Mi hijo adolescente está abusando del alcohol: ¿Qué debo hacer?

Todos los fines de semana, los adolescentes de todo el país se juntan con sus amigos, miran películas, van a fiestas y se emborrachan.

El uso indebido y el abuso del alcohol continúan destruyendo las vidas de los adolescentes y de sus familiares. De acuerdo con el Instituto Nacional de Abuso de Drogas (National Institute on Drug Abuse), más del 30% de los alumnos del último año de la secundaria informan que se emborracharon en los últimos 30 días. La tendencia a beber en la adolescencia es muy problemática debido a que la cantidad de niños que consumen alcohol en forma intensiva es mayor que nunca. Para los varones, el consumo intensivo de alcohol significa tomar 5 o más tragos de cualquier bebida alcohólica en una sola oportunidad. Para las mujeres, significa beber 4 tragos. La bebida en los adolescentes no tiene nada de moderado o saludable. Los adolescentes, en general, beben para emborracharse.

En los adolescentes, los problemas con el alcohol pueden llegar como un tsunami o desarrollarse lentamente a lo largo de varios meses. Los padres deben entender la enorme presión que los adolescentes se ponen unos a otros para beber. Saber esto los hará más conscientes de los signos de abuso de alcohol.

Signos comunes de abuso de alcohol en los adolescentes

Cambio significativo en el estado de ánimo o la actitud.
Cambio de peso por razones desconocidas.
Cambio en los hábitos alimentarios.
Cambio en los patrones de sueño.
Disminución de la asistencia a clases y las calificaciones.
Perder el interés en las actividades que solían ser importantes.
Actitud desafiante o rebeldía.
Violaciones a los horarios de llegada y otras reglas familiares.
Mentir.
Discutir, estar a muy a la defensiva, culpar a otros por sus problemas.
Abandonar actividades familiares.
Cambiar de amigos.
Mantener en secreto los nuevos amigos o los lugares por donde anda.
Faltantes de dinero u objetos de valor del hogar.
Qué hay que hacer

Muchos padres suponen que beber alcohol es una parte normal de la adolescencia y que sus hijos simplemente perderán ese hábito cuando crezcan. Es posible que no lo hagan. No cometa el error de esperar hasta que su hijo toque fondo porque este puede ser la prisión, lesiones graves e, incluso, la muerte. A continuación se enumeran algunas medidas prácticas que usted puede tomar:

Conozca más acerca de los signos y síntomas de abuso de alcohol y de drogas.
Revise la forma en que usted consume alcohol. Asegúrese de estar dando un buen ejemplo a su hijo.
No lo encare solo. Pida ayuda. Cuente su problema a un amigo de confianza, un familiar o un miembro del clero.
Involúcrese con su hijo adolescente. No es demasiado tarde para desarrollar un vínculo cercano con él.
Dígale que lo ama y que se niega a perderlo a causa de las drogas o del alcohol. Las investigaciones demuestran que los padres que se mantienen conectados con sus hijos pueden evitar muchos de estos tipos de problemas.
Si su hijo niega que bebe, pero parece ebrio o le cuenta una historia increíble contraria a las pruebas, una simple prueba de aliento detectará el alcohol. Estas pruebas de aliento descartables están disponibles en farmacias o en línea.
Tenga una política de tolerancia cero para el uso de alcohol o drogas de sus hijos. Explique las consecuencias de manera clara.
Cuando un adolescente que abusa de sustancias tiene que enfrentar las consecuencias de sus acciones, está más interesado en buscar ayuda.
Nunca ponga excusas por el comportamiento de su hijo ni encubra las pruebas.
Enfrente a su hijo directamente. Limítese a los hechos y sentimientos: “Encontré esta bebida alcohólica en tu habitación y tengo miedo de perderte”.
Cumpla lo que diga. Tenga la voluntad de respetar cualquier acción o promesa que usted haga. Asegúrese de comunicar sus expectativas de manera clara y tranquila.
Comuníquese con un experto en salud del comportamiento o adicciones en su comunidad para obtener información acerca de programas de educación y tratamiento.
Si usted está preocupado por su hijo adolescente, hable con un médico o consejero en su comunidad.

Por Drew Edwards, Ed.D., M.S.
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