Del exterior llegan los estímulos y la información pero lo que produce el desarrollo de mis facultades será lo que yo decida hacer con todo lo circunstancial que rodea y se cruza mi vida. Toda mi capacidad de evolucionar y descubrir en mí los valores humanos surgen de mi ser esencial; mi identidad profunda original. En la medida en que yo esté conectado con mi Ser mis acciones serán auténticas y genuinas.
Si estoy viviendo desde una base de pensamientos erróneos y sin perspectiva amplia, todas mis acciones, todas mis valoraciones, tendrán básicamente ese carácter erróneo y estrecho; mi interpretación estará distorcionada desde el principio. Entonces, siempre me vendrá de vuelta todas las energías erróneas que yo lancé y estaré actuando en un círculo de miserias interminable. Sólo podré recuperar la objetividad cuando mi percepción -sobre mi mismo- sea clara y real… cuando decida salir de ese círculo de patrones erróneos y entrar en una espiral sin fin donde pueda fluir sin límite y en libertad.
Lo malo es cuando desde la pobre idea que tengo de mi mismo y desde mi inseguridad y miedos dejo la responsabilidad de resolver mi vida a la “suerte externa“… sin embargo, de lo primero que tenemos que convencernos es que desde el exterior no vendrá la comprensión ni la solución de nuestro problema si primero no nos responsabilizamos de nosotros mismos y comenzamos por tomar decisiones de qué queremos hacer con nuestra vida.
Ni siquiera la Felicidad llega de fuera … Debemos construirla. Desde dentro, desde la satisfacción de ser quien somos, independientemente de las circunstancias de la vida. La felicidad es un estado de contentamiento al sentirnos alineados y parte de la Naturaleza. El estado de felicidad surge de la aceptación.
Ni siquiera la Salud nos es regalada… Debemos construirla y mantenerla. Todos los días. Cuidando nuestra alimentación, sueño, descanso, bienestar, estabilidad emocional; esa es la Salud.
Ni siquiera los valores como la Paciencia y la Compasión vienen del exterior… Debemos abrir nuestra mente y nuestro corazón hacia el despertar de la Conciencia para que esa comprensión nos llene de Luz y Amor.
El corazón sabe cuando es el momento para esperar y cuándo debe pasar a la acción. Sólo tenemos que aprender a escucharle, estando atentos y confiados de que, cuando es el momento oportuno, ocurre lo que tiene que ocurrir.
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