El desconocimiento de algunos temas nos llevan a crear "leyendas" y "mitos" que no se acercan a la realidad. Nos dejamos llevar por ello y perdemos la oportunidad de conocer y experimentar por nosotros mismos cosas que bien pueden ser una buena herramienta para nuestra vida.
Y ello es lo que pasa con la Meditación, ideas preconcebidas que te hacen creer que no es para ti, aunque en realidad no sabes como funciona.
Una de las ideas equivocadas es creer que solo meditan personas que siguen una filosofía o un camino espiritual.
Si bien es cierto que la meditación es una herramienta esencial para algunas religiones, no es algo que sea exclusivo para ellas. No necesitas tener una creencia religiosa para practicarla.
La necesidad que te lleva a practicar la meditación es querer estar bien, estar más tranquilo, equilibrar estados emocionales desequilibrados, estar más concentrado en tu presente, conocernos más.
Es útil para todos y nos aporta buenos beneficios para situaciones de estrés, de responsabilidad,...para crecimiento personal.
Para obtener su beneficio no es necesario meditar horas, podemos estar haciendo 20 minutos diarios y obtener sus beneficios, para el cuerpo y la mente. Lo que importa , más que el tiempo, es la constancia que pones en ello.
Estar un rato cómodo, sin forzar posturas ni situaciones, y dejarte llevar por la observación silenciosa, por la atención en el aquí- ahora, da igual si estás sentado, andando o comiendo.
Con la meditación puedes observar tus pensamientos, tus acciones, tus emociones; y observarlas para comprender tus estados, y sin identificarte en ello poder rectificarlos, sin dar vueltas innecesarias.
Por cierto, no hay excusas, el estado de relajación es un estado innato, no vale decir "yo no sirvo" "yo no puedo"... y mucho menos "no tengo tiempo", para empezar con 10 minutos diarios es suficiente.
Y dejar la mente en blanco. ¿? No exactamente. Se trata de bajar el ritmo mental de pensamientos, que los pensamientos que van y vienen no me interesen en ese momento; se trata de que eres tú quien controla ese momento, por medio de tu respiración y la observación en estado presente, y no dejarte llevar por nada.
Se trata de no dejarte vencer, de retornar a ese estado al que parece ya no estamos acostumbrados, el de conciencia plena, ...de ti, ...de tu Ser!
¿Meditamos?