Todo comienza en el momento que nos preguntamos qué es lo que queremos, y asegurarnos de que realmente es eso lo que queremos y vamos a estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para lograrlo, para así establecer con la mayor claridad nuestras metas.
Por su puesto estas pueden irse remodelando a lo largo del tiempo y la experiencia, pero es importante que las definamos lo más claramente posible y con todo lujo de detalles, en positivo, así como establecer el tiempo en el que queremos lograrlas.
Esas grandes metas, luego las dividiremos en pequeños sub-objetivos en corto espacio de tiempo, para ir asimilando nuestros pequeños logros e ir viendo resultados en poco tiempo que nos acercarán hacia nuestro objetivo, así como ver con claridad donde nos podemos quedar atascados. Esto nos motivará para seguir adelante en pos de nuestra gran meta final. Aquí nos debemos hacer varios planteamientos, como estar seguros que esos objetivos son algo nuestro, o sea que realmente es lo que nosotros queremos y no algo impuesto por terceras personas o por la sociedad. ¿Qué es lo qué quieres lograr?, ¿Por qué quieres lograrlo?, ¿Crees que es una meta realista?, ¿Por qué?
Es importante que apuntemos nuestros objetivos y siempre planteados en positivo, por ejemplo: "Quiero ganar mucho dinero", en vez de "No quiero tener deudas".