¿Eres de los que guardan fotografías de una relación que acabó de manera tormentosa? ¿Los boletines de la escuela con un montón de asignaturas suspensas? ¿El cuadro que te regaló un amigo que te dio una puñalada por la espalda?
Se supone que tu hogar es un espacio donde sentirte bien y recuperar energías, un lugar donde están las cosas que necesitas, usas y amas.
Entonces, ¿por qué siguen ahí expuestos algunos objetos que te recuerdan pasajes tristes de tu vida?
No dejes que te atasquen en el pasado. Deshazte de esos recordatorios, que ocupan espacio y drenan energía, para que entre “lo nuevo”.
Ésa es una propuesta que no tiene porqué ser útil para todos. Tú puedes tener expuesta encima de la tele la foto de tu boda (que terminó en divorcio) y fijarte en lo bien que te sentaba el traje, más que en los recuerdos que te trae la persona que sale al lado tuyo.
Yo, no. En mi caso, prefiero quitar de ahí la foto y, en general, mandar al cuerno cualquier objeto susceptible de evocarme emociones negativas.
Todos esos objetos que te atan a penosos recuerdos; los que representan un período de tu vida difícil; los que te hacen sentir vergüenza o una tristeza infinita… ¿por qué no echarlos fuera?
Eso es. Sin culpa alguna.
Si no sirven para otra cosa, la idea suena saludable. Ganas espacio en casa y en el alma. El paso de quitarlos de en medio quizás sea el más difícil, pero la liberación lo compensa.
Si quieres, pruébalo con algún pequeño objeto que te recuerde un incidente desagradable. Ahí verás si después te sientes mejor… o no.
http://tusbuenosmomentos.com/2013/11/objetos-pasado-doloroso/