Que pregunta mas rara, dirá usted (por no decir estúpida), pero muchos sabios se la han formulado a lo largo de la historia. Lo más lógico seria que no lo tuvieran, ya que no tuvieron que alimentarse a través de él durante el embarazo de sus madres, porque fueron creados por Dios, que no obviamente no había estado embarazado. Pero veamos que se opinó siglos atrás.
En la Biblia se relatan dos creaciones del hombre. En una Dios crea primero al hombre y luego a la mujer. "Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente." (Génesis 2.7) "Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»" (Génesis 2.18) "Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. / De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. / Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.»" (Génesis 2.21). Esta es la creación mas conocida por todos y por cierto muy machista.
Pero en otra parte anterior del Génesis se relata "Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. / Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. / Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»" (Génesis 1.26). Los crea a los dos juntos. En esta versión se dice que Dios los creo a imagen y semejanza suya, pero en la otra versión no se dice nada al respecto. Otra diferencia es que en la primera versión, se crea al hombre antes que a cualquier animal y en la segunda se lo crea en ultimo lugar.
La tradición católica machista prefirió la primera versión. Esta versión sigue con la serpiente y la manzana, que en realidad en ninguna parte se menciona una manzana, sino que Eva "tomó de su fruto y comió, y dió también a su marido, que igualmente comió." (Génesis 3.6). El árbol del bien y del mal estaba prohibido para Adán y Eva por Dios, así que los echó del paraíso. La mujer sacó por ese error sus dolores de parto "A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará." (Génesis 3.16). Mientras que al hombre le dió la penitencia de "«Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. / Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. / Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»" (Génesis 3.17).
En ningún lugar de la Biblia se menciona si Dios creó a Adán y a Eva con ombligo o si no lo tenían. Caín y Abel, sus dos primeros hijos, sin duda lo tendrían, pero ¿Adán y Eva?
La Caída del Hombre del Edén, era un tema predilecto de los pintores hace quinientos años, y el momento elegido para la representación era el siguiente a la Caída, cuando "nuestros primeros padres" estaban aún artísticamente desnudos, aunque pudorosamente cubiertos por una hoja de parra. Pero Adán y Eva ¿tenían ombligo? Si no lo tenían ¿no eran, como seres humanos, imperfectos? ¿Y Dios habría creado algo imperfecto? Si los tenían ¿para qué les servían? ¿Y habría creado Dios algo sin un propósito? Estas fueron algunas de las preguntas que se formularon los teólogos, y como es de esperarse no todos coincidían en la respuesta.
Mientras los teólogos y sabios disputaban, los artistas más tímidos escondían, al menos la mitad de su perplejidad, bajo los sueltos cabellos de Eva, que de paso le servían para ocultar sus pechos. Pero en Adán, era preciso tomar partido por una de las dos posturas. Unos le atribuyeron ombligo, y otros no. Miguel Angel, como para compensar la tacañería de otros, le otorgó ombligo a Adán, y como pintaba para la capilla privada del Papa (la Capilla Sixtina) y estaba en estrecho contacto con el pontífice entonces reinante, se podría pensar que esto había zanjado la cuestión. Pero como veremos no fue así, porque en 1646, el doctor sir Thomas Browne se encuentra envuelto en la controversia del lado "antiombliguísta". La atribución a Adán, dice, de "esa tortuosidad o complicada nudosidad que usualmente llamamos ombligo" es un error espantoso, no obstante "los auténticos dibujos de Angelo y otros", de los que se infiere que "el Creador afectó superfluidades o partes ordenadas sin uso ni oficio".
Algunos sabios, sin embargo, sostuvieron que Dios podía haberles puesto ombligos a Adán y a Eva, con el solo fin de poner a prueba la fe de hombres posteriores que dudaran de ello, eso es, para ver si preferían ser razonables o devotos. No van a pensar que todo esto es un invento mío. Como dije, en la Biblia no se menciona ni una vez si Adán y Eva tenían ombligo, así que ¿cómo íbamos a saber si lo tenían o no?
El pensamiento que quedó en pie fue, que sí tenían ombligo. Pero la cuestión no quedo olvidada, y volvió a salir a la luz nada menos que en 1944. ¿Dónde?, en donde iba a ser, en EE.UU. El Congreso de Estados Unidos revivió al ombligo milenario cuando una subcomisión de la Comisión de Asuntos Militares de la Cámara de Representantes, presidida por el representante Durham, de Carolina del Norte, se opuso a la distribución de "Las razas de la humanidad" a los soldados, sosteniendo (entre otras cosas) que en una de sus ilustraciones, "Adán y Eva estaban representados con ombligos". El problema era una cuestión de racismo, que se convirtió en un problema de religión, y en un ejemplo de tontería yanqui.
No puede creerse que los teólogos de los siglos pasados, estaban al divino botón y no tenían otra cosa que hacer que preguntarse y discutir sobre taradeces sin importancia. Para nosotros puede no tener importancia, pero para los teólogos de hace cuatrocientos años era un tema muy importante. Lo que sí parece idiota, es que esta cuestión saltara en la primera mitad del siglo XX.
POr Martín A. Cagliani