¿Hasta cuándo luchar por amor?

Durante muchas veces he recibido esta pregunta de personas que se sienten frustradas porque han dado todo lo mejor de sí mismas en la relación; sin embargo, al final no fueron correspondidas o simplemente les dejaron en el olvido.

Hay quienes suelen luchar por amor una y otra vez como si se tratara de una actitud optimista, evadiendo los múltiples signos de desinterés por parte de la persona querida. Hay quienes siguen el tipo de consejos como: “El que la sigue la consigue”, “El amor todo lo cree, todo lo espera, soporta y sufre”. Puede que este consejo pueda servirte para que estés super decidido a conseguir tus metas personales, laborales o religiosas pero tener como objetivo conquistar o enamorar a una persona (o también el caso de soportar un mal amor) como que la realidad puede golpearte muy duro y convertirte en una persona obsesiva, en otras palabras, te vuelves una piedra en el zapato de tu ex o de quien pretendes enamorar.

¿Pero por qué será que estas personas pueden humillarse a tal punto de ser abandonadas sin ningún tipo de remordimiento por parte de la pareja? Muchas veces tenemos la respuesta: Fuerte dependencia hacia la pareja, miedo a la soledad o simplemente incapacidad de imaginarse un futuro sin esa persona por más que sabe que le hace daño.

Aun así, pienso que también es cuestión de informarse al respecto y tener bien en claro cuáles son tus límites para saber hasta qué momento debes luchar por amor, cuándo vale la pena el sacrificio y lágrimas y cuando DEFINITIVAMENTE NO.

Hace un tiempo escribí sobre un tema similar pero ahora quiero enfocarlo desde otra perspectiva: No ser propenso ni fácilmente vulnerable a soportar tal martirio amoroso, por ello en este artículo te enseñaré a identificar hasta cuándo luchar por amor.

Aprende a diferenciar entre una relación complicada y una relación en dificultades

En muchas ocasiones he visto a personas actualizar su Facebook con que ya pasaron a tener una relación complicada.

En parte me da un poco de gracia ver cómo esta red social incentiva esta categoría, puesto que está entre las opciones al momento de actualizar tu estado sentimental, pero a la vez me resulta un poco penoso que las personas etiqueten su relación de este modo y la exhiban con mucho orgullo. Tal vez en muchos casos el único propósito sea que la pareja reaccione al ver cómo se difunde públicamente lo mal que va la relación. “Como no podemos resolver nuestros problemas de pareja, ni quieres cooperar en ello, le hago saber a los demás cómo nos llevamos en realidad”.

Debes ver la situación real de la relación y sin adornarla con la categoría de “complicada”, ya que por lo general se trata de una relación inmadura, en la que abundan los celos por parte de la pareja; puede que también se trate de una relación codependiente, en la que alguien está sufriendo por la adicción de su pareja, puede que sea una relación dañina y uno mismo se está engañando creyendo que solo está “complicada” o, como es más común, puede que simplemente se quiere evitar perder a la pareja, y todo está “complicado” porque ya no confían en ella por la infidelidad que se le descubrió hace poco. Uno se excusa diciendo que sigue amando a su pareja y por ello se lava el cerebro con que sólo está en una relación complicada, en vez de reconocer que ha perdido su dignidad al estar con alguien que no le sabe valorar ni ser leal.

Cansado de ver este tipo de situaciones, esta sección es mi aporte para aquellas personas que quieren aprender a distinguir cuándo una relación es verdaderamente complicada y cuándo está en dificultades. Y para ello te voy a mencionar la principal diferencia de éstas:

En las relaciones complicadas los problemas surgen, en su mayoría por la inmadurez de una de las partes; por la carencia de una cualidad importante como lo es la comunicación para la armoniosa convivencia entre ambos o por un déficit en la personalidad de la pareja como el orgullo o la baja autoestima.

Cuidado que muchas veces en las relaciones complicadas, el causante de la mayoría de los problemas, no hace más que manipularte sabiendo que tiene el poder de engancharte a propósito de sus constantes altibajos. En otras palabras, es el agente del caos para luego ser visto como el salvador. Es aquella persona que te hace llorar porque sabe que se llevará el mérito al secarte las lágrimas. Manipulación perversa y más cuando es consciente de cada uno de los movimientos de sus jugadas como si de un tablero de ajedrez se tratara.

Por otro lado, las relaciones en dificultades; los problemas surgen a partir de factores externos como la enfermedad de algún hijo o la crisis financiera provocada por la deuda de un integrante de la relación. Aquí se puede presentar una tensión de por medio, pero si la pareja se lo propone, puede unirse más que nunca y salir fortalecidos venciendo las adversidades.

No es lo mismo tener una relación complicada y estar en una relación con dificultades. Por lo general, las personas suelen luchar una y otra vez por una relación complicada cuando en realidad lo que deberían hacer es cortar por las buenas y aprender a mejorar aquellos puntos débiles que no solo afectaron esa relación sino también podrían ser la causa principal de porqué nunca te va bien en el amor.

Por otro lado, si sabes que tu pareja te quiere, jamás te hizo daño intencionalmente, no buscó manipularte pero últimamente hay tensión entre los dos por AGENTES EXTERNOS (como problemas económicos, de salud física, entre otras más), entonces luchar por una relación así terminará fortaleciendo el sentimiento de ambos que están en las buenas y en las malas.

No es muy difícil deducir por qué tipo de relación debes luchar por amor hasta el final, ¿verdad? Sin embargo muchos creen que en las complicadas es cuando más se debe persistir pero cuando vienen las dificultades se rinden más fácilmente. El mundo está al revés. Cambiemos eso a partir de ahora y dejemos de luchar por causas perdidas y sanar primero nuestro interior.

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