atención consiste en que te centres en el aspecto físico de cada paso, la sensación de los pies tocando el suelo, el ritmo de la respiración, sentir el aire en la cara, escuchar sonidos agradables como el de los pájaros e ir observando las partes del paisaje que te gusten y te hagan sentir bien.
Natación. Aquí se trata de nadar de forma tranquila con atención al contacto del agua en la piel, la sensación de flotar, el ritmo respiratorio, sentir como los músculos se destensan, etc.
Meditación corporal. Esta es una forma sumamente efectiva para quitar tensiones y dialogar con tu cuerpo. Se trata de poner “atención” a las zonas de tensión muscular e ir realizando movimientos y contorsiones aleatorias e “intuitivas” alrededor de esa zona, permitiendo que la fuerza de la gravedad deshaga dulcemente la tensión acumulada y dejando que sea absorbida dentro del movimiento. Giros, estiramientos, movimientos sin sentido, etc, pero siempre enfocados en como se van diluyendo las tensiones en esta especie de danza improvisada que de forma absolutamente natural, tal como nos muestran los gatos y otros animales de sangre caliente como nosotros, deshacen esos nudos tensionales acumulados.
Método de relajación rápido. Cuando estamos en momentos de mucha preocupación, abrumados, con rabia, ira, u otra emoción similar, realizar unas típicas flexiones de brazos o de piernas “queman” rápidamente esa energía negativa que vivimos en esos momentos. Pruébalo, de verdad que es muy efectivo.
Yoga, Tai Chi y similares también pueden resultar sumamente efectivos para personas muy activas.
Quiero recordar que lo más importante es tomar la decisión y por lo tanto acción ahora, para realizar algun método de relajación. Esperar es la excusa que utiliza nuestro saboteador “inconsciente” para mantenernos donde estamos.
Estar con presencia en el presente es lo que más nos aleja del estrés.
José Boral