Para empezar, no existe una definición consensuada sobre el término “fortaleza mental“, pero cualquiera puede acercarse bastante a lo que significa comparándolo con lo que es la “fortaleza física“.
La palabra “fortaleza“, aplicada a la persona, se asocia con brío, vigor, resistencia… y de eso es de lo que vamos a hablar.
Hay un colectivo que refleja muy bien en qué consiste la fortaleza mental: los deportistas, y eso que algunos dicen que éstos entrenan más el cuerpo que el cerebro.
No es así. Cualquier deportista de competición ha de entrenar su fuerza mental tanto como la física. Es la fortaleza mental la que hace posible que el deportista no se hunda y siga luchando cuando tiene el marcador en contra o está siendo superado por sus rivales.
Componentes de la fortaleza mental
La fortaleza mental es un arma indispensable cuando se participa en actividades competitivas (deportivas, laborales o estrictamente personales) y también cuando se lucha por conseguir un objetivo a largo plazo.
Dicha fortaleza está firmemente ligada a la motivación; crece gracias a ella. Para desarrollarla, hemos de reforzar sus principales componentes, que son éstos cinco:
Autodeterminación: Capacidad para fijarse un objetivo.
Concentración: Capacidad para mantenerse enfocado en esa dirección.
Control: Capacidad de mantener el equilibrio anímico.
Autoconfianza: Conocimiento y convicción sobre las propias capacidades.
Resiliencia: Capacidad de sobreponerse y dejar atrás las circunstancias adversas.
Entrenamiento
El entrenamiento más eficaz es la práctica diaria en torno a los componentes que hemos mencionado, claro. Pero no pienses que es costoso o muy complejo. El único inconveniente que puede haber es que a uno “se le olvide” y al día siguiente lo retome. Eso sí, al igual que el fortalecimiento del cuerpo, lleva su tiempo.
La fortaleza mental se desarrolla fundamentalmente gracias a algunos asuntos de los que hemos hablado en anteriores artículos. Destacamos los siguientes:
Practicar la actitud mental positiva todo lo que se pueda.
Alimentar a diario la motivación.
Concentrarse en los pequeños pasos.
Tener paciencia, indiscutiblemente.
Evitar compararse con los competidores, si los hay. Tienes que concentrarte únicamente en tu propio desempeño.
Asumir los errores y sus consecuencias; aprender lo necesario de ellos y dejarlos ir. Mantener el enfoque al frente.
Consecuencias
La consecuencia directa más deseable es el triunfo: la consecución del objetivo que se desea.
Sin embargo, cuando se trata de una competencia, no todos ganan. Hay incluso quien merece el triunfo por su esfuerzo y queda desbancado por otros.
En ese caso, la fortaleza mental que has desarrollado impide que caigas. Nada ni nadie te derrumbará. Hay nuevos rumbos, nuevos caminos y tú mantienes las ganas de luchar y la fuerza necesaria para seguir caminando.
Parcialmente basado en: Develop Mental Toughness, de Ralph Jean-Paul.
http://tusbuenosmomentos.com/2011/04/desarrolla-tu-fortaleza-mental/