“¡Hay tantas personas que poseen una vitalidad formidable! Pero el vigor que muestran es solamente el del cuerpo físico y el de los instintos. No están animados por esta vida sutil que es la del alma y del espíritu.
Os encontráis con alguien, ¿sois conscientes de que incluso antes de discernir los rasgos de su rostro, sois sensibles a algo que no es tan visible: lo que emana de él? Lo que emana de él, precisamente, es su vida y esta vida, la sentís como algo claro u oscuro, ligero o pesado, armonioso o caótico. Incluso si una persona no tiene unos rasgos perfectamente armoniosos, observad cómo animado por un ideal espiritual, puede volverse bella. Sentimos inmediatamente algo que vibra, que irradia. “
Omraam Mikhaël Aïvanhov