Encontrando el Espíritu en la Trama del Espacio y el Tiempo. Entrevista con Stuart Hameroff, MD.
Por Tom Huston y Joel Pitney
Resumen: Durante los últimos treinta y cinco años, las misteriosas conexiones entre la física cuántica y la conciencia humana han llegado a ser gradualmente un principio central de los encuentros entre la espiritualidad entre Oriente y Occidente. La gente, de algún modo, se las ha arreglado para encontrar una relación convincente y atractiva entre el mundo intangible de las partículas subatómicas y el reino inmaterial de la conciencia y el espíritu. Esta entrevista al profesor Hameroff, conocido por su trabajo en el área de los estudios de conciencia e iniciador en 1994 de las series de conferencias Hacia una Ciencia de la Conciencia, es un intento por dar a conocer el llamado “problema duro” de cómo y porque la mente subjetiva parece surgir de la materia objetiva. Su trabajo basado en el estudio de pequeñas estructuras o microtúbulos dentro de las células del cerebro humano, es uno de los mas persuasivos acerca de una relación entre física cuántica y conciencia. Una mirada que coloca a “la conciencia danzando entre los mundos clásico y cuántico.”
Durante los últimos treinta y cinco años, las misteriosas conexiones entre la física cuántica y la conciencia humana han llegado a ser gradualmente un principio central de los encuentros entre la espiritualidad entre Oriente y Occidente. La gente, de algún modo, se las ha arreglado para encontrar una relación convincente y atractiva entre el mundo intangible de las partículas subatómicas y el reino inmaterial de la conciencia y el espíritu. Comenzó con El Tao de la Física de Fritjof Capra en 1975, fue acelerado por Gary Zukav en Dancing Wu Li Masters 1979, y encendido al máximo en los ochenta y los noventa, con la ayuda de Deepak Chopra, hasta que la idea llegó a ser casi imposible de evitar. Al entrar a una librería en Seattle una aciaga tarde del verano del año 1997, encontré no menos de tres publicaciones que exploraban la relación entre mente y materia a través de los lentes de la física cuántica: “The Self Aware Universe”, / El Universo Auto Consciente”) de Amit Goswani, The Spiritual Universe de Fred Alan Wolf, y el ejemplar 11 de esta revista, cuya portada planteaba la pregunta: ¿Puede la Ciencia Iluminarnos? Compré ambos libros ávidamente, pero después de haber hojeado la revista, decidí devolverla a la repisa. Siendo ya un firme creyente de la idea de “física es equivale a misticismo”, encontré chocante la marca especial de escepticismo juguetón de EnlightenNext. ¿Por qué ellos dudaban cuando la evidencia era tan clara? Era tan obvio que las dimensiones más profundas de la conciencia y las dimensiones más profundas de la materia convergían en el misterioso reino de la física cuántica. ¿No es verdad?
No necesariamente. Pronto me di cuenta de que, sólo porque la naturaleza de la conciencia sea misteriosa, y que la naturaleza de la física cuántica también lo sea, no significa que ambos misterios sean al final la misma cosa. Para cuando la tremendamente popular película, ¿Y qué sabemos? (¿What the bleep do we know?), impactó en el 2004, lanzando la idea de la física –y- la conciencia a toda una nueva órbita cuántica, yo estaba trabajando como un editor para EnlightendNext y me hice cargo de revisar la película con una mejor apreciación de las muchas sutilezas que tenía. Por lo que respecta a mí y a mis colegas resultó que el supuesto perfecto matrimonio entre la física cuántica y la conciencia era probablemente sólo un poco más del pensamiento optimista de la Nueva Era. Y cuando se trató de sugerencias más seriamente científicas acerca de que la física tenía algo que ver con la conciencia, en general encontramos que los argumentos eran muy poco persuasivos. Pero eso fue hasta que conocimos a Stuart Hameroff. Aunque él tiene el título de Profesor Eméritas de Anestesiología de la Universidad de Arizona y pasa mucho de su tiempo en cirugía en el Centro Médico de la Universidad de Arizona, Hameroff es más conocido por su trabajo en el área de los estudios de conciencia. En 1994, el fundó las series de conferencias Hacia una Ciencia de la Conciencia , uniendo los líderes mundiales expertos en conciencia cada dos años en Tucson, Arizona1, para explorar varias nebulosas de algo llamado el “problema duro” –como y por qué la mente subjetiva parece surgir de la materia objetiva. Por más de veinte años, Hameroff ha colaborado con el físico matemático de Oxford, Sir Roger Penrose para desarrollar (y defender) una teoría de la conciencia basada en la física cuántica que es impresionante, original y ambiciosa, por decir lo menos. La teoría es una fusión de las diferentes y distintas áreas de expertise de Hameroff y Penrose: los estudios de Hameroff acerca de las pequeñas estructuras llamadas “microtúbulos” dentro de las células del cerebro humano y el trabajo de Penrose acerca a de las relaciones entre la física cuántica, la gravedad, y la geometría del espacio y el tiempo. En algún sentido, su trabajo podría ser considerado como “una gran teoría unificada” de la física cuántica y la conciencia- una teoría un tanto más sofisticada que cualquiera que usted pueda encontrar en la sección de su librería local. Después de entrevistar a Hameroff, me encontré cuestionando mi desestimación previa de lo que he llamado “misticismo cuántico” y, estoy seguro de que encontraré este argumento igualmente iluminador.
