He conocido varias relaciones, donde uno de los comportamientos más notorios es el deseo de controlar a la pareja. Este control puede ser evidente o muy sutil, y van desde “sugerencias” repetitivas, sobre cómo vestirnos, con quien relacionarnos, hasta actitudes más agresivas, como espiar, o hacer escenas frente a otras personas. En este artículo me gustaría ahondar un poco al respecto, y mostrarte que puedes hacer para comenzar a superar este tipo de comportamientos para evitar conflictos en tu relación.
Cuando se produce la necesidad de controlar a nuestra pareja, esta siempre surge de uno de los sentimientos negativos primarios: El miedo. Podemos tener miedo de no manejar las situaciones como nosotros creemos que deben ser manejadas, miedo al abandono, al que dirán, etc. Algunas personas controladoras parecen tener una coraza de aparente seguridad, pero cada uno de sus actos está motivado por el miedo. En definitiva, cuando buscamos controlar a nuestra pareja, nos estamos dejando dominar por este sentimiento.
El miedo puede nublar la razón, y hacernos creer que debemos controlar la situación. En este caso, controlar la vida de nuestra pareja. Por ejemplo, podemos sentir la necesidad compulsiva de saber dónde está, con quien está, o también podemos querer controlar cómo hace las cosas, es decir, creemos tener el derecho de decirle a nuestra pareja como tiene que enfrentarse frente a determinadas situaciones, porque nosotros conocemos el camino correcto. Pensamos que si no actuamos de esa forma, entonces de alguna manera, las cosas pueden ir muy mal. Esto solo aumentará la frustración en nuestras vidas. Por definición no podemos controlar casi nada de nuestro exterior. Cada vez que ponemos el foco de nuestro ser en lo exterior, perdemos nuestro centro. Siempre el punto de atención debe estar puesto en tomar conciencia de nuestros propios actos. Sin embargo, hacemos totalmente lo contrario. Nos preocupamos de cómo los demás, o nuestra pareja, manejan su propia vida. Este error de apreciación es el que provoca mucho dolor y crisis de pareja.
Puede resultarte útil pensar en lo siguiente: En última instancia, el intento por controlar a nuestra pareja, controlar como tienen que desarrollarse los acontecimientos, no eliminara el miedo. Esto es así, porque el control es una manifestación del miedo.
¿Puedes reconocer cómo el miedo está detrás del deseo de control? Es importante reflexionar sobre esto, si es que sientes que la lucha por el control esta dominando tu relación de pareja. Es posible que esta forma de actuar no sea algo de lo que seamos conscientes y es por eso que es necesario investigar en nosotros mismos si es que ese miedo existe. Cada vez que nos molestamos porque nuestra pareja no hace las cosas de la forma que nosotros creemos correcta, si no se comporta como nosotros esperamos que lo haga, incluso, no se viste como nosotros pensamos que debe vestirse, entonces estamos cayendo en la ilusión de controlar diversos aspectos de su vida para que se amolden a lo que estimamos aceptable.
Si nos hacemos consciente de nuestros propios actos, entonces dejamos de sentir la necesidad de controlar nuestra relación. Puedes hacerte la siguiente pregunta, para identificar, si es que estás comportándote de esta forma negativa:
¿En qué aspectos intento controlar a mi pareja?
En el caso que identifiques alguno en particular, pregúntate, ¿A que tengo miedo, si es que no puedo controlar eso?
El miedo no es real, es una construcción de nuestra mente, un muro, que nos impide disfrutar plenamente de una relación de pareja satisfactoria.
Roberto Doussang