Las emociones negativas son una de las causas por las que una persona no puede iniciar un camino de libertad emocional. La consecuencia directa de no tener control sobre ellas, es reaccionar, pero te aseguro que esta reacción no termina en un buen final. Los sentimientos son lo mejor que podemos tener los seres humanos, siempre que se los pueda controlar.
El miedo, la angustia, la desesperación o la culpa pueden inducir a cualquier persona a ceder o evadir la situación que está viviendo. Siente que sus fuerzas son escasas para encarar una circunstancia, que al final, no provocará ningún gran cambio para sí mismo.
Este tipo de emociones, produce en la mente un bloqueo que sin darse cuenta, desvaloriza a la persona. Una de las cuestiones que se le puede cruzar por la cabeza es ¿para qué hacer ese cambio? ¿Qué gano? O “él siempre es mucho más fuerte que yo, cuando lo quiero enfrentar, me grita o no escucha lo que le estoy diciendo….”
Las emociones cuando afloran al exterior, nada las puede detener. El cuerpo y la mente dan grandes señales que si no las escuchas, seguirán ahí. Es como si te ahogarán cuando quieres decir una palabra, tu cuerpo se estremece ante lo que siente. En definitiva, todo tu ser explota.
De nada sirve esconder o suprimir las emociones, en lugar de tratar de ocultarlas, ¿Por qué no enfrentarlas? Seguramente, en el momento menos oportuno, van a aflorar causando gran daño en ti y a los demás.
Las emociones negativas, pueden ser transformadas sin tener que ocultarlas o sacarlas a la luz cuando no se lo desea. La gran solución es tomar conciencia de las emociones. Se las puede controlar, siempre que lo desees. No dejes que ellas actúen por ti, sino escúchalas.
Todo esto lo podemos apreciar en nuestra vida cotidiana. Cada hecho o dicho que tenemos a cada minuto de nuestro día, nos provocan emociones. Ante esto, podemos tomar dos caminos, uno es hacer caso omiso como si nada sucediera o escucharlas y actuar para controlarlas.
Te voy a dar un ejemplo para que las personas que están emprendiendo o son profesionales, aprecien los hechos de otra manera.
Andrea tiene un socio de hace ya un tiempo, que se llama Sergio. Él siempre tomaba decisiones apresuradas y no le consultaba nada a ella. Cuando Andrea llegaba a la oficina y prendía su ordenador, se encontraba que había circulares nuevas, cosas que habían cambiado, y ella, nunca se había enterado de que se iban a realizar esas modificaciones. Pasaban muchas horas juntos en la misma oficina. Pero él no consideraba que debía consultarle las cosas que deseaba modificar.
Hasta que un día Andrea se cansó, estaba furiosa porque se había tomado varias decisiones importantes y convocado reuniones, en las cuales ella no estuvo presente. Tenía tanto fastidio, bronca y enojo, que no podía con ella misma. Su mente se había cerrado de tal manera, que no podía pensar nada más allá de gritar.
Lo llamo a su socio y le dijo: “Sergio vos siempre tomas decisiones rápidas sin consultarme y es una gran falta de respeto de tu parte”, “como te atreves a decidir algo cuando la empresa es de los dos” “no puedes hacer nada sin consultarme previamente…” y le digo muchas más frases, que llevo a toda esa situación a un nivel poco negociable.
Sus emociones eran tan fuertes, que no le dieron lugar a tranquilizarse y tratar de enfrentar la conversación de manera más pausada. Quizás después de leer este planteo, me dirás que ella tiene razón. Sin dudas que desde el punto de vista de Andrea, ella tiene toda la razón para sentirse enojada. Pero yo pregunto ¿de todo este planteo podemos sacar algo en limpio? ¿Andrea pudo ganar algo o en realidad se puso en una situación de desventaja? ¿Qué impresión causo a su socio? ¿Si hubiera planteado la situación desde otra posición hubiera sacado más provecho?
Acusar a la otra persona de una actitud o comportamiento negativo, pone al sujeto a la defensiva. La primera reacción es contraatacar. No se va a quedar callado o dejar que las cosas queden en ese plano. ¿Quién gana y quien pierde con todo este conflicto emocional?
Escuchar las emociones no significa reaccionar en forma negativa. Al contrario, se debe aprender a controlarlas y meditar antes de actuar. La persona debe sacar en limpio un aprendizaje, para que cuando tenga que enfrentar una situación similar, no reaccione agresivamente o apabullando al otro. Se debe mostrar madurez emocional.
Ahora si Andrea, planteara la situación de otra forma no sería mejor, como por ejemplo, “Sergio tu trabajo es muy bueno, siempre estas atento a todas las necesidades de la empresa, pero hace una semana cuando conversamos si necesitábamos realizar algunas reuniones con los empleados no quedamos de acuerdo en nada. Los cambios que se realizaron en la forma de presentar el trabajo, no recuerdo haber sido consultada previamente en nada que se refiera a estos temas…”
Este planteo es totalmente diferente al anterior. Éste le da la pauta a Sergio de cuáles son las conductas que le molestan a Andrea de él. No provoca en Sergio tener una postura de defensa ante la circunstancia que ella plantea, sino que lo invita a reflexionar sobre su comportamiento ante ella.
¿No sería mejor tomar acción ante las emociones negativas? Te propongo que medites cuales son las cosas que te molestan y escuches a tus emociones. Puede que aprendas a controlarlas antes de que ellas te controlen a ti.
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