Dicho eso, considérese usted advertido: la entrevista que sigue no es fácil de leer. De hecho puede que requiera más de una lectura cuidadosa antes de que los diferentes hilos que Hameroff extiende comiencen a hilvanarse en su mente. Sin embargo, el resultado vale la pena. No estoy seguro si estoy de acuerdo con todas las conclusiones de Hameroff- y él mismo insiste en que su teoría necesita ser demostrada- pero sé que sus argumentos para una relación entre la física cuántica y la conciencia están entre los más persuasivos que he escuchado.
El misterio de los Microtúbulos
ENLIGHTENNEXT (EN): Usted es más conocido como uno de los proponentes líderes de la teoría de la mente basada en la física cuántica. ¿Cómo empezó a interesarse en el misterio de la conciencia?
STUART HAMEROFF (SH): Me interesé por primera vez en la conciencia mientras tomaba un curso de filosofía en el colegio a fines de los años 60. Estudiando mayormente ciencia y matemáticas, tomé un curso de Filosofía de la mente y estaba intrigado con el problema de explicar como la experiencia consciente surge de esa carne rosada grisácea que llamamos cerebro. Permanecí interesado en eso todo el tiempo que estuve en la escuela de medicina y fui atraído hacia campos que tuvieran que ver con la conciencia; psiquiatría neurología, neurocirugía. Pero un día, mientras hacía investigación en un laboratorio de cáncer a comienzos de los años 70, estaba mirando la división de unas células en el microscopio, observando cómo los cromosomas que contenía ADN eran separados y llevados aparte en imágenes espejo perfectamente iguales unas de otras. Estas diminutas hebras llamadas microtúbulos y estas pequeñas máquinas llamadas centriolos, que estaban compuestas de microtúbulos, separarían a los cromosomas en una elegante danza que tenía que ser perfecta porque si se dividían de modo desigual, resultarían las células anormales de cáncer.
Por alguna razón me quedé fijo en como estas pequeñas maquinas moleculares sabían exactamente qué hacer. Me preguntaba cómo estaban organizadas y guiadas y si habría alguna inteligencia, si es que no conciencia, a ese nivel. Más o menos por ese tiempo se descubrió que estos microtúbulos existían en todas las células- especialmente en las neuronas. Las neuronas del cerebro están llenas de ellos. Así es que se me ocurrió que esos microtúbulos que parecían desplegar algún tipo de inteligencia o conciencia en la división de la célula, podrían tener algo que ver con la conciencia en el cerebro.
Yo estaba en la escuela de medicina en Filadelfia y después de graduarme decidí tomar el internado clínico en Tucson, Arizona, para decidir que quería hacer después. Me estaba inclinando hacia la neurología cuando conocí al director de Anestesiología del hospital de la escuela de medicina de la Universidad de Arizona. El me dijo que si yo realmente quería comprender la conciencia debía comprender como funcionaba la anestesia porque la anestesia borra selectivamente la conciencia al tiempo que “perdona” otras funciones del cerebro. El me mostró un artículo que un colega suyo había escrito en 1968, sugiriendo que si uno aplica los gases usados en la anestesia a los microtúbulos éstos se depolimerizan, se separan. Entonces había una teoría de que la anestesia trabajaba deconstruyendo los microtúbulos del cerebro. Afortunadamente eso resultó no ser cierto. Se necesita como cinco veces la cantidad de anestesia para la despolimerización de un microtúbulo que la que se necesita para que alguien pierda la conciencia. Pero si mostró que la anestesia afecta a los microtúbulos lo cual sugería que estas cosas si podrían tener algo que ver con la conciencia.
EN: ¿Qué es exactamente un microtúbulo?
SH: Los microtúbulos son cadenas moleculares; son polímeros cilíndricos compuestos por patrones repetitivos de una proteína simple, con forma de maní, llamada tubulina que puede flexionarse “abierta” y “cerrada”. Estas proteínas tubulina se auto encadenan en estos hermosos cilindros huecos con paredes ordenadas en tramas hexagonales. Estos cilindros forman el citoesqueleto, el soporte estructural o andamio, como hueso, dentro de todas las células animales, pero ellas están continuamente moviéndose y reordenándose. Los reordenamientos son muy importantes, son responsables de todo el crecimiento celular, desarrollo, movimiento, y regulación sináptica. Mientras más asimétrica es una célula más necesita el soporte estructural; por lo tanto las neuronas, con sus largos axones y dendritas, necesitan muchos microtúbulos. Si miras dentro de una sola neurona, ves cientos de microtúbulos compuestos de algo así como cien millones de subunidades de proteína tubulina. Podría decirse que las neuronas están realmente hechas de microtúbulos.
