Si el Sol del hombre está en trígono o sextil con el Venus de la mujer (Sol en Aries y Venus en Leo, o Venus en Géminis, por ejemplo), existe comodidad en la relación. Puede manifestarse la riqueza, tanto material como espiritual, ya que la relación tiene una orientación de cooperación. El hombre es protector y capaz de asumir cargas, y la mujer es dócil y capaz de rendirse a su Apolo.
Si es el Sol de la mujer el que está en trígono o sextil con Venus del hombre, reina la armonía en la relación. Sin embargo, a estos individuos les puede faltar el desafío, y es probable que no toleren situaciones que amenacen con romper el idilio, o no sepan cómo desenvolverse con sinceridad cuando surge un conflicto, al igual que en el caso anterior. La mujer suele encontrar protección en ella misma más que en el hombre, y él se siente aliviado de tener que asumir el papel de "macho".