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| Somos mucho más que nuestros pensamientos | |
| | Autor | Mensaje |
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LyK_ maestr@
Desde : 15/05/2013 He aportado : 1876
| Tema: Somos mucho más que nuestros pensamientos Lun Feb 13 2017, 09:03 | |
| ”Imagínese que usted es una casa llena de muebles. Los muebles no son y nunca serán la casa. Los muebles son lo que contiene la casa o lo que está dentro de ella. La casa sólo da cabida o contiene a los muebles y le da el contexto para que puedan funcionar como tal. Ahora, si consideráramos a los muebles como buenos o malos esto no diría nada sobre el valor de la casa, porque una cosa son los muebles y otra la casa. De la misma manera, lo que usted piensa o siente no conforma su identidad, no es usted” La distancia que mantenemos para salvaguardarnos del mundo y de los objetos que lo conforman desaparece cuando se trata de nuestros propios pensamientos. Estos productos mentales se vuelven dominantes y les otorgamos un papel privilegiado en una realidad que, cuanto menos, distorsionan. A lo largo del día experimentamos infinitas emociones y surgen en nosotros incontables pensamientos. Y tendemos a actuar en base a ellos de forma irracional y subjetiva, estableciendo una relación de causa – efecto. Buscando su explicación, el porqué de su existencia, conectándonos con ellos, fusionándonos. Es indiscutible que todo este material emocional y mental forma parte de nosotros, pero no necesariamente somos nosotros en su totalidad. No deja de ser algo pasajero que debemos aprender a dejar ir, a dejar fluir. Porque somos mucho más que eso, somos mucho más de lo que sentimos ahora, mucho más de lo que se nos pasa por la cabeza. Porque sigue existiendo una parte de nosotros que permanece más allá del ahora. Así pues, a lo largo de nuestras vidas aprendemos a reaccionar ante nuestros pensamientos, emociones, sensaciones y recuerdos. Y la función que llegan a ejercer dichos eventos privados será determinante en nuestro desarrollo y crecimiento personal. Podemos asumir al pie de la letra nuestra mayor intimidad o bien tomar perspectiva para poder tener cierto control sobre este material explosivo que empieza a condicionar nuestros latidos. Para conseguir lo segundo, aprender a regular nuestra conducta a nuestros deseos y aumentar el bienestar, debemos saber diferenciar y comprender las tres dimensiones de nuestro yo: – El yo conceptual: pensamientos y emociones que conforman la historia que cada uno va creando de sí mismo. Interpretaciones, razones, recuerdos y expectativas en relación a nuestro pasado, presente y futuro. – El yo como proceso: tomar conciencia del yo conceptual en el momento en el que ocurre. Nos permite discriminar contenidos muy diversos sobre nosotros y crear un sentido personal mucho más flexible. – El yo como contexto. Se trata del contexto común que se abstrae de todas nuestras experiencias y nos permite sentir que somos el contenedor de todas ellas. Que son parte de nosotros sean placenteras o desagradables. Por ello, no debemos identificarnos con con alguna de ellas en particular, sino con todas en general. De esta forma podemos tomar perspectiva y adoptar la libertad suficiente para elegir qué hacer en base a nuestros valores e intereses a largo plazo, más allá de la literalidad de nuestro pensamiento en un determinado momento. Eso si, no podemos aprender a diferenciarnos de nuestros pensamientos si no nos damos las oportunidades necesarias para que emerjan de forma numerosa e incontrolable. El problema no es sentir o pensar de forma negativa, es algo inevitable; la clave está en cómo reaccionamos ante esa negatividad y cómo nos acabamos relacionando con nuestro interior. Los pensamientos van y vienen, no dejan de ser nubes que tiñen nuestro horizonte pero que acaban marchando y devolviendo claridad a nuestro paisaje vital. Solo aceptando esto y desvinculándonos del significado literal de los pájaros que anidan en nuestra cabeza podemos comprometernos con una identidad que trascienda lo puramente superficial. https://lamenteesmaravillosa.com/somos-mucho-mas-que-nuestros-pensamientos/
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| | | LyK_ maestr@
Desde : 15/05/2013 He aportado : 1876
| Tema: Tú eres más que el dolor que estás sintiendo Lun Feb 13 2017, 09:05 | |