EN: Interesante. La mayoría de las personas piensan que la conciencia surge de la actividad entre las células del cerebro, o neuronas, pero usted está diciendo que no, que puede en realidad ser que estas pequeñas estructuras dentro de las neuronas son las que producen la base física real para la conciencia.
SH: Si, exactamente. Aunque debería agregar que un par de otras cosas ayudaron a guiarme en esta dirección. La primera fue que yo observé organismos unicelulares como la paramecia. Un paramecio es una célula y por lo tanto no tiene neuronas, porque éstas también son unicelulares, pero este paramecio busca comida, nada, evita obstáculos y predadores, encuentra un par, tiene sexo y puede aprender. Parece tener inteligencia, no necesariamente conciencia, pero tiene funciones cognitivas – cognición queriendo decir proceso sensorio, control de conducta etc. Tiene alguna inteligencia y no tiene neuronas; tiene sin embargo, microtúbulos, lo que me sugirió que un paramecio podría usar microtúbulos para organizar su conducta y su cognición.
La segunda cosa fue que por el tiempo en que aprendí de los microtúbulos también comencé a descubrir los computadores y comencé a leer acerca de cómo trabajan las matrices de cambio, el entramado y las redes de un computador. Mientras más miraba la estructura de los microtúbulos, que consisten en un complejo entramado de proteínas tubulina que pueden cambiar rápidamente estando abiertas o cerradas- oscilando en un rango de nanosegundos- se me ocurrió que los microtúbulos podrían actuar como computadores a escala molecular. Como una analogía, piense en un edificio que tiene vigas y soportes estructurales y también el cableado y el sistema de comunicaciones. Entonces la idea fue que los microtúbulos son ambos; actuando no sólo como soportes estructurales y la maquinaria involucrada en la división celular sino que también, como computadores relacionados a la inteligencia y a la conciencia.
EN: ¿Entonces básicamente usted comenzó a darse cuenta de que realmente hay más actividad- y tal vez actividad consciente- sucediendo dentro del cerebro de lo que la gente se imagina?
SH: Así es. Me di cuenta de que para entender el cerebro humano, más que mirarlo como un ciento de millones de neuronas tontas interactuando juntas para producir algo inteligente y consciente, teníamos que reconocer el hecho de que cada neurona era en si misma increíblemente complicada y tenía, sino algún grado de conciencia de sí misma, al menos alguna inteligencia interna o de proceso relacionado a la conciencia.
Entonces comencé a trabajar con algunos ingenieros y físicos modelando y haciendo simulaciones de microtúbulos y mostramos que los microtúbulos podían ser ciertamente aparatos computacionales muy eficientes, En vez de registrar cada neurona como un solo bit en el computador del cerebro- un uno o un cero- disparando o no disparando- la actividad microtubular combinada dentro de una sola neurona igualaba potencialmente mil trillones de operaciones por segundo al poder computacional. Y ese modelo aumentó la complejidad del cerebro enormemente.
Esto fue mayormente en los años 1980 y yo asistía a muchas conferencias de inteligencia artificial en las que trataban de modelar y simular el cerebro como una red de cambios neuronales simples y yo andaba diciendo: “No, cada uno de sus cambios simples es increíblemente complicado. Tienen que tomar en cuenta esta complejidad computacional adicional.” Y a ellos no les gustaba mucho porque echaba por tierra su objetivo de simular manera del cerebro humano. Así es que llegué a ser bastante impopular. Entonces un día alguien me dijo: “O.K, digamos que tú tienes razón. Digamos que cada neurona tiene toda esta enorme computación agregada sucediendo. ¿Cómo explicaría eso la experiencia consciente? ¿Cómo explicaría eso por qué tenemos sentimientos, por qué vemos rojo, porqué sentimos dolor? ¿Cómo explica eso la conciencia? Y yo me di cuenta de que no tenía una respuesta para eso; lo que nos lleva a lo que el filósofo Australiano, David Chalmers llamó “el problema duro” de la investigación de la conciencia.
EN: El asunto de cómo obtenemos mente de la materia.
SH: Exactamente.
Roger Penrose y el Gato de Schrödinger
SH: Afortunadamente alguien me sugirió que leyera un libro escrito por un matemático y físico Inglés Sir Roger Penrose, llamado “La nueva mente de Emperador”. Así lo hice y fue realmente sorprendente. El título del libro intentaba ser una bofetada en la cara de los teóricos de la inteligencia artificial porque ellos sostenían que si uno tenía suficiente computación compleja en un computador, sería consiente. Pero Roger argumentó, en una dirección matemática de algún modo obscura.- algo llamado teorema de Godel – que la conciencia involucra algo no computable. Comprensión o awareness, en otras palabras, no es una computación. Pero después de descartar la idea de que la consciencia fuera estrictamente computación ofreció entonces un mecanismo para la conciencia que implicaba algo tan alejado del campo restante que mucha gente lo consideró – y aún lo considera- un tanto bizarro. Y eso tiene que ver con la física.
