Tenemos la energía interna que nos impulsa a ser los primeros y a competir con los demás. Esta es la energía correspondiente al planeta Marte.
Aquella energía que nos impulsa a fraternizar con nuestros semejantes y a sentir empatía, amabilidad y receptividad con los demás corresponde a Venus.
Nuestra Energía reflexiva que nos lleva a meditar y a pensar en que hacemos y quienes somos corresponde a Piscis.
La energía lúdica que nos impulsa a jugar y divertirnos es Solar. El sol sabemos bien que no es un planeta sin embargo ejerce una poderosa influencia por su movimiento, su tamaño y su cercanía a nosotros.
La energía que nos impulsa a comunicarnos con los demás corresponde a Géminis.
Aquella parte de nuestra naturaleza que necesita conservar lo que tiene y aprovisionarse de suministros corresponde a Tauro.
Escorpio nos incita a cambiar nuestra manera de ser para poder evolucionar.
El dialogo interior de nuestras energías no cesa. Mientras cocinamos, vemos televisión, hablamos por teléfono o bailamos continuamente manifestamos múltiples formas de energía en movimiento.
Estas energías internas, que tienen su correspondencia planetaria, se mueven constantemente dentro de nosotros se integran, chocan, pelean se desintegran y dialogan continuamente. Tal como sucede fuera de nosotros donde todos los sonidos externos se combinan continuamente. Nuestras energías internas experimentan los mismos procesos y formas de manifestación. Como dice el famoso principio metafisico denominado ley de Correspondencia: "como es arriba es abajo".
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