| Tú eres más que el dolor que estás sintiendo. Eres más que ese sufrimiento que surge desde lo más profundo de tu alma. No eres tu dolor, ni tu sufrimiento. Eres mucho más que un sentimiento, por invasivo que sea. Piensa que no naciste con este dolor y que has vivido mucho tiempo sin haberlo conocido. Por tanto TÚ eres más grande que todo esto. Tu persona abarca más mundos que ese en el que te has adentrado. Quizá muchas veces te hayas visto entrando (o más bien cayendo) en un pozo profundo donde has sentido que la oscuridad y la incertidumbre eran tus únicas compañeras. Precisamente porque eso es lo único que ves, porque es lo que te rodea, piensas que no hay nada más. Que se acabó. Piensas que estás abocado a una vida de negrura y desasosiego constante. Sin cambios. Como en una espiral agónica y eterna… Esta es una sensación normal cuando uno está metido dentro de ese pozo. Miras hacia arriba y la salida te parece inalcanzable, miras a los lados y solo hay paredes que nos impiden ver el exterior… Cuando uno “no puede” ver el exterior, es muy difícil que consiga explorar a este como medio para distraerse y crecer. El dolor en nuestra vida tiene un sentido que hemos de poder escuchar De ahí la impotencia tan inmensa que sentimos cuando caemos hasta estas profundidades, de ahí también la frustración de los amigos y familiares que quieren ayudarte. ¡Tienes que salir! ¡No puedes estar así!… Da la sensación de que para los demás, caer en ese pozo no tiene sentido, porque ellos ven muy fácil desde lo alto el camino de salida. Incluso pueden culpar a la persona que está en el pozo porque piensan que han elegido estar ahí. Precisamente toda caída alberga un sentido y, cuanto más grande es, más tiempo de asimilación necesita. Un diálogo interno con uno mismo, desde la honestidad y desde la verdad. Escucharse, incluso recibiendo palabras que hacen crujir nuestro interior, son actos de valentía. No hablamos de quedarnos estancados en este pozo negro y oscuro, pero sí de entender qué ha precipitado nuestra caída en él. Desde ahí, y solo desde ahí, podremos comprender esta etapa de nuestra vida con sentido. Porque es una etapa. Una etapa que debíamos vivir y por la que debíamos caminar. Una vez comprendido el sentido de esta experiencia en nuestra vida, en la globalidad de nuestra vida, podremos estar preparados para evolucionar y vivirnos como un TODO. No solo como nuestro dolor. Ignorar el mensaje del dolor no debería ser el camino a seguir La manera de acatar el dolor no es ignorándolo. Es entendiendo aquello que nos está queriendo decir. Como cuando tenemos alguna enfermedad leve… para saber cómo erradicarla hay que entender qué enfermedad es y por qué ha aparecido. Una vez ahí podremos tratar los síntomas. Pero de nada sirve eliminar el síntoma sin poder entender por qué ha aparecido o, mejor dicho, PARA QUÉ ha aparecido. La psicología que trabaja el ámbito de la prevención se dedica precisamente a esto. Entender cómo se ha originado un problema. Una vez entendido este podremos trabajar para que no vuelva a suceder. Por todo ello todos somos más que nuestro dolor. Nuestro dolor tan solo (y no es para menos…) nos habla de quiénes somos, de aquello que nos falta, de aquello que hemos de cambiar o de aquello que hemos de aceptar muchas veces… Pasa de la visión de túnel a una más amplia y realista Como, por ejemplo, en el duelo por un ser querido. La muerte es una realidad que hemos de asumir. No podemos eliminar ese dolor, no tiene sentido ir en contra de una tristeza completamente lógica. Es un trance que hemos de asumir e integrar en nuestro relato. Ese punto “oscuro” en nuestra vida acaba dándonos, paradójicamente, mucha luz. Nos da una visión más lúcida y real de la persona que somos. Somos MÁS que ello. Aumentemos el campo de visión. Hay más allá de este pozo negro. Hay más luces, hay más pasiones, hay vivencias y experiencias, hay ilusiones y hay deseos por cumplir. Pero es importante entender que si solo ves negro es porque estás en ese momento del camino. No porque no haya nada más, no porque todo esté perdido. Si tienes claro que tu visión es limitada estás dando un paso inmenso Es simplemente que solo estás mirando con ese caleidoscopio de “túnel” con el que tantas veces miramos las cosas. Entendiendo esto ganarás más espacio y más visión. Poco a poco irás volviendo a ver todo lo que está a tu alrededor. Tan solo es cuestión de que puedas entender esto desde una visión más realista y global. “Solo en la misma medida en que el hombre se compromete al cumplimiento del sentido de su vida, en esa misma medida se autorrealiza” -Víctor Frankl- Desde aquí mandamos mucho ánimo a todas las personas que se encuentren en este pasaje de la vida. https://lamenteesmaravillosa.com/tu-eres-mas-que-el-dolor-que-estas-sintiendo/
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| | | LyK_ maestr@
Desde : 15/05/2013 He aportado : 1876
| Tema: No pienses en un elefante rosa Lun Feb 13 2017, 09:06 | |
