¿Vivir en pareja es un reto?... Si!
Es un reto a nuestra capacidad de amar, a nuestra responsabilidad con ese otro u otra y a nuestra posibilidad de comprometernos afectivamente.
Es un reto, porque vamos a compartir con la persona amada, costumbres diferentes y situaciones novedosas que exigen adaptaciones y cambios.
En este sentido, es importante resaltar que cada miembro de la pareja viene con su maleta cargada de su historia personal y familiar, además de un montón de experiencias de vida que pueden favorecer o afectar la relación que ambos intentan construir.
Por lo que el estar dispuestos a aceptarse mutuamente y respetar las costumbres y creencias del otro, es en sí un gran reto.
Como personas tenemos cualidades y defectos, que se hacen evidentes en nuestra relación de pareja. Por eso aceptar al otro significa crecer, madurar y tomar decisiones como pareja... ello evita disgustos y peleas.
Esa persona es alguien a quien se ama y respeta, por lo que los golpes, humillaciones e insultos no deben ocurrir no tolerarse.
Aceptar también es respetar la familia del otro y aunque en ocasiones se les puede pedir consejo, empero, la responsabilidad de tomar decisiones le compete a la pareja.
Si decidimos hacer vida en común es importante estar con la persona amada el mayor tiempo posible y llegar un día cualquiera con unas flores, una invitación no esperada o decirle unas palabras cariñosas... son detalles que consolidan el vínculo ya que se rompe con la rutina, entretanto, cualquier oportunidad es buena para expresarle a la otra persona nuestro amor.
Compartir es también repartirse las responsabilidades del trabajo en la calle y casa. Valorar lo que hace cada quien y conversar para llegar a acuerdos es necesario.
Evitar que uno de los dos haga las tareas y quehaceres mientras que el otro descansa o se divierte, facilita los conflictos que dañan la relación.
Siempre conviene dar lo mejor de nosotros mismos, aportar esfuerzos en común para que ninguno de los dos sienta que lleva el mayor peso de la relación.
Por último, vivir situaciones y momentos de alegría, de placer, de intimidad, hace más grata la vida en común y nutre el amor para que perdure en el tiempo.
Franca Trezza