La mejor forma de explicar ciertas cosas es a través de metáforas. Así es como Jaume Soler, fundador y presidente de Fundació Àmbit Ecologia Emocional y Maria Mercè Conangla, directora del Instituto de Ecología Emocional, en su libro El cansancio moral, hablan de una de las epidemias más grandes del siglo XXI, como si fuera un virus: la desmotivación.
Es común encontrarnos cada vez con personas con estados de ánimo negativos, abrumadas, cansadas, sin perspectiva ni ganas de hacer nada. “La contaminación emocional masiva es mucho más fácil que el siglo pasado”, asegura a el diario español El País María Mercè Conangla quien además explica que esto se debe a la facilidad de expandirse mensajes desesperanzados gracias a las redes sociales y otras formas de comunicación digital. ¡Es así como se convierte en un virus que contagia fácilmente a muchos! Además, tenemos una tendencia natural a enfocarnos más en las cosas malas que en las positivas que nos suceden a nosotros y en nuestro entorno, lo que acentúa el cuadro de esta “enfermedad”.
Ahora, como todo virus, este también tiene algunas formas de combatirse. Acá te dejamos 8 formas para alejar la desmotivación:
Acepta la incertidumbre: No podemos controlar todo y a veces es imposible predecir lo que va a suceder en un futuro próximo. Esto nos inyecta elevadas dosis de preocupación, ansiedad y estrés.
Piensa en oportunidades: De cada situación podemos tomar enseñanzas, y conociendo nuestras habilidades y destrezas, podemos convertir cada obstáculo en una oportunidad para crecer y ajustar nuestro rumbo. Si te sientes desmotivado, busca a tu alrededor qué oportunidades tienes para sentirte mejor.
Usa el sentido común: “Cuando sufrimos emocionalmente debemos revisar las respuestas que estamos dando en los diferentes ámbitos de nuestra vida. Una de las claves que vamos a tratar en la búsqueda de este antídoto es la gestión del sentido. ¿Tiene sentido lo que hacemos? ¿Podemos darle sentido? ¿Están nuestras acciones alineadas con la esencia de lo que somos y con nuestros valores personales?”, nos dicen los especialistas.
Deja tus miedos: Los miedos nos paralizan y pueden, incluso, frenar nuestro desarrollo personal. Aprende a reconocerlos y a enfrentar las situaciones en las que el miedo te ataca, para poder seguir adelante. Cuando consigues tus objetivos, tu motivación se verá renovada una y otra vez.
Pon atención a tus palabras: Las palabras tienen un poder importante sobre nuestra mente. Comienza a poner atención en lo que dices, lo que lees, lo que escribes y enfócate en un discurso más positivo.
Enfrenta comentarios negativos: Muchas veces recibimos ofensas, críticas y agresiones de otras personas que nos desmotivan. Es imposible anularlas por completo, pero sí puedes trabajar porque te afecten lo menos posible, tomándolas desde un punto de vista constructivo que te ayude a crecer como persona.
Controla la impotencia: Haz planes concretos, define pequeños logros y celebra cada vez que puedas alcanzarlos. Es usual que nos tracemos proyectos gigantescos que en el camino se hacen imposibles de conseguir, por lo que caemos en episodios de frustración.
Maneja el sufrimiento con inteligencia: Ya lo dijo Buda, “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Quedarnos enganchados en las experiencias negativas no hace más que disminuir nuestro ánimo y alejarnos de un estado de bienestar
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