| Los pensamientos son un producto natural de nuestra mente. Los seres humanos tenemos esa capacidad: pensar sobre lo que ocurre a nuestro alrededor e incluso pensar sobre nuestros pensamientos. Hay pensamientos de muchos tipos: positivos, negativos, evaluativos, inferenciales… y dependiendo del que alberguemos, podremos sentirnos de una forma u otra. Ya lo decía el filósofo griego Epícteto, no son las situaciones ni los hechos de la vida los que te perturban, sino la interpretación que sobre ellos haces. Es decir, las emociones son esclavas de nuestros pensamientos e independientes, en gran medida, de aquello que acontece en nuestras vidas. Los seres humanos tenemos un miedo terrible a experimentar sensaciones negativas. Aceptamos, más o menos, tener dolor de cabeza de vez en cuando, calor, frío…pero nos cuesta horrores abrazar a aquellas emociones cuyas manifestaciones son desagradables. Para evitarlas, bien huimos de los problemas que creemos erróneamente las provocan, o sencillamente evitamos pensar, para de esta forma librarnos del sufrimiento. El efecto rebote de los pensamientos Los pensamientos son elecciones nuestras, están bajo nuestro control y por lo tanto podemos desecharlos, mantenerlos, modificarlos, cuestionarlos… En numerosas ocasiones, cuando estos pensamientos son de carácter negativo, tóxicos o desesperanzadores, intentamos por todos los medios suprimirlos. Hacemos un esfuerzo por eliminarlos de nuestra cabeza y ponemos en marcha estrategias tan infructuosas como decirnos a nosotros mismos que lo que estamos pensando no es verdad, que no va a ocurrir; o bien imploramos que se marchen de nuestra mente. También intentamos no pensar, distraernos con algo que nos aleje de esa maraña de ideas negras y que por arte de magia las elimine para siempre. Con estos métodos, comprobamos que no ocurre lo que pretendemos, que los pensamientos no solo no se va, si no que cuanto más luchamos en contra de ellos, con más fuerza se instalan en nuestra cabeza. Compartir ¿Por qué ocurre esto? ¿No deberían irse esos pensamientos si me obligo a no pensar en ellos? La respuesta es que no, debido al efecto rebote. ¿Qué ocurre si te digo: no pienses en un elefante rosa? ¿Qué acabada de aparecer en tu mente? Un elefante, ¿verdad? Lo que ocurre es que el lenguaje tiene un poder enorme sobre los pensamientos y emociones y el hecho de que una palabra vaya precedida de una negación “No pienses en…” no provoca que dejemos de pensar en ello, sino al contrario. El hecho de que la palabra o palabras prohibidas que suscitan nuestros pensamiento estén contenidas en la frase que nos decimos a nosotros mismos “No pienses más en que tu pareja te ha dejado” provocan que automáticamente aparezca en nuestra mente que efectivamente “nuestra pareja nos ha dejado”. ¿Por qué? Porque siempre, para negar algo, primero tengo que pensar en ese algo. Así, esto ya hace que la imagen o la palabra que quiero evitar irrumpa en la mente. Es por esta razón que no es conveniente evitar pensar para no sufrir, ya que estaremos creando el efecto contrario al deseado. Distraernos de forma momentánea puede funcionar durante un tiempo breve, pero los pensamientos volverán de nuevo. Para conseguir librarnos de los pensamientos negativos la estrategia no es huir de ellos, enfadarnos con ellos o luchar en su contra. La clave está en dejarlos ahí, dando vueltas en nuestra cabeza, observar que existen pero sin juzgarlos bajo ningún concepto. Esto se consigue teniendo claro que nosotros no somos nuestros pensamientos; es decir, tenemos que distanciarnos de ellos, desvincularnos. El hecho de que yo piense algo no significa que en realidad esté de acuerdo con esa idea o que esta sea real. No confundamos el dejarlos estar con obsesionarnos y pensar más de la cuenta. Esto es igual de improductivo. Si alimentamos los pensamientos, apegándonos a ellos, también haremos que aparezcan con más intensidad. Simplemente acepta que eres un ser que produce pensamientos, ya sea en forma de imágenes mentales, palabras, sonidos… y eso no quiere decir que sean reales o tengan nada que ver contigo. Obsérvalos al igual que puedes observar un lunar que tienes en el brazo y no te parece muy atractivo. De la misma manera, habrá pensamientos que no te agraden, pero no intentes hacer un esfuerzo activo por eliminarlos. Puedes mirarlos, reírte de ellos, dejarlos fluir, anotarlos si quieres o cuestionar su veracidad y modificarlos, pero jamás proponerte la tarea de eliminarlos directamente. Piensa que cuanto más practiques, más automatizarás este hábito y más libre te sentirás cada vez que los pensamientos negativos pretendan anidar en tu mente y apoderarse de tus emociones. https://lamenteesmaravillosa.com/no-pienses-en-un-elefante-rosa/
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