Ser un poco egoístas y emprender actividades que nos resulten gratificante es vital para obtener la energía necesaria para funcionar en el día a día, por eso es necesario cuidar de uno mismo.
Recarga las pilas
Gestionar de manera óptima nuestra energía se convierte en una necesidad, pues para afrontar todas las responsabilidades, hay que disponer de grandes dosis de energía y capacidad de acción. Además de dormir bien, comer bien, hacer ejercicio, esta gestión energética también implica hacer cosas que nos aporten mucho a nivel personal, damos satisfacciones, ver a personas que nos hacen bien, tener intereses que nos llenen. Es útil pararse a reflexionar:
- ¿Qué actividades me aportan energía? ¿Cuáles me la quitan? ¿De cuáles puedo prescindir o hacerlas de otra manera?
- ¿Quién me llena especialmente? ¿Quién me quita energía? ¿Cómo puedo minimizarlo?
- ¿Qué intereses me gustaría cultivar? ¿Qué voy a hacer?
Esta reflexión nos ayuda a tomar conciencia de nuestro “balance energético” y a encontrar maneras de optimizarlo. Por nuestro bien y el de los que nos rodean.