De todo lo que los padres pueden enseñarles a sus hijos, desde los buenos modales en la mesa hasta la importancia de cepillarse los dientes antes de dormir, pocas cosas son más importantes que los buenos hábitos de disciplina. Estos sientan la base para el éxito futuro del menor, ya que le enseña a trazarse una meta y cumplir con sus obligaciones en forma consistente. Para ayudar a tus hijos a ser disciplinados en su vida diaria, sigue estos pasos:
1. Modela el comportamiento disciplinado todos los días
Los niños aprenden más de lo que sus padres hacen, que de lo que estos dicen. Por lo mismo, es vital que ellos te vean mantener un estilo de vida organizado, en el que cumples con tus deberes de una forma ordenada y consistente. Ver a papá ir al trabajo a la misma hora todos los días o a mamá conciliar la cuenta de cheques el mismo día cada semana, es una lección de vida, no un sermón vacío que desoyen apenas termina. Además, así aprenden a respetar más a sus padres.
2. Asigna obligaciones y asegúrate de que se llevan a cabo
Un niño o niña que asume responsabilidades “de su tamaño” cuando es pequeño, suele convertirse en un adolescente y luego en un adulto disciplinado. Esto se debe a que entonces la disciplina no es una imposición externa, sino algo que llegó a interiorizar y pasó a ser parte de su carácter. Por supuesto, las obligaciones de que hablamos deben ser tareas que vayan de acuerdo con la edad y la capacidad de cada niño. Por ejemplo: tender su cama en la mañana, antes de ir a esperar el bus escolar; recoger sus juguetes y colocar cada uno en su sitio después de jugar; bañarse, comer o dormir a ciertas horas; ahorrar una parte de su mesada semanal para comprar ese juego de vídeo que desea. Es importante que el niño sepa que estos deberes son su responsabilidad y que debe cumplirlos, incluso cuando no siente deseo de realizarlos o prefiere hacer cualquier otra cosa. Consistencia. Esta es la clave de la disciplina.
3. Dale participación
Juntos, creen un “plan de acción” que le ayude a sentir que estas tareas son, más que una obligación, una meta personal. En otras palabras, la idea es ayudarlo a convertir la disciplina en una motivación interior. Por lo mismo, dentro de lo razonable, permite que él o ella tenga alguna decisión en cómo realiza sus tareas. Por supuesto, de acuerdo con su edad, estas deben ser supervisadas por el adulto.
4. Cultiva sus talentos y aptitudes
Las clases de dibujo, de música o de baile, y los juegos en equipo, son una buena forma de inculcarles disciplina a los pequeños. Cuando estudian o practican algo que les gusta, aprenden a respetar el tiempo de realizar esas actividades.
5. Ayúdalo a llevar un récord de sus logros
Con tu hijo, crea un organigrama o una agenda donde puedan llevar un récord de sus logros, como cuánto deposita en su alcancía cada semana, y también puedan cruzar de la lista las horas que practica en el piano, etc. Esto le permite sentir que papá y mamá están al tanto de lo que hace y lo acompañan y orientan paso a paso. Celebren juntos cuando el pequeño llegue a ciertas metas, como las 100 horas de práctica en el piano o la cantidad de dinero ahorrada. Es muy importante que no lo critiquen en forma negativa, sino constructiva, ya que esto lo ayuda a mantener un sano nivel de autoestima. También es vital que, si por algún motivo, él o ella no cumple con una meta, vuelva a retomarla la próxima vez que debe llevarla a cabo. Fallar una vez no es excusa para caer en la indisciplina.
http://vidasana.about.com/od/FAMILIA/tp/C-Omo-Inculcarles-Disciplina-A-Tus-Hijos.htm