Leyendo “La nueva Mente del Emperador”, me quedé helado con el alcance y la sutileza del conocimiento de Penrose, mucho del cual no entendí. Si sabía que los gases anestésicos ejercen sus efectos por las fuerzas cuánticas, por lo que la conciencia tuviera algo que ver con la física cuántica me hacía sentido. Y tenía esta corazonada de que él estaba a punto de descubrir algo; tenía un mecanismo para la conciencia basado en las neuronas en el cerebro estando en un estado que los físicos llaman “superposición física”, que explicaré en un minuto. Lo leí y pensé que había algo interesante en eso, pero su modelo no parecía tener una estructura biológica correcta. Me dije: de acuerdo, tal vez los microtúbulos son los computadores cuánticos que Penrose está buscando así es que le escribí y finalmente nos reunimos en su oficina de Oxford.
Roger es un hombre gentil y humilde a pesar de ser increíblemente brillante y bien considerado. Y él dejó que yo hablara así es que comencé a hablarle de los microtúbulos y le mostré un libro que escribí en 1987 al respecto. El escuchó atentamente haciendo preguntas y puso especial atención a la geometría de Fibonacci del entramado microtubular porque él, de corazón, es básicamente un experto en geometría. Después de varias horas el dijo; “bueno, esto es muy interesante”. Nos despedimos y no pensé que algo fuera a suceder pero dos semanas después yo cenaba con unos amigos en Londres y ellos dijeron “¿Adivina qué? Estábamos en una conferencia en Cambridge y Roger Penrose estaba hablando acerca de ti y de tu tema de los microtúbulos.”
Muy pronto después de eso, recibí una invitación a una conferencia en Suecia a la cual Roger asistía, acuñamos una mistad y decidimos comenzar a desarrollar un modelo formal de conciencia basado en su teoría de la gravedad cuántica y la posibilidad de la superposición entre microtúbulos en el cerebro.
EN: Supongamos que yo no sé nada acerca de la física cuántica. ¿Podría por favor explicarme que es una superposición cuántica? ¿Y cómo se relaciona con la conciencia o con los microtúbulos?
SH: Cuántica quiere decir, literalmente, la unidad de energía más pequeña, como un fotón- una unidad de luz indivisible. La conducta a nivel cuántico es algo más bizarro; es tan bizarro que es como otro mundo. De hecho la realidad parece estar dividida en dos mundos diferentes- el mundo clásico y el mundo cuántico. El mundo clásico es el mundo de todos los días, el mundo familiar en el cual las leyes de movimiento de Newton, el electromagnetismo y otra física básica describe muy bien casi todo. Si usted lanza una pelota, su trayectoria, velocidad, ubicación, puede predecirse, pero si vamos a escalas más pequeñas – átomos y otras más pequeñas para poder argumentar- entramos a un mundo en el cual aplican leyes físicas completamente diferentes y las predicciones son mucho más difíciles. Por ejemplo las partículas pueden estar en dos lugares o estados al mismo tiempo. Pueden no sólo estar aquí o allá, sino que pueden estar aquí y allá simultáneamente. Eso es lo que quiere decir superposición; las cosas pueden estar en lugares múltiples o actuar como ondas, difundidas como probabilidades más que ser partículas definidas con ubicaciones o trayectorias. Y algunos físicos cuánticos dicen que hasta que un sistema cuántico es conscientemente observado o medido permanece en superposición de múltiples posibilidades, múltiples estados coexistentes. Y que una vez medido, la onda probabilidad cuántica colapsa o se reduce instantáneamente a un estado.
EN: ¿Esto quiere decir que se requiere de un observador humano para colapsar un estado de superposición?
SH: En una interpretación de la física cuántica, así es. El físico cuántico, Niels Bohr popularizó este modelo que llegó a ser conocido como la interpretación Copenhague. Si usted lleva esto a un extremo podría suponer que si usted está sentado en una habitación y hay un cuadro colgado en la pared detrás de usted, el cuadro puede estar en varios múltiples lugares a la vez hasta que usted se de vuelta y lo vea. En otras palabras cualquier cosa no observada podría estar en un estado de superposición cuántica de onda. Esa idea es, sin embargo, bastante bizarra y Erwin Shcrödinger , otro pionero de la física cuántica en sus inicios, pensó que era completamente tonta, y salió con su famoso experimento llamado el gato de Schrödinger, para tratar de demostrar cuan falta de sentido era. (Ver “El gato está Vivo” pág. 49)
La pregunta planteada por el experimento de Schrödinger es, ¿cuán grande puede llegar a ser una superposición cuántica? Ha sido mostrado repetidamente en experimentos que las partículas pequeñas pueden estar en superposición de múltiples posibilidades de coexistencia hasta que uno hace mediciones pero, ¿podría algo tan grande como un gato estar en dos lugares al mismo tiempo? Aún no hay respuesta a eso pero la pregunta ha guiado a los físicos a lograr tener alternativas a la interpretación de Copenhague – modelos diferentes de colapso de la función onda que no requieren necesariamente un observador consciente.
Una Cuántica de la Conciencia
EN: ¿Y usted prefiere una de estas alternativas a la interpretación de Copenhague?
