¡Qué coincidencia! ¡Qué casualidad! … qué sincronía, todo nuestro ser y las energías cósmicas atrayéndose hacia el mismo lugar … confabulándose para que se manifieste lo que está destinado a suceder. Qué dicha poderme sentir parte del Todo.
Existen técnicas de alineamiento de nuestro ser con la Naturaleza y el Universo. De forma intuitiva lo hacemos; es una llamada desde el corazón a las energías superiores pidiendo un deseo. Para ello ponemos en marcha el Poder de la Intención.
Cuando tu voluntad está alineada con la Voluntad Divina, te conviertes en un instrumento divino. Siempre y cuando tu fe no tenga ninguna fisura… y eso no es fácil de conseguir. Porque debe nacer en el corazón, no ser un producto de la mente.
La mente produce ilusiones que terminan esfumándose. Sólo cuando se haya disuelto el velo de la ilusión que nos mantiene en este plano más denso y material es cuando podremos ascender y se desplegará para nosotros el significado del Plan Divino y nos sincronizaremos con él.
Mientras tanto nos movemos con esfuerzo en la infelicidad y tenemos la sensación de que vamos contra corriente; todo representa una lucha y nuestro sentimiento es de frustración sin saber bien por qué. Inconscientemente hemos forjado unas resistencias y no estamos siguiendo el plan divino creado para nosotros. Nos desgastamos en nuestra testarudez de mantenernos separados de las Fuerzas Superiores. Somos energía y pertenecemos a la Energía Universal del Amor Puro, que puedes llamar Dios o el Uno.
Si quieres salir de ese callejón sin salida donde te mueves solo y sin encontrarle sentido a la vida puedes llamar desde el corazón a las energías superiores pidiendo ayuda:
La gran invocación es: Que la Luz, el Amor y el Poder Divino restablezcan la Presencia Divina en mi corazón y me conecten con la Voluntad Divina.
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