Cuando nos sentimos vulnerables, son muchas las circunstancias y las razones por las cuales nos dejamos afectar profundamente por lo que nos dicen o nos hacen los demás. Ganar equilibrio emocional, serenar la mente, fortalecer la confianza en nosotros mismos y ganar entusiasmo y optimismo, hará que nos sea más sencillo evitarlo y responderles con conciencia y serenidad.
Podemos cambiar esas circunstancias que amenazan nuestro bienestar y la buena relación que mantenemos con otras personas si estamos dispuestos a asumir el control de nuestra vida emocional, a canalizar el estrés, a mantener la calma, a tener una buena actitud, a dejarnos de sentir víctimas de los demás, a ser más pacientes, tolerantes y flexibles en todo momento.
Sanar nuestras heridas emocionales y asumir la responsabilidad de nuestros actos nos ayudará a vivir de una mejor manera.
Somos absolutamente responsables de las palabras que usamos para expresarnos, de elegir el momento en que lo haremos y de usar el tono emocional más adecuado para no causar más confusión o malestar del que ya experimentamos. Si bien no podemos controlar o evitar las reacciones de los demás, sí podemos expresar nuestras inquietudes de la mejor manera, con calma, valor, honestidad y mucha responsabilidad.
Tomemos la decisión de no aceptar las emociones negativas que otros nos quieren dar a través de sus actitudes y comentarios.
Claves para no dejarte enganchar emocionalmente
Maneja tus reacciones. Reconoce el comportamiento equivocado, porque si debido a tu frustración o estrés, atacas, solo empeorarás la situación. Es importante que aprendas a reconocer las razones de tu rabia, cuáles son las actitudes o las situaciones que la disparan en ti, para que puedas manejarla y canalizarla.
Cúbrete de teflón. No dejes que otros dejen caer su ira sobre ti, debes estar atento a reconocer cuándo alguien está sobrecargado y prepárate para no aceptar ninguna de sus provocaciones. Nunca respondas con ironía, burla o superioridad.
Practica un "calmo control". Ante cualquier situación que te irrite o te moleste profundamente, no reacciones inmediatamente, cuenta hasta diez o hasta cien si fuese necesario, respira profundamente y cálmate. Esta herramienta te ayudará a pensar para actuar con conciencia en lugar de reaccionar.
Respira profundo varias veces. No te dejes llevar por la impaciencia. Recuerda que los demás actuarán diferente de ti; aprende a reconocer los aspectos positivos de su participación o presencia en tu vida. Colócate en el lugar de ellos y ajusta tu nivel de exigencia.
Establece límites sanos. Si los conflictos y las ofensas se mantienen en la relación sin que la otra persona se muestre interesada en buscar las herramientas o la orientación necesarias para darle solución, puedes establecer límites para proteger tu salud emocional, mental y física.
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