SH: Bueno, la teoría de Roger fue una de estas alternativas. El dijo que una superposición cuántica podía realmente ser colapsada a un estado único definido a través de observación consciente pero, ¿qué pasa con un sistema que no es jamás observable desde afuera? ¿Qué pasa con la actividad cuántica dentro del cerebro humano?
Roger propuso que en tal caso, una vez que la función onda procede hasta un cierto punto, se auto-colapsa debido a un umbral objetivo en la fábrica espacio tiempo. Y que cuando el colapso de esa superposición ocurre, resulta en un momento de conciencia. En otras palabras, el argumenta que la conciencia no causa el colapso de la función onda como dice la interpretación Copenhague, sino que sugiere que la conciencia es el colapso de la función onda, o al menos un tipo especial de colapso. Es un colapso cuántico que libera unidades fundamentales de despertar de conciencia, tal como un cambio orbital de un electrón libera un fotón de luz. Y del mismo modo que los fotones la cantidad de conciencia viene en una gama de diferentes intensidades, frecuencias y calidades.
EN: ¡Wow! ¿En esta interpretación de la física cuántica las superposiciones se colapsan a sí mismas naturalmente? ¿Y esos colapsos de alguna manera producen conciencia?
SH: Sí, en el modelo de Roger, al cual él llama reducción objetiva orquestada, no siempre necesitas un observador externo. Si un sistema cuántico evoluciona a un umbral crítico que implique curvatura gravitacional a una escala cuántica – se auto colapsará. Hay una reducción natural objetiva de una función onda cuántica que resulta de un momento único de conciencia, o de un único “quantum” de conciencia, si quieres; y cuando estos colapsos suceden una y otra vez en tu cerebro, tienes una serie de momentos de conciencia que elevan tu experiencia de una corriente de conciencia. Por tanto, conciencia, en este modelo consiste en una serie de eventos discontinuos, aunque se experimentan como continuos. Puedes pensarlos como encuadres en una película, sólo que en una película tú tienes un observador externo.
Este momento de conciencia y el colapso de la función onda son uno y el mismo evento.
Es una idea bastante profunda. Roger comienza con la relatividad general de Einstein que muestra que una gran masa, como es el sol, causaría una curvatura gravitacional en la fábrica misma del espaciotiempo. Y Roger dijo: “bueno, no hay razón para que la relatividad general no sostuviera la misma verdad a escalas muy pequeñas. Dijo que es posible que si usted tiene una partícula cuántica en dos lugares al mismo tiempo – en un estado de superposición – la partícula de la izquierda y la de la derecha podrían, cada una, crear una pequeña cantidad de curvatura resultando en una bifurcación en geometría espaciotiempo. De acuerdo a algo que en física cuántica se llama Many World Hypothesis (Hipótesis de Muchos Mundos) cada una de esas curvaturas podría entonces subdividirse y formar todo un nuevo universo. Pero Roger dijo que no, que estas curvaturas y separaciones cuánticas eran inestables y que después de un tiempo dado se auto colapsarían ya sea hacia una u otra curvatura. Y cuando ese tipo de auto colapso gravitacional sucede, resulta en un momento de conciencia.
El llegó a esto a través de varias líneas de razonamiento que son bastante sorprendentes en términos de su audacia y entendimiento y, algunos dirían, locura. Pero esta era la solución de Roger tanto al problema de lo que colapsa la función onda cuántica como también al “problema duro” de la conciencia. Sorprendentemente, el también unió la relatividad general, la gravedad cuántica y todo eso en esta única teoría, matando cuatro o cinco pájaros con una piedra.
EN: Entonces de acuerdo a Penrose, ¿los efectos gravitacionales a nivel cuántico están causando que las funciones ondas colapsen automáticamente, emitiendo pequeños estallidos de conciencia que, de algún modo, resultan en nuestra propia y continua experiencia de estar conscientes, momento a momento, despiertos y vivos?
SH: Correcto. No se cuan familiarizado está usted con el matemático y filósofo Alfred North Whitehead, pero su pensamiento también estaba bastante en esta línea. El dijo que la conciencia y la materia estaban indisolublemente unidas, emergiendo en una secuencia que él llamó “ocasiones de experiencia”. Desde su visión, el universo no está hecho de partículas o cosas. Es un proceso; está constituido por eventos. Y a comienzos de los años 90 un físico llamado Abner Shimony señaló que las ocasiones de experiencia de Whitehead son muy parecidas a los colapsos cuánticos de la función-onda, por lo que nuestras visiones son bastante consistentes con las de Whitehead.
