Independencia EmocionalLa gente de hoy cree que es emocionalmente independiente.
Lo triste, es que la mayoría de ellos están totalmente equivocados, principalmente porque asocian las emociones y la libertad o la independencia, con la satisfacción de realizar actividades, que ellos creen que han decidido realizar.
Un ejemplo claro de esto, es el control o la independencia emocional que se siente al ser nosotros mismos quienes compremos un producto alimenticio consumible.
Nos sentimos independientes, porque pensamos que tomamos la decisión de comprarlo, y porque aparentemente logramos nuestro cometido.
Sin embargo, no nos damos cuenta de que fuimos inducidos a la compra a través de una persuasión publicitaria, que bien pudo crear en nosotros un deseo que antes no existía.
De igual manera, cosas similares ocurren en las relaciones personales. A veces creemos que somos independientes emocionalmente, pero lo que ha ocurrido es que otras personas (consciente o inconscientemente) nos han inducido a tomar ciertas decisiones.
Esto nos obliga a ponderar el hecho de si efectivamente tenemos o no por el momento control sobre nuestra vida, y nuestras emociones. Y también nos lleva a tomar la decisión de buscar la independencia total.
Esto, principalmente porque la independencia total nos puede ayudar a ser los verdaderos dueños de nuestro destino, y a liberarnos de las ataduras del emocionalismo.
Cuando estamos emocionalmente atados a algo o a alguien (e incluso a ciertos estados mentales) tendemos a racionalizar todas las decisiones que tomamos, e intentamos convertirlas en algo razonable.
Buscamos excusas o justificaciones que nos lleven a determinar por qué no somos independientes. Todo ocurre bajo un nivel de autoengaño que pasa tan desapercibido, que algunas personas sencillamente no lo notan durante toda su vida.
La cuestión es que si no te propones ser independiente emocionalmente, te verás en problemas cuando quieras ser feliz y las condiciones hayan cambiado.
Por ejemplo, si estás enganchado emocionalmente a un tipo de negocio, y llevas años en él, lo más probable es que si las condiciones de mercado cambian (como ocurrió con el telégrafo y el teléfono) te sientas mal y creas que todo fue tu culpa, eso sin contar, que podrías no estar muy motivado a probar una alternativa diferente.
¿Cómo lograr la independencia emocional? Bueno, ese realmente es tema de un artículo aparte, sin embargo, muchos de los conceptos de la Independencia Absoluta, también aplican a las emociones.
Te recomiendo entonces proseguir con el siguiente artículo que escribí hace algún tiempo:
http://www.sebascelis.com/independencia-absoluta/Fuente:
http://www.sebascelis.com/independencia-emocional/