Por mucho que ames a tu pareja si llevas años con ella, cuesta un poco más excitarse no es que no te parezca atractivo es que te has acostumbrado a él. Nuestra relación sexual es como una hoguera si falta una buena mecha por muy buena madera que haya no vas a tener un buen fuego. Y como tu pareja conoce mejor que nadie tus rinconcitos secretos una vez “encendida” el fuego puede ser maravilloso.
Tanto los juegos sexuales como los juguetes, ayudan con los “preliminares” aumentando la atracción y excitación a nuestra pareja.
Los juegos sexuales pueden llegar hasta donde nos lleve nuestra imaginación y los juguetes sexuales son una gran ayuda para explorar formas de placer nuevas. Sin olvidarnos nunca del “factor sorpresa” encargado de romper el cáncer de muchas parejas “la monotonía”.
Los cambios de rol, son ideales para atreverte a hacer con tu pareja eso que “tú” señorita bien nunca te permitirías y que seguro tu chico tantas veces fantasea.
Disfrázate de colegiala, enfermera secretaria o profesora de internado que castiga al estudiante “malos” da la opción a tu pareja de reinventarse. Si él siempre quiere dominar ahora dominas tú y él es un alumno mal portado o un ladrón ponle las esposas de juguetes y practica la sumisión. Debo confesar que algunas son tan bonitas que la llevarían para sujetar mi bolso.
La regla de oro es que todos los juegos sean consentidos por ambos, si les cuesta meterse en el papel la literatura erótica incluso los comics tipo Milo Manara son una gran fuente de inspiración.
Los clásicos siguen funcionando, como hacer un striptease o echar mano de los juegos de mesa en su versión sexual (strip-poker, verdad o reto, dados y demás). Aquí la clave es tomarse el tiempo, poco a poco, no vayan al grano por mucho que les apetezca déjense desear lo máximo.
Los juegos sexuales gourmets, chocolate derretido, fresas, a lo nueve semanas y media conjugando texturas con temperaturas con sabores producen un fin de sensaciones. Los aceites eróticos, (variados en sabores y en olores , incluso algunos con efecto calor o frío), son imprescindibles sobre todo acompañado de un buen masaje. Vendarse los ojos hace centrarnos en sensaciones que despreciamos con los ojos abiertos. Con los ojos vendados focalizarás tu atención en olores, sabores, caricias, susurros de la pareja… algunos susurros son altamente estimulantes. Hacer lo contrario y maximizar los estímulos visuales rodeándose de espejos donde se observan mutuamente, puede aumentar también muchísimo la excitación.
Todas las zonas erógenas, no solo los genitales, agradecen mucho los vibradores. Prueben distintas intensidades y texturas, vayan juntos a comprarlos. Hay hombres que simplemente disfrutan viéndote jugar con tus juguetes. Pregúntale a tu pareja con cual le gustaría jugar y si le gustaría usar a él un vibrador también. Ambos pueden descubrir zonas de placer que antes desconocían, no te centres en las zonas obvias, pasa el vibrador por el perineo, por los genitales, entrepierna explorando nuevos puntos de placer mientras intercambias miradas furtivas.
Siempre con higiene, consentimiento, imaginación, disfruta, juega con tu pareja todo el año.
Y recuerda que no hay mejor juguete que tu imaginación y nuestro cerebro es el mejor órgano sexual.
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