El doble, dentro del árbol genealógico, es aquella persona o personas con las cuales existe una afinidad (muchas veces inconsciente) muy grande, y de la cual heredamos programas (vivencias, conflictos, enfermedades, conductas, etc.). Es por este motivo por el que muchas veces nos dirán “me recuerdas mucho a tu abuelo” o “es que eres igualito a tu tío” y cosas así.
Podemos ser doble de los que “duplican” o de los que “reparan” el programa. Esto lo voy a explicar con un ejemplo muy sencillo.
Imagina que eres doble de un abuelo que es alcohólico. Si eres doble de los que duplican el programa, ese programa te va a llevar a ser alcohólico o a tener algún tipo de adicción parecida. En cambio, si eres doble de los que reparan, es muy probable que no te guste nada el alcohol, y sobretodo no soportarás a la gente que bebe mucho. También podrías reparar siendo ayudante en alguna asociación de ayuda a los adictos, e incluso casándote con uno o una.
El inconsciente, a veces, tiene mucho sentido del humor y podemos vernos duplicando o reparando programas de maneras diversas y muy sutiles.
En ocasiones, la persona de la que soy doble tuvo un conflicto en vida que no solucionó, y yo puedo somatizar ese conflicto. Pondré un ejemplo, para ayudarte a verlo más claro. Pongamos que eres doble de una tía que no pudo tener hijos, porque por el motivo que sea “se le pasó el arroz”, es decir, se le pasó el tiempo y no los tuvo. Ella vivió esto en silencio y sintiendo que el tiempo se le escapaba. Como tú eres doble de esa tía, podrías somatizar un problema de tiroides (la tiroides es un conflicto de tiempo “me falta tiempo, se me escapa el tiempo, etc.”).
¿Cómo se de quien soy doble en mi árbol?
Puedes ser doble por muchos motivos, como por ejemplo:
– Si te llamas igual que alguien de tu familia, automáticamente eres su doble. (En los nombres compuestos, puede ser que tengas el nombre exactamente igual, o que coincidas en uno de ellos. Ejemplo: Si te llamas María Jesús, y tu abuelo se llama Jesús, automáticamente eres su doble. También hay que tener en cuenta que si te llamas Pepe, y tienes una abuela que le dicen Finita y un tío que se llama José, dado que el nombre es el mismo, eres doble de ambos.
– Si tienes un parecido físico muy importante, eres doble. Todos en la familia podemos tener cierto parecido físico, pero cuando el parecido pasa a parecer una fotocopia, seguro que eres doble.
– Por las fechas de nacimiento, muerte y concepción.
Hay que tener claro que ser doble de alguien no es ni bueno ni malo, simplemente quiere decir que vamos a heredar sus programas. Heredamos muchas cosas positivas para nuestra experiencia de vida, y otras que pueden ser muy limitantes. Nuestra naturaleza es vivir en coherencia, en equilibrio y paz interior, si no vives de esta forma, es muy probable que estés duplicando o reparando algo. Es ahí cuando puedes recurrir al árbol transgeneracional y mirar arriba.
Recuerda que el árbol no se mira de arriba hacia abajo, pensando “¿qué me puede pasar?”, sino de abajo arriba, “¿qué me pasa?, y de ahí parto a buscar la lógica de mi árbol”.
Por último, el trabajo del árbol transgeneracional es un “juego de perdón”, (entendiendo como perdón el “no juicio” y la comprensión total de que lo que pasó, fue siempre lo mejor que pudo pasar… o dicho de otra forma, lo que pasó fue lo posible, y desde el Amor todo tiene sentido), aunque para llegar a él se requiera de destapar lo que estaba oculto, esa famosa sombra de la que hablaba Carl G. Jung.
-Saúl Pérez Sánchez