Te has preguntado alguna vez: ¿Por qué hay personas que siempre tienen mucha vitalidad y otras no? ¿Estás de acuerdo en qué para realizar cualquier cambio en tu vida necesitas mucha vitalidad? ¿Te gustaría sentirte con las pilas cargadas y rebosante de energía en todo momento?
Todo esto son cuestiones que yo misma me planteé hace años y hoy quiero compartir contigo lo que descubrí.
Para mí, ser vital es fundamental para alcanzar la felicidad y el éxito que todos anhelamos. Sin energía, nada se consigue. De hecho, somos energía y cuando nos sentimos sin fuerzas, cansados, desmotivados, apáticos es por alguna de estas 3 razones:
1) La postura corporal.
2) El enfoque mental.
3) La interpretación o significado de tus circunstancias.
Vayamos por partes.
El primer paso para maximizar tu vitalidad lógicamente escuidar tu cuerpo. No hace falta mencionar que una vida saludable y sana con una buena alimentación, deporte y horas suficientes de descanso es la base para tener vitalidad. Cuando ya tenemos incorporados estos hábitos en nuestra vida y a pesar de ellos aún hay días en los que no tenemos ganas de hacer nada, podemos cambiar nuestro estado vital cambiando la posición corporal. Fíjate que si caminas con la cabeza baja y los hombres caídos te sentirás sin fuerzas mientras que si caminas con una postura erguida a paso firme tu estado emocional será totalmente distinto. Otro ejemplo: pon música y baila un par de canciones y observa cómo se revitaliza tu cuerpo.
Pon atención a tu postura corporal para aumentar la vitalidad en tu vida.
Cada vez que te sientas sin vitalidad, mueve tu cuerpo.
El segundo paso tiene que ver con el enfoque mental. Date cuenta que si tienes la costumbre de enfocarte en lo que va mal, en lo que te falta o no has conseguido, en los errores del pasado, en lo que eres peor que otros, etc. es normal que te cueste ponerte en marcha y pasar a la acción para conseguir los cambios que deseas.
Enfócate siempre en lo que haces bien, en lo que ya funciona en tu vida, en agradecerlo todo, en tus éxitos diarios, etc. y tu vitalidad se expandirá a un nivel que ni te imaginas.
Si quieres sentirte bien, enfócate en lo que te hace sentir bien. Tan fácil como esto y tan desafiador al mismo tiempo, ¿verdad? Te doy un truco para cambiar tu enfoque mental de inmediato: hazte preguntas poderosas. Dicho de otra forma, cambia el tipo de preguntas que te haces a ti mismo. Por ejemplo, pregúntate: ¿qué haría mi mejor versión en esta situación? o ¿si fuera amor, en qué me enfocaría?, etc.
Por último, el tercer paso y no para ello menos importante esla interpretación o el significado que le das a todo lo que te sucede en cada momento. Lógicamente si a menudo crees que estás en una mala situación, hablas de forma tóxica tratándote mal con el lenguaje, o interpretas negativamente los acontecimientos de tu vida, vivirás con la vitalidad bajo mínimos.
No es ningún secreto que en la vida todo es relativo. Puedes cambiar tu interpretación de todo lo que vives y tienes la libertad de elegir cómo percibirlo, ¿estás de acuerdo?
En coaching, hay una herramienta que yo personalmente utilizo mucho que se llama: “reencuadre”. Se trata simplemente de, cómo muy bien dice la palabra, de reencuadrar o reinterpretar cualquier situación que te provoque resistencia. Imagínate que tu vida es como un cuadro y al cambiarle el marco, la imagen que ves mejora de forma espectacular. Como consecuencia, cambia tu estado emocional y nivel de energía.
Acostúmbrate a aceptar todo lo que te sucede interpretándolo de forma positiva si deseas más vitalidad.
¿Cuál de estos tres pasos es el que más te cuesta? ¿Y el que menos? Me encantaría recibir tus comentarios. Me despido animándote a ponerlos todos en práctica para que tu vida de un salto exponencial. Créeme, sin energía nada vas a conseguir y tú tienes el poder de utilizar tu vitalidad para crear la vida que te hará feliz.
¡Elige ser vital!
Con Amor,
Monica