La perspectiva de Whitehead también ayuda a explicar el “problema duro” o porqué tenemos experiencia de conciencia en primer lugar. Cuando Roger y yo recién salimos con nuestra teoría no nos dirigimos al “problema duro” per se, pero una vez que el “Journal de Consciousness Studies”sacó un número especial dedicado a nada más que el problema duro, nosotros le dimos una estocada. Básicamente tomamos una suerte de enfoque “proto-panpsiquista Whiteheadiano”. El panpsiquismo común y corriente diría que todo tiene conciencia – cada átomo, cada molécula, esto y aquello. Pero la idea nunca me hizo sentido en realidad, por lo que nosotros usamos una variación de panpsiquismo que me parece que si hace sentido; este fue el proto-panpsiquismo diciendo que, al menos los precursores para la conciencia son fundamentales y forman parte del universo como lo que se conoce escala Planck, que es el más pequeño primordial nivel de espacio tiempo cuántico. Imagine la escala Planck básicamente como un patrón geométrico complejo que es fractal en su naturaleza, capaz de repetirse a sí mismo a escalas y tamaños mayores; y en ese patrón cuántico geométrico están incrustados los presumiblemente irreducibles componentes de la realidad, los pilares básicos de construcción de la existencia. La física dice que las propiedades fundamentales de la materia, como el spin, la masa y la carga son componentes irreducibles del universo que están de algún modo incorporados en esta geometría a escala de Planck. Roger y yo propusimos, por lo tanto que tal vez la qualia – los componentes primarios de la conciencia, del despertar, o al menos sus precursores- son también fundamentales, irreducibles y forman parte del tejido básico del universo. Esto podría incluir información Platónica también, tal como las cualidades de bondad, verdad y belleza. Después de todo: ¿por qué deberían los precursores de la materia estar presentes a ese nivel y no así los precursores de la mente?
EN: Buena Pregunta. ¿Está usted diciendo que es posible que al menos, a un nivel básico de conciencia, pueda ser tan fundamental para el universo como las leyes de la física?
SH: Sí, Whitehead tenía la idea de que estas ocasiones de experiencia o de momentos discretos de presencia consciente, surgen como ondas en dentro de un océano más amplio de experiencia protoconsciente. Y en el modelo que hemos desarrollado con Roger, esos aislados momentos de conciencia humana son realmente colapsos de función onda, que ocurren dentro de un campo universal de experiencia de protoconciencia que es la geometría espacio tiempo escala Planck. Yo no diría que el universo es consciente, como no diría que el universo es enteramente amarillo, o purpura, o húmedo, o lo que sea. Pero bajo ciertas condiciones apropiadas cualquiera de estas condiciones puede ser cierta para regiones pequeñas del universo. Los aún superposicionados, no colapsados precursores de la conciencia son, de algún modo, como sueños. Cuando una reducción objetiva ocurre, el universo – al menos una pequeñita parte de él- despierta.
La Frecuencia Gama y los Estados Alterados
EN: Comenzamos hablando acerca de los microtúbulos, entonces por favor relacione esto para mí. ¿Cómo se relacionan estos colapsos de función onda a lo que está sucediendo dentro de los microtúbulos en el cerebro?
SH: Bueno, si miramos lo que está pasando entre los microtúbulos sabemos que la conciencia en él ocurre cerca de cuarenta veces por segundo. Se le llama sincronía gamma y viene de algo que un tipo en Alemania llamado Wolf Singer descubrió en 1980 mientras experimentaba con máquinas EEG altamente sensibles. Típicamente con una EEG uno obtiene líneas onduladas que muestran ondas delta, alfa teta y beta. Estas indican impulsos eléctricos en el cerebro que van desde cero hasta cerca de treinta hertz o ondas por segundo. Pero Singer descubrió una frecuencia más alta, perfectamente coherente que llegó a ser conocida como la sincronía gamma, que van desde treinta a noventa hertz, incluso más, aunque cuarenta hertz es lo más típico. Esta sincronía eléctrica perfecta es el mejor indicador que tenemos para un correlato neural de conciencia en el cerebro. En el modelo que Roger y Yo hemos desarrollado hemos propuesto que la sincronía gamma de Singer es realmente evidencia de un estado de colapso cuántico ocurriendo cuarenta veces por segundo – o más- entre redes organizadas, coherentes de microtúbulos en el cerebro.
EN: ¿Está usted diciendo que monitoreando el cerebro de alguien con una EEG, los investigadores han sido capaces de aislar cierta frecuencia de actividad que sólo se correlaciona con experiencias conscientes?
SH: Sí, tiene que haber una cantidad crítica de sincronía gamma. Y puede ocurrir en diferentes partes del cerebro. Por ejemplo, si alguien está oliendo una rosa va a haber esta sincronía gamma en la corteza olfatoria, la parte del cerebro que tiene que ver con el olfato. Si usted está teniendo una conciencia visual va a tener sincronía gamma en las cortezas visual y frontal; para el placer sexual hay sincronía gamma en una parte del cerebro llamada núcleo accumbens, y así. La sincronía gamma puede estar en cualquier parte en el cerebro en cualquier momento y ciertamente se correlaciona con la conciencia. La idea es entonces nuevamente, que nuestra conciencia es realmente una secuencia de patrones discontinuos; una secuencia de imágenes cuánticas ocurriendo aproximadamente cuarenta veces por segundo. Y de igual modo que en cuadros en una película, nuestra conciencia parece continua porque los cuadros están ocurriendo en una rápida sucesión.
Ahora, yo debería hacer notar que la frecuencia de eventos conscientes puede variar y que en estados elevados o alterados de conciencia podemos tener más momentos conscientes por segundo, lo que podría querer decir que nuestra percepción del mundo exterior podría ponerse más lento.
