El amor en pareja se ha idealizado y se han creado muchas expectativas en base a sueños. Aunque es algo que muchos están buscando y también esperando, pocos dicen llegar a sentirlo con la fuerza que esperan. Se cree que este amor debe ser como la fusión de dos para convertirse en uno, el perder el control, hasta llegar a perderse uno mismo. Se espera que el amor nos vuelva tan locos que lleguemos a ser vulnerables a la otra persona. Se espera que llegue a ser una mezcla entre el amor y el miedo, amor por la persona, pero también el miedo de perderlo. Este ideal de amor no es amor; es una forma de estar con alguien sin estar en paz o en armonía, porque siempre hay miedos y también control sobre quién da más.
Este tipo de amor se vuelve un amor de control, un amor donde no solo se controla uno mismo para ser perfecto para la pareja, sino también el controlar todo lo de la pareja. Esta relación lleva a terminar por asfixiar a la pareja y también a que en lugar de querer estar al lado de la pareja, lo que se quiere es alejarse cada vez más de ella.
Reconocer que están en una relación de control o controlando a la pareja es difícil. Unas preguntas que pueden ayudar son: ¿demando atención?, ¿pido cumplidos constantes?, ¿es necesario controlar el tiempo, dinero y todo lo de mi pareja?, ¿me enoja que los demás no hagan lo que quiero?, ¿todo lo que hago es por mi pareja?, ¿mi idea de una relación es que siempre hay que estar juntos?
Si alguien se siente identificado con estas preguntas significa que hay una relación de control, no una relación de amor. Entonces, si lo que se busca es tener una relación sana, una pareja par, una relación en la que el amor sea real y los dos quieran estar juntos, las siguientes recomendaciones ayudarán a ir creando este camino de pareja, hacia una relación real y no imaginaria.
La pareja no es un empleado o subordinado, no se puede exigir atención o cariño. Si hay necesidad de esta atención, lo mejor es usar ese tiempo libre en actividades que nos ayuden a conocernos y aceptarnos.
Si hay una sensación de sentirse rechazado o no tomado en cuenta, primero hay que analizar y escucharse para saber si esa sensación es real o imaginada. Luego hablarlo con la pareja para que vaya entendiendo nuestras emociones y haya empatía.
Los chantajes y berrinches no son parte de una relación sana ni constructiva; solo llevaran a que nos vean infantiles e inmaduros.
El estar en pareja es aprender a tomarlo en cuenta para decisiones, a escuchar y conocer a la pareja para darle su lugar; no se vale imponer.
Una persona que controla es alguien que tiene mucho tiempo libre, entonces hay que empezar a ocuparse de uno mismo. Hacer actividades con amigos o individuales donde no solo nos hagan sentir bien, sino que también tengamos temas de conversación con la pareja, para que nos admire.
Aceptar a la pareja tal cual es, no se vale querer cambiar, porque así ya no sería la persona que al inicio nos gustó.
Las mentiras para llegar a controlar no son buenas; solo agotarán y alejarán. Así que hay que aprender a poner límites y asumir responsabilidades de cada uno, para tener una relación madura.
El amor, al ser un sentimiento positivo, se debe vivir así en pareja, de forma positiva y de crecimiento. Así que el amor real es la unión de tareas y aprendizajes. Es donde los dos se comprometen a trabajar por y para la relación y, lo más importante, aceptar a la pareja tal cual es.
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