Cuando sufrimos la pérdida de una relación amorosa, es probable que sintamos como si todo el mundo se estuviera derrumbando delante de nosotros. Quizás pensemos que ya nunca volveremos a sentirno completos nuevamente. Es difícil adaptarse a la vida en soledad, y encontrar la fuerza para seguir adelante, recuperarse y reconstruir nuestra vida. La buena noticia es que todo esto sí es posible.
La separación de un ser amado o el divorcio es una situación difícil, pero también presenta oportunidades para el crecimiento personal. Tenemos ahora la opción de estancarnos al elegir vivir en el pasado o de elegir resurgir de las cenizas, superar nuestras limitaciones, y dejar atrás el pasado para lograr mayores y mejores cosas.
Si hay algo que ciertamente provoca el divorcio, es estrés. Con la presión emocional con la que estás lidiando, así como el dolor que llevas, el estrés financiero, la batalla por la custodia de los chicos, y todo lo demás, no es de sorprender que te encuentres estresado al máximo. Este estrés puede actuar como un asesino silencioso, causando un alto riesgo de contraer enfermedades crónicas y condiciones de salud débiles.
Deberás encontrar, sin demora, una forma de controlar y reducir estos niveles de estrés que estás sintiendo dentro tuyo. Déjame recomendarte la meditación. Muchas personas se muestran escépticas ante estos métodos y piensan que caer en este tipo de prácticas “raras” no les traerá ningún beneficio. Pocas personas conocen el verdadero poder que la meditación tiene, no sólo para lidiar con el estrés de un período de divorcio, sino con respecto al equilibrio personal, la concentración mental, y la tranquilidad y estabilidad contínua.
El estrés produce algunos cambios sobre el cuerpo físico, a saber: nuestro corazón late más rápidamente y con más fuerza, nuestra respiración se acelera y agita, la adrenalina es bombeada en altas cantidades hacia todos los rincones de nuestro cuerpo, y además, se liberan hormonas que, en un período prolongado, terminan siendo tóxicas y peligrosas para nuestro cuerpo.
Si bien este mecanismo es una defensa y señal de alarma que el cuerpo realiza al detectar una situación de peligro para nuestro ser (por ejemplo, ante una situación de robo o agresiva, que nos ponga en peligro), la liberación de estos mecanismos por razones cotidianas (como el trabajo, o problemas de pareja, etc) hace que se mantengan durante un tiempo prolongado, produciendo graves daños en el cuerpo.
La meditación, al combinar la respiración, con la concentración, focalizando en la liberación de pensamientos y bloqueos insconscientes que nos perjudican, genera un estado físico de paz, baja frecuencia de latidos cardíacos, oxigenación limpia de la sangre, relajación de órganos y músculos, quietud mental que trae una sensación de estabilidad, estimulación para la eliminación de toxinas acumuladas, y más.
Anímate a adentrarte en la meditación. Puedes realizarla de muchas maneras. La manera básica y recomendada de meditar es: sentado, en silencio, con tus piernas cruzadas, focalizando tu mente sobre tu respiración, la cual debe ser plenamente por la nariz, observando cada pensamiento sin involucrarse con ellos, dejándolos ir, y concentrándonos nuevamente en la respiración. Hay muchas otras formas, y aunque todas ellas traen beneficios, la que más beneficios trae es la meditación silenciosa y básica. No lleva más que unos pocos minutos. Puedes empezar con cinco minutos e ir incrementando esta cantidad de tiempo poco a poco.
Levanta las piezas del pasado, guarda lo bueno en tu corazón y crea una vida mucho mejor. Rescata tu felicidad.
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