¿Por qué dejarlo todo al final de la jornada estándar y dedicar casi otra más a crear una web con tus compañeros de blog? ¿Y por qué hacerlo todos juntos y no desde casa, cómodamente en pijama y recostado en el sofá?
Señores, los motivos se me hacen evidentes después de dos semanas junto a mis amigos en esa dinámica de trabajo:
1º.- La ilusión compartida crece en uno mismo multiplicada por tantos como colaboren en ella al tiempo, algo insólito para mí hasta el desarrollo de la web de Máximo Potencial o, al menos, con tal intensidad, pero de una trascendencia vital para los proyectos, puesto que el mismo efecto se produce en todos los intervinientes y, al final, se crea un campo de fuerza imparable.
2º.- La participación de varias personas verdaderamente implicadas en cualquier tema incrementa la intensidad de cada decisión que se toma, de tal manera que el resultado podría decirse que ha sido filtrado por tantos estratos como intervinientes, un garante casi infalible de encontrar la excelencia como compañera de viaje.
3º.- Existe una motivación extra entre los componentes del equipo si todos ellos son competentes que resulta realizadora, ya que se genera un sistema similar al de relevos en una carrera ciclista donde un grupo se destaca y pertrecha para no ser alcanzado por los demás. Se supera, de ese modo, el sistema habitual de pelotón ciclista en el que uno o unos pocos tiran del mismo y los demás se dejan ir a la inercia de su rueda.
4º.- La búsqueda común del objetivo regala un ámbito de mayor acercamiento entre los miembros del equipo y potencia su relación personal; las bromas, las llamadas al esfuerzo, los momentos de descanso y descompresión (en nuestro caso con música lírica y chocolate siempre, ja, ja,…) unen más fuertes los lazos entre todos y este punto también se resuelve básico para la continuidad de los proyectos.
5º.- Porque aprender a concentrarse entre muchos es demostrar mucha más concentración. Y ese entrenamiento es impagable: te convierte en un ser que sabe enfocar, aun no estando solo, y que al mismo tiempo está más receptivo a todo aquello que aporten los demás, pues el criterio de aceptación de mejoras sobrevenidas por otras aportaciones se incrementa.
6º.- Y porque, en definitiva, es mucho más divertido. Y más sano. Y… ¡más humano!
Bueno, es evidente que aconsejo el trabajo en equipo de todas, todas, algo que las nuevas generaciones sí que están asumiendo desde las escuelas y que para mí posee valores fantásticos que no podemos perdernos los más talluditos. Mi experiencia ha sido inolvidable y forjadora de mejoras, de ahí que os lo cuente y homenajee, de paso, al resto de mis compañeros.
© 2013 José Manuel Sánchez Serrano - @JMSanchezSerran -
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