Tener miedo a la enfermedad es algo muy común. A nadie le gustaría padecer enfermedades ni que sus seres queridos las tuviesen. Este miedo se debe principalmente a que en la cultura que hemos crecido, en donde por cierto parece que cada vez cuesta más la salud, se nos ha enseñado a que es malo estar enfermos, a depender de doctores y medicinas, a comprar la salud y a delegar la responsabilidad de estar bien a algún factor externo.
Sin embargo, las personas buscan cada día nuevas alternativas para estar bien y sentirse saludables. Muchas personas están cansadas de ir médico tras médico y tomar medicamentos sin que estos den resultado. Sentir que la enfermedad es algo malo, y que hay que quitarse de encima cuantos antes y a cualquier precio puede que haya sido la actitud durante mucho tiempo, pues lo complicado que a veces parece estar sano provoca miedo y preocupaciones prolongadas.
La sencillez de la salud
Estar enfermos no es “malo”. La salud es lo que el cuerpo es y es su estado natural. Pero el cuerpo tiene sus equilibrios y armonías que, cuando se rompen entonces viene la enfermedad. La enfermedad puede ser una gran oportunidad para aprender más acerca de nosotros, y se convierte en una bendición cuando nos ayuda a recapacitar, considerar, reflexionar y entender cosas que antes no considerábamos ni entendíamos.
¿Cómo quitarse el miedo a la enfermedad?
Comprendiendo que la enfermedad es un camino de crecimiento. Mucho podemos aprender cuando el cuerpo nos pone en cama a descansar o cuando vemos que alguien que queremos está enfermo.
Formas de empezar a recobrar nuestra salud
Podemos empezar a retomar ciertos hábitos que podríamos haber perdido con el tiempo, como comer cosas de calidad, incluir más vegetales y jugos en la dieta diaria y, sobre todo, no comer solo por llenarnos, sino por amor a lo que somos. El agua es importante, beber dos litros de agua al dia ayuda a movilizar toxinas del cuerpo y a mantener una óptima humedad del organismo
Otra forma de empezar a recobrar la sencillez de la salud es aprendiendo a que el cuerpo también refleja muchas que sentimos. Por ejemplo: el estrés genera que el corazón se acelere, que el sistema nervioso se altere, que se desgasten nuestros sistemas en general, sobre todo las suprarrenales, que están en constante estrés tratándonos de poner en alerta. El enojo también provoca desequilibrios, la sangre circula más rápido, los vasos sanguíneos se tensan, los músculos se estresan y las toxinas se acumulan con más facilidad en el cuerpo debido hay que hay mas bilis en el cuerpo y la digestión es más pesada. Y no se trata de aguantarse el enojo o el estrés, sino de que aprendamos nuevas formas de ver la vida, de desahogar nuestros enojos y a dejar de esperar de los demás, pues esto genera muchos de nuestros enojos.
Además el ejercicio, que como ya sabemos es la base de la salud. El ejercicio moviliza nuestros músculos, activa la circulación, ayuda al intestino a evacuar toxinas y a una mejor absorción de nutrientes , además de que oxigena tejidos y nuestro cerebro, que es uno de los principales motores de energía de nuestro cuerpo.
Y por último, recordar que la sabia naturaleza nunca nos da algo con lo que no podamos lidiar, solo hay que tener bien abiertos los ojos y las orejas del corazón para escuchar y ver los mensajes que tenemos que ver y escuchar, mantener atento al corazón, pues la naturaleza sabe guiarnos a lo que necesitamos y nos da barcos para salir de cualquier naufragio, solo no hay que mantener la intención bien puesta en lo que necesitamos, pedirlo con verdadera intención, y la solucion o el remedio viene por añadidura.
Cuendo tengs miedo a enfermarte recuerda, en lugar de preocuparte, ocuparte por ti, por hacerte feliz, amar lo que eres y conocerte mejor.
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