Miles de pensamientos llegan a nosotros a través de nuestros sentidos. Y sin embargo no tenemos todo aquello sobre lo que pensamos. Son aquellos pensamientos recurrentes, que nosotros aceptamos, los que ingresan a nuestra conciencia lo que en realidad manifestamos.
Cuando nosotros pensamos insistentemente sobre algo y sentimos una emoción fuerte con respecto a eso estamos provocando su manifestación. Estamos creando.
No podemos estar todo el día controlando cada uno de nuestros pensamientos, yo no lo consigo, pero si podemos acostumbrarnos a observar nuestros sentimientos.
Los sentimientos son la herramienta más valiosa en el proceso de creación. Nuestros pensamientos siempre nos provocan una emoción y hay solo dos tipos de emociones, las que se sienten bien y las que se sienten mal.
Los sentimientos son indicadores instantáneos de nuestros pensamientos, es imposible que nos sintamos bien si estamos pensando mal y viceversa.
Un poco más difícil se pone la observación cuando podemos dejar correr nuestros pensamientos porque en realidad el sentimiento que nos provoca no nos incomoda.
En estos casos el pensamiento recurrente se convierte en una pauta, algo que damos por sentado y que se manifiesta en nuestra vida únicamente por causa de nuestra aceptación.
Pautas mentales que nosotros aceptamos de la sociedad existen miles, y todas ellas en realidad son solo pautas mentales, no son la realidad.
Son pensamientos aceptados por nosotros, muchos de ellos ni siquiera cuestionados, simplemente tan repetidos.
La razón por la cual esos pensamientos se manifiestan es la aceptación de los mismos. Claro que también podemos pensar que eso no es así. Y será como tú creas.