Por ejemplo cuando hay un accidente de automóvil y el auto está dando vueltas, la gente a menudo reporta que el tiempo pareció hacerse más lento y que el mundo parecía moverse a la mitad de la velocidad de lo usual. Esto podría deberse a que su rango de sincronía gamma está cambiando de cuarenta hertz a unos ochenta hertz por segundo. Otro ejemplo es que alguien le preguntó una vez a Michael Jordan, cuando estaba en el mejor momento de su carrera, cómo era el capaz de superar por tanto al otro equipo y tan bien. Y él dijo que cuando estaba jugando bien era como si el otro equipo estuviera en cámara lenta. Tal vez Michael Jordan estaba experimentando sesenta, setenta u ochenta momentos conscientes por segundo y el defensa estaba sólo experimentando algo así como cuarenta.
También vemos esto en monjes meditando. Los textos budistas describen oscilaciones de presencia pura que han sido realmente contabilizados –algo así como seis y medio millones de momentos conscientes en un día- que resultan estar en el rango de la sincronía gamma. Hace unos pocos años, el Dalai Lama envió algunos de sus mejores meditadores a un laboratorio en Wisconsin. Encontraron que, mientras meditaban, los monjes tenían la más alta sincronía gamma jamás registrada. Estaban realmente operando entre ochenta y cien hertz, mientras los sujetos experimentales lo hacían a cuarenta. Incluso antes de sentarse a meditar los monjes mostraban un nivel inusualmente alto de sincronía gamma. Años de meditación habían cambiado sus cerebros de modo que estaban normalmente en esta frecuencia gamma de alto rango. Eso sugiere que están teniendo una experiencia consciente más rica y más intensa que la persona promedio.
La espiritualidad de la Geometría Espacio Tiempo
EN: De acuerdo, Tengo una pregunta. Si la conciencia está surgiendo como una cierta frecuencia de colapsos cuánticos en el cerebro, entonces su modelo podría ser considerado materialista, ¿correcto? ¿Es la conciencia aún un subproducto de la actividad cerebral, empujado al nivel de lo que usted ha llamado espacio tiempo cuántico?
SH: Espere un momento. Material quiere decir “materia”, Materia se deriva de algo más fundamental, que es la geometría cuántica espacio tiempo. Así es que esto va mucho más por debajo de la escala de la materia. La base de lo material es … inmaterial.
EN: ¿Puede elaborar sobre eso?
SH: Básicamente si usted piensa en la mente y la materia y la relación entre ambas, hay una cantidad de filosofías diferentes de las cuales escoger. Primero tiene el dualismo, donde mente y materia no se relacionan; hay una pared de ladrillos entre ellas. Después tiene el materialismo común y corriente, la visión convencional que dice que la materia crea la mente. Después tiene el idealismo y varios enfoques místicos que dicen que la mente crea la materia. En mi opinión ninguno de estos funciona. Todos tienen problemas. Así es que la elección final, yo creo, es lo que llamamos monismo neutral, que ha sido propuesto por figuras como Bertrand Russel, William James y Baruch Spinoza en la filosofía Occidental y varias posiciones Orientales no duales. El monismo neutral dice que hay una entidad subyacente común que hace que surja, por un lado la materia y por otro la mente. En nuestro modelo esa entidad subyacente que hace que surjan ambas es la geometría cuántica espacio tiempo. En las tradiciones Védicas podría llamarse Brahman, el fundamento subyacente del ser. Lo puede llamar como quiera – espíritu, cosmos, gravedad cuántica- lo que sea que posibilita que surja tanto la mente como la materia y subyace a toda la realidad.
EN: ¿Usted está diciendo que, basado en su modelo, la realidad podría ser vista como fundamentalmente espiritual?
SH: Primero que todo, déjeme decirle que Roger no relaciona su trabajo a la espiritualidad, pero yo personalmente no tengo nada que perder así es que pienso ¿por qué no? Escribí recientemente un blog acerca de este tema después de asistir a una conferencia sobre ateísmo. Llamé al post “Ser el zorrillo en una convención de Ateos” porque causé un gran hedor acerca de la espiritualidad ahí que no estuvo muy bien. Lo que dije básicamente es que yo no sigo una religión organizada y Richard Dawkins, Patricia Churchland y otros ateos estaban dándole duro a la religión. Pero yo dije que, basado en lo que sabemos de física cuántica y de la conciencia, tenemos que tomar en serio la posibilidad científica de la espiritualidad. Y al definir lo que entendía por espiritualidad mencioné tres cosas. La primera es la interconexión entre los seres vivos y el universo como un todo y dije que esto podía ser posible debido al fenómeno del entrelazamiento cuántico, que se refiere a la habilidad de dos partículas para estar íntimamente conectadas, más allá de sus limitaciones normales de espacio y tiempo. La segunda fue un cierto tipo de guía divina o sabiduría cósmica que influye en nuestras elecciones, lo cual podría deberse a los valores Platónicos incorporados en la geometría espacio tiempo fundamental. Y finalmente dije que había la posibilidad de que la conciencia permaneciera fuera del cuerpo o después de la muerte.
