La facultad de la atención es uno de los potenciales creativos más poderosos del ser humano, y uno de los menos desarrollados y aprovechados. El poder que puede alcanzar una mente entrenada es indiscutible por aquellos quienes lo han alcanzado, es un tesoro que no todos logran, pues requiere gran determinación, participación y paciencia. El desarrollo de la mente para despertar cualidades espirituales y poder alcanzar con estas transformaciones tanto a nivel interno como externo (que en cierto sentido, es lo mismo), se conoce como Bhavanavala, (Bhavana, cultivo o desarrollo, y bala, poder) Cuando este poder está en la cúspide, se conduce al nibanna, que es el estado de iluminación al que llegan los maestros de la mente. Este estado de iluminación está libre de egoísmo, separatividad y aversión: de ignorancia.
MIndfullnes, Vipassana y Atención plena
Para lograr este estado de conocimiento avanzado, y alcanzar con la mente la conexión más profunda con el espíritu, encontramos la práctica del cultivo de la atención plena o mindfulness (que también se conoce como Vipassana).
¿En qué consiste el cultivo de la atención plena o meditación Vipassana?
Esta práctica meditativa consiste en colocar a la mente en un estado de receptividad especial, donde se registre un conocimiento exacto de lo que está sucediendo en el instante en que sucede. Lo que se logra con esta práctica es un estado de consciencia total y pleno en el momento presente, lo cual permite que la realidad se registre y se sienta tal cual es, sin emitir opinión ni juicio, permitiendo una intimidad con los sucesos y experiencias mediante un profundo estado de tranquilidad o concentración. Digamos que se coloca a la mente en el flujo total con el ahora, sin resistencia a ningún evento que suceda, como meter una barca en el rio, y sin remos subirnos a ella, permitiendo que el flujo del rio nos conduzca a donde va su corriente. Es un estado de total paz y confianza, como dejar que el rio del espíritu nos guie hacia donde debe guiarnos. Cuando esto se logra, se experimenta una calma y descanso profundos que pueden resumirse en un estado de extasis, una experiencia deliciosa, y seductora, que suele ser pasajera.
¿Para qué sirve concentrarse en el presente plenamente?
La meditación Vipassana o Mindfulness, utiliza el recurso de la atención para derribar la pared imaginaria o ruidosa que suele separar la realidad con la luz que unifica toda la vida. Lo que se logra es una conexión profunda con la realidad, se registran los sucesos tal y como son, la conciencia se baña de información pura, es decir, sin la distorsión de los juicios o parámetros de la mente condicionada, lo cual nutre de verdaderos datos que retroalimentan la mente y la elevan a un estado de mayor conciencia y pureza.
Esto es algo que realmente nutre la consciencia del ser humano en todo sentido y engrandece la mente.
¿Dónde está tu atención?
En estos tiempos modernos, es fácil separarse de la realidad colocando nuestra atención en momentos futuros o pasados, vivimos pensando en lo que tendremos, en lo que tuvimos, en lo que haremos, en lo que ha pasado y pasará. Vamos “platicando” con alguien mientras pensamos en otra cosa, nos habla el hijo y nuestra mente está en lo que nos preocupa, comemos y nos ausentamos en cosas del trabajo, etc. Difícilmente atendemos lo que ocurre en el momento presente. ¿Para que gastar tiempo atendiendo lo que comemos, lo que vemos en el parque, lo que dice alguien más, si podemos usar ese tiempo para solucionar, arreglar, etc.? Pero no nos damos cuenta que al ignorar lo que nos rodea, ignoramos también nuestra propia insatisfacción o sentimiento de irrealización.
Mindfulness para conectarse con la realidad
Pensamos que desconectarnos de lo que no queremos ver o sentir soluciona aquellos sentimientos de contradicción que nos causa la vida, pero estos sentimientos están ahí, y tarde o temprano regresan cuando menos lo esperamos. No podemos mantener por mucho tiempo el aspecto externo que tenemos que mostrar allá afuera para convivir y ser aceptados. Intentar ser agradables, esconder nuestros defectos y debilidades, así como tratar de hacer las cosas de una forma determinada puede ser un factor esencial de convivencia social, pero puede agotarnos, de repente algo nos vence y hay que confrontar con lo que verdaderamente sentimos y percibimos, no podemos fingir más nuestra desesperación, desánimo y aburrimiento. ¿Y por qué nos agotamos? Porque estamos yendo en contraflujo de la vida, la cual sucede en el momento presente.
Somos débiles, tenemos sentimientos de violencia y hay un desastre en la vida, la sentimos fría, lejana, opaca. Pero no queremos notarlo. Nos distraemos con el trabajo, las diversiones, la tele, los juegos y hasta con los éxitos. Pero todo esto es pasajero. Y aunque sabemos que hay una forma más grandiosa de vivir, sentir y ser, de alguna forma no logramos conectarnos con esa grandiosidad. Poner fin a la insatisfacción del hombre moderno es derribar el síndrome de “Si yo pudiera… tuviera… fuera….”.
¿Cómo se desarrolla la facultad de la atención plena?
Saber estar conectado con el ahora es entender que la meditación es algo activo y vivo. Es darse cuenta de la situación real en la vida, y de admitirla tal cual es, sin juicio. Realmente la meditación no puede enseñarse, pues la experiencia meditativa solo se consigue mediante la práctica del maestro meditador. Sin embargo, muchos maestros e iluminados han dejado algunas claves para lograrlo, dejando material realmente valioso, en donde siempre el primer paso consiste en la participación entregada del estudiante.
Una de las claves para empezar a practicar el arte de la atención plena, es entender que la meditación no es solamente una técnica de relajación. La meditación Vipassana también logra un estado superior de conciencia. La relajación y concentración son factores esenciales para logarlo, pero no son la meta, la cual consistiría en una purificación de la mente para influir de forma más grandiosa en la vida cotidiana, mediante el desarrollo de una introspección e inspiración renovadoras.
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