Hace pocos siglos atrás se creía fervientemente que nuestro mundo, la Tierra, era plano y con límites bien definidos, así, en función del retrogrado antropocentrismo con el cual el hombre suele cartografiar la realidad, se creía que el límite de nuestro mundo Terrestre se encontraba justo donde se alcanzaban a vislumbrar los barcos en el mar; y más allá de tal umbral perceptivo se concebía solo la existencia de un “vacío” en el cual se perdían estos barcos al caer.
No obstante en la actualidad comprendemos cabalmente que este mundo Terrestre es mucho más complejo, de lo que la simple percepción humana puede vislumbrar a priori, y de hecho, hoy hasta un niño sabe que un barco podría estar permanentemente circunnavegando el planeta, gracias a lo esférica de su morfología que expone una superficie continua.
Si bien el modelo teórico de la Tierra plana que se concebía antaño, nos resulta hoy en día sencillamente ridículo, pues no debemos admirarnos demasiado porque la historia suele repetirse, y así es como el hombre ha vuelto a tropezar nuevamente con la misma piedra; ya que en estos momentos aún persiste socialmente la creencia de que nuestro mundo, el Universo, es plano y con límites bien definidos; de este modo en función del retrogrado antropocentrismo con el cual el hombre suele cartografiar la realidad, se cree por muchos que el límite de nuestro Universo se encuentra justo donde se alcanzan a vislumbrar los conglomerados galácticos en el macrocosmos; y más allá de tal umbral perceptivo se concibe solo la existencia de un “vacío” en el cual se pierden estos conglomerados. A su vez se cree por muchos que el límite de nuestro Universo, se encuentra justo donde se alcanzan a vislumbrar ciertas partículas subatómicas en el microcosmos; y más allá de tal umbral perceptivo se concibe solo la existencia de un “vacío de información y/o energía” en el cual se pierden estas partículas.
A lo largo de la historia hemos sido una y otra vez fieles testigos, de cuan absurdas terminan siendo con el tiempo todas aquellas teorías, que dibujan arbitrariamente límites finitos en la extensión macrocosmos-microcosmos del Universo; así conforme mejora nuestra capacidad tecnológica para observar la magnitud del cosmos, pareciera que este nos grita cada vez con más fuerza que abandonemos aquel funesto camino, donde vertiginosamente nacen y mueren teorías antojadizas que cercenan la naturaleza. A la vez se hace proporcionalmente más y más evidente la invitación que se nos hace, a sumergirnos de una vez por todas en una concepción del Universo mucho más rigurosa y trascendental, donde el infinito es protagonista.
La concepción del Universo como un acontecimiento infinito, se acoge dentro de un prolífico paradigma científico, que concibe la naturaleza como un gran fractal de magnitud infinita. De esta manera, gracias a los sorprendentes descubrimientos que se han desarrollado durante los últimos tiempos, el modelo fractal del cosmos ha ganado progresivamente mayor validez científica, y producto de todo ello, en la actualidad los hechos exigen que la ciencia afine su sintonía con esta relevante cosmovisión, ya que solo así se lograra obtener una imagen más nítida de la realidad, en la cual se pueda visualizar el verdadero paisaje unitario que componen, todos los complejos fenómenos que tienen lugar en el Universo.
Esta obra concibe su existencia en el seno del enérgico llamado que hacen los tiempos actuales, por crear una plataforma científica que pueda servir como cimiento, para el buen asentamiento de la cosmovisión de un Universo fractal de magnitud infinita; producto de lo cual esta obra constituye en definitiva un texto científico, que expone de la manera más elocuente, sencilla, y concisa posible, un consistente modelo del cosmos que se define específicamente como Teoría de la Cosmofractalidad.
De esta manera el Modelo de la Cosmofractalidad concibe el Universo como un gran fractal infinito, y pone de manifiesto toda la trama de comportamientos fundamentales que surgen dentro de una estructura cósmica, que se itera infinitamente hacia el macrocosmos y hacia el microcosmos. Conjuntamente, este modelo fractal del cosmos operacionaliza la información significativa, y brinda como resultado de ello una contundente red conceptual, en la cual se integra una vasta gama de: fenómenos naturales, sucesos matemáticos, experimentos científicos, y leyes físicas.
Finalmente esta obra extiende su invitación a ser leída tanto por la persona instruida científicamente, como por aquella persona poco instruida, y advierte de ante mano que si existe un fenómeno estremecedor, que pueda provocar simultáneamente maravillación y terror, ese fenómeno sin duda es el infinito; producto de lo cual toda persona que decida viajar a lo largo de estas páginas, debe hacerlo con la disposición de una mente abierta, y la rectitud de un criterio centrado y objetivo, ya que la información proporcionada por este texto se centra exclusivamente en el avasallador fenómeno del infinito.
Si se cumple con los parámetros básicos de objetividad y racionalidad, que demanda la óptima comprensión de todo texto de índole científica, es bastante probable que al finalizar esta obra, el buen lector pueda llegar a replantear sus conocimientos prestablecidos sobre la realidad, y con ello retomar su vida con una mirada completamente renovada del majestuoso mundo en el cual existe.
Prologo de Fractáfisis
Autor: Daniel Antianka
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