La cualidad de la mente ha cambiado básicamente. En los días de Patanjali (el comentarista más famoso del yoga), el centro de la personalidad humana no era el cerebro; era el corazón. Antes de esto, no era el corazón. Estaba más abajo, cerca del ombligo. El centro se ha ido lejos del ombligo. Ahora, el centro es en el cerebro. Por esto han aparecido enseñanzas como las de Krishnamurti, ningún método, ninguna técnica es necesaria sólo entendimiento. Pero si este entendimiento es sólo verbal, sólo intelectual, nada cambia, nada es transformado. Se convierte otra vez en acumulación de conocimiento.
El centro no puede ser empujado a través de un método sistemático porque la sistematización es trabajo del cerebro. A través de un método sistemático el cerebro es más fuerte; recibe más energía. A través de un método caótico el cerebro se anula. No puede hacer nada. El método es tan caótico que el centro es empujado automáticamente del cerebro al corazón.
La catarsis es necesaria porque tu corazón ha sido muy reprimido, debido a tu cerebro. El cerebro ha tomado mucho de tu ser por lo cual te domina. No hay espacio para el corazón, los anhelos del corazón son reprimidos. Tú nunca te has reído desde el corazón, nunca has vivido desde el corazón, no has hecho nada desde el corazón. El cerebro siempre viene a sistematizar, a hacer las cosas matemáticamente, el corazón es reprimido. Así, primero un método caótico es necesario para empujar el centro de conciencia del cerebro al corazón.
La catarsis es necesaria para descargar el corazón, para sacar afuera las supresiones, para abrir el corazón. Si el corazón se vuelve liviano y sin cargas, el centro de conciencia es empujado más abajo; llega al ombligo. El ombligo es la fuente de la vitalidad, la fuente de la semilla de la cual todas las cosas vienen: el cuerpo, la mente y todo.
La conciencia debe ser empujada abajo hacia la fuente, a las raíces. Solo allí es posible la transformación.
Cuando tú estas en caos, el cerebro no trabaja. Por ejemplo, si tú estas manejando el automóvil y repentinamente alguien corre en frente tuyo, tú reaccionas tan súbitamente que el cerebro no puede trabajar. El cerebro necesita tiempo. El piensa qué hacer y qué no hacer. Así, cada vez que hay una posibilidad de accidente y pisas el freno, sientes una sensación cerca de tu ombligo, como si tu estómago estuviera reaccionando. Tu conciencia es empujada abajo hacia el ombligo por el accidente. Si el accidente pudiera ser calculado antes, el cerebro sería capaz de manejarlo; pero cuando estás en un accidente, algo desconocido sucede. Entonces te das cuenta que tu conciencia se ha movido hacia el ombligo.
Si tú le preguntas a un monje Zen, "¿Desde dónde piensas?", él coloca sus manos en el ombligo. Cuando los Occidentales por primera vez entraron en contacto con monjes Japoneses no podían entender. "¡Esto no tiene sentido! ¿Cómo puedes pensar desde el ombligo?".
Pero la respuesta Zen tiene mucho significado. La conciencia puede utilizar cualquier centro del cuerpo, el centro que está más cerca de la fuente original es el ombligo. El cerebro es el más alejado de la fuente, si la energía vital se mueve hacia fuera, el cerebro se convertirá en el centro de conciencia . Si la energía vital se mueve hacia adentro, en últimas el ombligo se convertirá en el centro.
Los métodos caóticos son necesarios para empujar la conciencia a la raíz, porque sólo en las raíces la transformación es posible. De otra manera irás verbalizando y no habrá transformación. No es suficiente sólo saber qué es lo correcto. Tienes que transformar las raíces; de otra manera no cambiarás.
Cuando una persona sabe qué es lo correcto y no puede hacer nada, se vuelve doblemente tenso. El entiende, pero no puede hacer nada. El entendimiento es significativo sólo cuando viene de tu ombligo, de las raíces. Si entiendes desde el cerebro, no habrá transformación.
Lo supremo no puede ser conocido desde el cerebro, porque cuando estás funcionando desde el cerebro estás en conflicto con la raíz de la cual has venido. Todo tu problema es que te has movido lejos del ombligo. Tú has venido desde el ombligo y morirás a través de él. Uno tiene que volver a las raíces. Pero el volver es difícil, arduo.
http://www.crecimiento-personal.com/meditacion_osho3.htm