Hace unos diez años hubo dos estudios, provenientes de Europa, acerca de las experiencias de estar fuera del cuerpo o experiencias de muerte. Ambos estudios comprendían varios cientos de pacientes que tuvieron ataques cardíacos y me parece que encontraron que aproximadamente el diecisiete por ciento de los pacientes habían tenido uno de estos dos tipos de experiencia. La BBC hizo entonces un show llamado “El día que morí” en el cual les preguntaban a los investigadores que hicieron los estudios si podían explicar estas experiencias científicamente. Ellos respondieron: “No tenemos idea, ¿porqué no le pregunta a Penrose y Hameroff?, porque ellos tienen esta extraña cosa cuántica.” Roger, no quiso responder, pero yo dije: bueno bajo condiciones normales la conciencia está ocurriendo a nivel de la geometría espacio tiempo dentro y alrededor de los microtúbulos en el cerebro. Sin embargo, cuando la sangre y el oxígeno dejan de fluir y la coherencia cuántica en los microtúbulos del cerebro se detiene, la información cuántica que había, no se destruye. Continúa existiendo a escala Planco y puede filtrarse o dispersarse, pero permanece entrelazada en un cierto patrón, al menos temporalmente. Por lo tanto si un paciente es revivido, el patrón cuántico es regresado a los microtúbulos dentro del cerebro y el paciente reporta haber tenido una experiencia de muerte o de estar fuera de su cuerpo. Si un paciente muere realmente, entonces es concebible que la información cuántica pueda permanecer entrelazada en una suerte de estado de después de la vida y tal vez la información pueda regresarse a una nueva criatura, y un cigoto o embrión, en cuyo caso tendríamos algo como la reencarnación.
Ahora, no estoy ofreciendo ninguna prueba de que esto suceda, estoy solamente proveyendo un argumento plausible. Estoy diciendo que si es que ocurre, así es como podría ocurrir basado en nuestro modelo. Es científicamente plausible que, si la conciencia es un efecto cuántico ocurriendo en la geometría espaciotiempo cualquier patrón de conciencia no se va, porque la información cuántica no se va, sólo se reorganiza a sí misma dentro de la geometría espacio-tiempo.
EN: Veamos si tengo la esencia de su teoría. ¿Esencialmente usted está diciendo que, al menos algún nivel básico de conciencia está tejido en la trama del espacio-tiempo mismo y que es la actividad cuántica coherente entre los microtúbulos en nuestro cerebro la que permite amplificar o fortalecer la conciencia universal que ya está ahí?
SH: Si, o simplemente para tener acceso a ella o conectarse con ella, llegar a ser uno con ella. En nuestro modelo la conciencia es un proceso natural ocurriendo en la geometría espaciotiempo al nivel escala Planck. Y los microtúbulos en el cerebro humano han evolucionado hacia una configuración específica que permite que suceda este proceso de un modo que también implica cognición, computación e inteligencia.
Mucha gente piensa, como usted sabe, que la conciencia emergió sobre los eones como un subproducto de mutaciones azarosas y a la complejidad inherente de la selección natural, pero yo lo miro desde el otro lado. Pienso que un campo primario/básico de experiencia protoconsciente ha sido integrado desde el principio – desde el big bang – en la escala Planck y que la biología evolucionó y se adaptó con el fin de acceder a ese campo y maximizar la cualidades y potenciales implícitas en el. Por supuesto que poner la conciencia al nivel más fundamental del universo también tiene implicancias para la iluminación y la espiritualidad. Y yo diría, para especular un poco, que cuando alguien medita o se ilumina, se está moviendo más profundamente dentro del dominio cuántico. Pienso que cuando uno medita y alcanza la nada, o lo que la gente llama la nada en sus meditaciones, no es exactamente la nada. Creo que es en realidad, geometría espaciotiempo y uno está accediendo a la fuente de sabiduría iluminada golpeando suavemente dentro de ese campo primario. Uno se mueve más profundamente en la trama básica del universo y llega realmente a ser más conscientemente una parte de él.
De hecho la Kabbalah dice que tenemos este mundo de sabiduría y de luz y después tenemos el mundo de irritación y conflictos, y que la conciencia danza en el borde entre estos dos mundos.
Yo creo que eso es muy cercano a lo que está sucediendo, que la conciencia está danzando en el borde, o que es un proceso al borde, entre los mundos clásico y cuántico. Por lo tanto las prácticas espirituales como la meditación nos permiten sumergirnos y llegar a estar inmersos en ese mundo Platónico cuántico de sabiduría y luz, que es la base de todas las cosas, materiales y mentales. Usted podría incluso llamarlo Dios si quisiera.
Y eso es por qué creo que si la hipótesis de la conciencia cuántica es demostrada, dará crédito a la dimensión espiritual de la vida. Socavará a los materialistas. Pienso que le dará mucha esperanza a la gente.
http://mundonext.com/una-exploracion-de-la-conciencia-cuantica/