Ma, te presento a mi novia
La relación entre suegras y nueras tiene muchos aditamentos para resultar explosiva. La madre del varón lo ha criado con especial devoción. Pero un día el nene llega con la noticia de que está de novio. Y una madre sabe reconocer cuando la amenaza es preocupante: “ésta si le pegó fuerte”, sienten en su interior.
Y cuando llega el momento de irse de casa para formar su propio proyecto, la suegra siente que algo le es arrebatado en la vida. Ese sentimiento suele denominarse ‘síndrome del nido vacío’, y acelera en la madre el instinto de acercarse más que nunca a su hijo.
Entonces comienza toda una historia nueva, ya que la pareja joven se enfrenta a una nueva realidad, donde comienzan a descubrir que cada cual proviene de hogares diferentes, con costumbres, ritos, creencias y estilos de vida distintos. Ambos comprenden cuánto peso tiene la familia de origen del otro, y en especial las madres, que no se resignarán tan fácilmente a abandonar a esas criaturas de quienes se ocuparon toda la vida.
Pará un poco
Los chistes de suegras nos hacen reír, pero en la vida real, la tensión por la influencia de una madre que no tiene límites y que invade a la pareja, puede ser insoportable. Muchas son irritantes porque interfieren en el nuevo hogar: opinan de todo, cambian la posición de los muebles de la casa, deciden a qué hora se debe comer, levantarse, como administrar la economía, como criar a los hijos y qué cocinar. Y si salen todos juntos, ellas van del brazo del hijo, dejando atrás a la nuera, caminando sola.
No aceptan que su hijo haya decidido formar su propia historia. Creen que son la mujer más importante en la vida del hijo, y no pretenden compartirlo con alguien que les cae mal o les parece que no está al nivel de lo que su “nene” se merece. Siguen pretendiendo imponer sus puntos de vistas, tal como lo hacían cuando los hijos vivían en su casa.
Por supuesto que no todas las suegras son insufribles. Por lo general lo son aquellas cuyos hijos son muy malcriados o a veces, cuando ellas han desarrollado el rol de madre y de padre. El problema empeora cuando el hijo asume una posición neutral y pasiva, dividido entre la mamá y la esposa, permitiendo que la mayor se involucre a su antojo.
No debe subestimarse el efecto que una suegra invasiva puede tener en una pareja. Las relaciones pueden dañarse porque la esposa se siente atacada y sola, temiendo a que él no la defienda nunca. Los esposos se ponen a la defensiva, sintiendo que atacan a su mamá querida. Es por esto que una mala relación con la suegra puede convertirse también en una mala relación con el marido.
La estrategia para sobrevivir a una suegra
La clave para tener una buena convivencia es generar una sólida y abierta comunicación con la pareja. Al exponer con naturalidad lo que le pasa, la esposa puede abrirle los ojos al marido. Es importante no criticarlas ni atacarlas, sino plantear sinceramente aquellos comportamientos o actitudes que la afectan. Y no anticiparse a los hechos. Esperar a que sucedan cosas concretas, y describirlas lo más claramente posible. Esto evitará que la pareja sienta que el comentario es malintencionado.
Debe intentarse comunicarle a la suegra, con paciencia y buena predisposición, las normas de la casa y cuáles son los límites que ella tiene que respetar.
Otro desafío es el esfuerzo por comprender a la madre de la pareja, a quien también le pasan cosas, y está reaccionando así por miedo o inseguridad. A pesar de los embates, hay que probar con el trato cordial y respetuoso, manteniendo los límites, pero sin dejar de ser abiertas y tolerantes del proceso.
También es inteligente asumir que es posible que haya que bancarse a la suegra, y en la medida de que no sea un incordio, crear una coraza de amable indiferencia. Hay cosas más trascendentales que irritarse con la suegra.
Las cosas en su lugar
Al principio, y mientras la nueva situación se reestablece, las cosas se ponen ríspidas. Algunas mujeres llegan a pensar que su matrimonio está en riesgo, y que no serán capaces de soportar los embates de sus suegras.
Al comienzo, la influencia de las madres puede ser de mucho peso, lo que suele repercutir en la relación entre los recién casados. Es vital que las esposas principiantes sean capaces de poner límites claros a la invasión de su familia política, pero también lo es el que desarrollen la capacidad de convivir como un sistema familiar nuevo.
Pero no todo es responsabilidad de los recién casados: lo ideal es que las madres (y los padres) de la pareja reciente guarden la distancia debida, y que aprendan a reconocer su propio espacio. Todos deben estar predispuestos a lograr el equilibrio tendiente a crear una relación positiva y equilibrada, basada en el respeto y la aceptación.
Cuando las suegras entienden que sus hijos son los responsables de llevar adelante sus vidas de forma independiente, se convierten en un factor muy importante para la nueva familia. Reconociendo sus límites, una suegra puede ofrecer su presencia y su apoyo para la consolidación de la vida de la nueva pareja. Hoy en día, dos que recién empiezan en su proyecto de vida común, requieren de ayuda con la crianza de los hijos, y es muy positivo contar con la posibilidad de que las abuelas puedan colaborar en este aspecto.
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por gerundio Hoy a las 11:56
