Reconocer que estamos equivocadas y que no nos asiste la razón no es tan difícil.
Lo difícil es cómo decirlo sin sentirnos frustradas o humilladas.
Una de las aspiraciones más comunes en el ser humano es tener la razón. Esto genera que sin darnos cuenta, tendamos a intentar convencer de nuestras ideas al resto de las personas, con todos los argumentos posibles.
Y esto es aplicable a la pareja.
Queremos tener la razón a toda costa y esto es muy común. Todo comienza usualmente cuando escuchamos lo que el otro dice y lo procesamos de forma diferente, imprimiéndole nuestra propia opinión. La diferencia entre lo que se dijo y lo que se escuchó es el comienzo de una discusión en la que las dos partes intentarán convencer al otro de que su postura es la correcta.
Saber escuchar y lograr interpretar los dichos y gestos de nuestro interlocutor es la primera de las acciones que debemos asumir y fundamentalmente cuando se trata de nuestra pareja. Esto ayudará sin duda a evitar pequeñas discusiones inútiles y en la mayoría de los casos nos gratificará encontrando que son más las coincidencias que las diferencias.
Pero si tenemos que reconocer que no tenemos razón, lo mejor es abordar inmediatamente el tema y no sentir herida nuestra autoestima. La dilatoria sólo contribuye a que se magnifiquen las diferencias en la mente de ambos y en cambio el reconocimiento de una postura errada nos hará sentir más plenas, fortaleciendo nuestra autoestima.
Escuchar, reconocer, transmitir, ésta es la clave.
http://www.areafemenina.net/2012/09/problemas-de-pareja-como-decir-que-no.html