“Respetar la diferencia es aceptar una parte nuestra”
Supongamos que todos nuestros exteriores son situaciones que fluyen a favor de que uno se encuentre a sí mismo, se acepte y se ame (amor que por sí Es incondicional). Supongamos que cada otro con quien uno se encuentra representa una parte de uno mismo que tiene algo para enseñarnos. Y supongamos que es a amarnos, a aceptarnos, a re-conocernos en nuestros lugares más ocultos para alumbrarlos, o para fortalecernos en las virtudes. Hablamos de amarse, sin expectativa, ni ilusión, ni proyección, ni condiciones, el dar incondicional como por ejemplo, darse oportunidades para hallar lo mejor de sí mismo sin esperar algo en particular.
Sentir amor por uno en su totalidad incluyente sin excepción alguna.
Supongamos que cada ser tiene para entregarnos la aceptación de una parte que en nosotros mismos rechazamos, alguna actitud que en nosotros queremos cambiar y que se representa como una molestia, un valor que tenemos para descubrir en uno mismo. Por ejemplo: cuando algo genera un malestar interno prestarle mucha atención y encontrar la causa de ese sentir en uno, preguntarse ¿por qué me molesta? Y descubrirse.
Cada uno sabe que es para uno y que no. Supongamos que así lo logramos, y el cada día encontrará en uno una dinámica significativa diferente y enriquecedora para nuestro ser. Habremos reconocido todas nuestras partes y las hemos aceptado como esenciales de un todo que cada uno es.
“¿Cuál es la lógica de querer tener la razón?”
Cuando en el mundo exterior te encuentras ante un opuesto primero respétalo y respétate a ti mismo como opuesto que representas para él. Sin oponerte con violencia.
“Cada uno como es, acéptalo, déjalo o ayúdalo a crecer”
Sin luchar por convencer al otro que la razón te asiste en tu lugar y el error le pertenece en el suyo. Sólo acéptalo como diferente. Reconoce su libertad y con ello la tuya para elegir cómo actuar, cómo pensar, cómo sentir, cómo mostrarse, cómo vivir su vida. Comparte tu punto de vista y acepta con gratitud lo que el otro te quiera compartir. Comunícate. Compréndelo.
“Si dos individuos piensan distinto y ambos conocen la verdad ¿discutirán?”
Acéptalo al punto de sentir una inmensa gratitud por su existencia, por su presencia en tu día y por la manifestación de su ser. Es difícil. Y es posible.
“Aprender a esquivar el golpe es valorar la propia paz”
Dejar de enfrentarte ante quien opina, piensa, dice, siente o vive de manera diferente es ejercer tu libertad para elegir y respetar la individualidad propia de cada uno. Tú elijes. Y cada uno elije.
Por ejemplo, puedes o no estar de acuerdo con lo que esté escrito aquí y eso es correcto, de cualquier forma lo es.
“Defender la libertad individual es elegir cómo, cuándo, dónde, con quién y
si se quiere pelear”
Éste, como el tuyo al entregar tu tiempo para leer, es un momento de aprendizaje compartido, más allá de cualquier consenso o desacuerdo ¿cuál es la lógica de discutir por ello?
“Antes de querer cambiar a alguien, mira bien adónde has llegado”
“¿Qué es lo genera en uno la ilusión de que otro sea el que haga real el cambio
que uno aún no ha hecho?”
El cambio posible es el propio. Hacer real ese mundo ideal en uno. El mundo noes una idea es un grupo de seres humanos y si hay que cambiarlo, cada uno ha de dejar de hacer todo lo que quiere dejar de ver.
“¿Cuál es la raíz interna de exigir a otro lo que uno aún no logra tener para dar?”
“Si el mundo está formado por Seres Humanos, para lograr una evolución ¿cada uno qué habría de hacer?”
Tomar cada hecho que genera crítica, bronca o dolor para asegurarse evitar hacerlo es un primer paso.
“¿Cómo se elimina el veneno sin dañar?”
Cada vez que algo despierte la queja o la crítica en ti, cámbiala por algo que ayude a eliminar ese hecho. Por ejemplo: Primero asegúrate de noestar haciendo lo mismo en ningún grado. Luego desde un pensar amoroso hasta un hecho material que asista es perfecto. Por ejemplo: Te molesta la violencia? Elimina todas las formas de violencia de tu existencia, desde pensar, decir, sentir, obrar. Te irrita la delincuencia? Saca de tu vida cualquier acto que signifique estar tomando lo ajeno sin permiso otorgado, al menos verbal y sin suponer que es propio por ninguna razón. Te parece injusto tanto egoísmo? Deja de obrar (pensar, decir, sentir, hacer) con egoísmo y elije considerar que el bien común es tu propio bien; existe como posible decidir cotidianamente en base al bien de todos incluyendo a quien decide.
Hasta el momento en que llega la autoridad propia del saber, uno permanece en continuo aprendizaje. Y discutir ha sido una de las formas más utilizadas para com-prender, para entender y para conocer hasta alcanzar el propio saber. Y noes la única forma. Existen otras opciones posibles para crecer. Una puede ser prestar atención en cada instante de vida; Dejar ir cada momento ausente, sea que ya pasó o que aún no llegó, estando dispuesto con todo el ser a recibir; Otra forma es saber que el mundo exterior tiene todo para ofrecer para quien quiere aprender, de sí mismo; Optar por disfrutar cada encuentro dando lo mejor de uno, y recibiendo aquello que el otro necesita que le demos, sea cual sea su modo-hasta ese momento elegido para expresarse-, porque cuando das el primero que recibes eres tú mismo y eso también es necesario aprehenderlo; Dejar de medirse a sí mismo en relación a otro ser, comenzando a hacerlo con uno mismo, (no hay medidor humano para otro ser humano, cada uno tiene su propia unidad de medida); Aprender a compartir las experiencias aquilatadas sin esperar el consenso, la aprobación o la aceptación de la misma como verdad ajena; Encontrar los propios valores existenciales, respetarlos ante todo y ante todos, y con ello saber respetar todo y a todos; Re-conocer la libertad individual intrínseca del ser para elegir y así reconocerla en todos los demás seres; Tomar una actitud colaborativa hacia los seres que cruzamos en la vida; Aspirar a dejar la mejor huella con cada paso que se da; Hallar lo mejor de uno y entregarlo a quien quiera recibirlo.
Es como un reloj de arena, puedes primero comenzar por aceptar la libertad de elección ajena, respetar la personalidad elegida-hasta ese momento- por otro para manifestar su ser en sus formas, y valorar al ser que en verdad cada uno es, para luego hacerlo contigo. A la vuelta del reloj, entregas al otro el respeto, el valor y la gratitud que lograste contigo, mejorando-quizá-, las formas que tú recibiste en tu camino.
“Tú eres quien elige, aún cuando existan todas las justificaciones que se crean para negarse a sí mismo esa libertad que sí se tiene como parte natural del ser”