Las Personas Son Como Planetas

como bien dice el título, el concepto se refiere a que las personas nos parecemos mucho a los planetas

Todo esto, en el sentido en que concebimos la gravedad y la atracción entre ellos, con base en las leyes de la física.

Es decir, tanto seres humanos como planetas, compartimos en esencia, la atracción, la gravitación y el colapso eventual… Y ya verás a qué me refiero con todo esto.

Primero que todo, debo adelantarte que con “atracción” no me refiero ni de cerca, a lo referente al tema sexual o de amor.

Las personas contamos con Marcos de Realidad… Algunos más fuertes que otros. Como lo dije en algún momento, por lo regular quien tiene el marco de realidad más fuerte, termina absorbiendo a los demás hacia sí.

Has de cuenta como si tú fueras un planeta, y tu marco de realidad, fuera la gravedad con la que cuentas.

Dependiendo de qué tan fuerte sea esta gravedad, lograrás atraer más o menos a otros planetas o lunas que se encuentren a tu alrededor.

Y definitivamente, si existe en tu órbita algún otro planeta con una masa enorme, lo más probable es que termines siendo atraído por su gran fuerza de gravedad.

Aquí realmente importa el tamaño, pero en esencia, y pasando al ejemplo de las personas, nos referimos a la solidez del marco de realidad, o marco conceptual como tal, el que determina la potencia de nuestra atracción.

Cuando una persona tiene una concepción sobre su realidad, lo bastante fuerte, logra absorber a otros bajo sus ideas y transmitir su visión del mundo de una manera más eficaz.

O en otras palabras, logra persuadir, influenciar y motivar más fácilmente.

Sin embargo, cuando una persona tiene un marco de realidad débil, o una masa muy pequeña y una gravedad ínfima, lo que termina pasando es que ella misma se dirige hacia un atractor más poderoso.

Entonces, si no estamos siendo fuertes y atrayendo a otros, contamos con 2 posibilidades en la vida:

Terminaremos orbitando alrededor de otros entes atractores
Colapsaremos y pasaremos a ser parte del sistema más fuerte
Ambas opciones son sencillamente terribles, sin embargo la primera es corregible.

Cuando colapsamos y nos volvemos parte de algún sistema más (como por ejemplo, las lunas que se estrellan con algunos planetas y pasan a formar parte de los mismos, luego de que sus escombros se distribuyan por todas partes) terminamos fragmentando nuestra realidad, y destruyendo inevitablemente nuestro poder.

Sin embargo, cuando terminamos orbitando alrededor de otros (lo cual, debería ser evitado en primer lugar, pero no es inevitable que ocurra) lo que podemos hacer es salirnos de órbita.

Y ¿Cómo se puede hacer esto? Bueno, realmente es más difícil y le toma mucho más tiempo a un planeta hacerlo, que a nosotros, afortunadamente.

Simplemente, tendremos que reforzar nuestro marco de realidad, y hacernos más pesados y fuertes, de manera que tomemos nuestra propia órbita, y que dado el caso, contemos con objetos satélite que sigan nuestro camino.

Aterrizando el ejemplo, me refiero a los líderes y a las personas que cambian el mundo con sus ideas y sus acciones. Me refiero con la gente que todos los días sale de la pobreza y crea negocios exitosos brindando empleo a quienes esténn dispuestos a orbitar.

Y me refiero al emprendimiento puro en su máxima expresión.

Si hasta ahora has sido una luna, es hora de que te empoderes y aumentes tu gravedad para tomar tu propio camino. Nunca permitas que tu debilidad te haga colapasar en la realidad de otros.

Y lo más importante, si deseas atraer satélites a tu órbita, asegúrate de que tu camino sea noble, y garantízales que no se estrellen contigo, ni que colapsen, pues eventualmente podrás ayudarlos a fortalecerse y abandonarte para bien

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