Un grupo de energías negativas son las que los antiguos relacionaban con el elemento fuego, así como éste se comporta, así también los seres humanos reaccionamos cuando estamos envueltos en el fuego emocional.En este capítulo vamos a estudiar lo relacionado con las emociones negativas del elemento fuego que son la cólera, el rencor, la ira y el odio.
Cuando una persona siente ira o está enojada, su expresión es muy característica, es fácil darse cuenta de que está sintiendo esta emoción negativa en su cuerpo-mente. Normalmente se llena de fuerza y de energía, su rostro se enciende, sus ojos se abren, mira con decisión, como clavando la mirada, sus manos se cierran, su respiración es agitada y continua, puede sostener la inhalación llenando sus pulmones, en el rostro se dibuja un rictus especial, su voz es más fuerte y puede ser muy agresivo al hablar, llegando muchas veces a los gritos. Busca descargar su energía en lo exterior; algunas personas que son víctimas frecuentes de esta emoción, llegan a quebrar cosas, incluso pueden golpear con sus puños o sus pies lo que encuentran a su paso.
Lo más triste de esta situación, es que el enojado ataque verbal o físicamente a sus seres queridos, porque son los más cercanos a su enojo. Esto crea en quien recibe la injuria o la ofensa un sentimiento de rencor, a veces manifiesto y en otras ocasiones oculto, que se mantiene en estado latente hasta esperar la oportunidad de salir al exterior como venganza, la cual puede estar disfrazada incluso para quien la está vivenciando, sobre todo podemos observar dicho fenómeno psicológico en la relación entre padres e hijos, entre los hermanos, entre los esposos, y en el trabajo entre jefes y subordinados.
La energía del fuego nos proporciona lo que llamamos el coraje, el cual en sí no es malo, mientras no se convierta en agresión hacia otros seres, cuando sentimos coraje es que nos estamos cargando de fuerza que podemos utilizar positivamente para lograr nuestras metas en la vida, si no existiera esta energía, seríamos muy apáticos y débiles.
Tener coraje, nos inyecta valor para triunfar, para vivir con pasión, que nos mueve a ser mejores, a luchar ante los obstáculos que se presentan en nuestro camino, para enfrentarnos a nosotros mismos y salir victoriosos. En este sentido el sentir esta fuerza del fuego es algo no sólo necesario sino maravilloso. Los grandes hombres y mujeres que han hecho cosas importantes en el mundo, es porque han tenido coraje para salir adelante, provocando esos cambios tan especiales en la vida de la humanidad.
Pero, ¿qué sucede cuando no tenemos control de esta energía?, entonces somos manejados por el fuego interior, que nos consume o bien daña a los demás, es por eso de suma importancia adueñarnos de esta fuerza que es la energía del dragón de los mitos antiguos, que los héroes buscaban con ahínco y con total determinación.
Al fuego se le relaciona con la actividad, corresponde a la energía vital de nuestro cuerpo, la cual nos proporciona el incentivo para realizar nuestro trabajo y todas las actividades físicas y mentales que efectuamos.
El coraje cuando se convierte en agresión y en violencia, daña y perjudica, sembrando el rencor, el resentimiento y el odio, enemigos todos ellos del amor y la comprensión. Los Grandes Maestros de la humanidad a través de las edades nos han enseñado que es necesario controlar esta energía y transmutarla en amor, en fuerza constructiva, en comprensión y tolerancia, en el sublime poder de la no-violencia.
Podemos sentir enojo contra nosotros mismos al equivocarnos, cuando no hacemos bien las cosas, o al no lograr lo que nos proponemos. Nos enojamos contra los demás cuando no responden a lo que esperamos de ellos, si nos fallan, al atacarnos o agredirnos, y cuando sentimos que nos ofenden con sus acciones o con sus palabras.
Nos detenemos un momento en nuestro estudio, para pedirte que tomes papel y escribas las cosas, las situaciones y las personas que te hacen sentirte enojado, o a quienes les guardas un cierto rencor o resentimiento. Este estudio es muy necesario para darte cuenta de aquello que ocasiona que esta energía del fuego se despierte en tu cuerpo-mente, sin un control adecuado.