A veces las relaciones de pareja vienen determinadas por sentimientos poco saludables, como la dependencia, la obsesión, la neceisdad o la posesión. Cuando tu pareja intenta limitar tu libertad, cambiar tu forma de ser, alejarte de tus amigos y vivir única y exclusivamente para él, puedes quedar atrapada en una relación muy destructiva si no sabes cómo pararla a tiempo. Nos preguntamos qué es lo que hace que una persona pueda llegar a confundir algo tan generoso como es amar a otra persona, con esa pretensión de posesión que aparece en muchas parejas.
Eres mía
Amar y ser amada es una de las mayores aspiraciones de las personas. Es evidente que todas necesitamos sentirnos queridas, por los amigos, por la familia o por nuestra pareja. Y el vínculo de amor que se establece entre una pareja es una de las emociones que más disfrutamos.
De ahí a pensar que la persona que amas te pertence, va un abismo. Sin embargo, es muy frecuente ver cómo muchas mujeres dejan de salir de con sus amigas, cambian de forma de vestir y hasta de aficiones, sólo por no disgustar a una pareja que necesita tener el control de la relación.
Un control que puede llegar a destruirte si la persona posesiva es lo suficientemente sutil como para disfrazar su inseguirdad de un amor inmenso e intenso. Porque es en la inseguridad de una persona en donde nace esa necesidad de controlar a la pareja, de pensar en ella como una pertenencia que no debe dejar escapar.
Controlar el sentimiento de posesión
Convivir con un hombre posesivo es una tarea difícil y muchas personas se preguntan por qué hay mujeres que soportan esta situación. Si el sentimiento de posesión es enfermizo puede manifestarse en forma de maltrato psicológico, con lo que la víctima queda anulada para ver la realidad.
Y poco podemos hacer si no eliminanos de nuestras conciencias el concepto de pertenencia en el amor, si no dejamos de entender los celos como una demostración de amor y si no empezamos a establecer nuestros propios límites en las relaciones.
Es fundamental dejar bien claro desde el principio de la relación que no estás dispuesta a renunciar a tu vida, sino simplemente a compartirla. Y si reconoces algún signo de inseguridad en tu pareja, sin llegar a extremos, no estaría de más reforzar su autoestima asegurándole que le quieres y que es la persona a la que has escogido libremente.