La infancia marca la vida de una persona ya que es en esta primera etapa de la vida, cuando el niño construye una imagen de sí mismo a través del amor que recibe de su entorno. Una infancia llena de amor y estabilidad es el mejor método para tener una buena higiene mental en la etapa adulta. No hay que caer en el dramatismo ya que aunque existen conflictos que pueden arrastrarse durante años desde la infancia, siempre es posible buscar una solución para empezar a mejorar. ¿Cómo lograrlo?
No pospongas el problema más tiempo
Cuando una persona ha pospuesto durante mucho tiempo un problema, cree que no pasa nada por hacerlo durante más tiempo. Este es el primer error. Cuanto antes tomes la iniciativa de plantar cara al problema y pedir ayuda mejor. El verdadero cambio surge a través de la toma de conciencia de una situación concreta.
Separa el presente y el pasado
Recuerda que tú ya no eres la misma persona de entonces, ni las circunstancias que te rodean son las mismas. Por mucho que te afecte un tema de tu pasado tienes que mantener la objetividad: has cambiado mucho desde entonces, ahora eres más autónomo y capaz de afrontar situaciones que en la niñez te desbordaban.
Tampoco busques explicación de tu vida presente en tu pasado porque la vida no siempre tiene una sucesión lineal a modo de causa y efecto.
Ama a aquel niño
Aquel niño que fuiste queda reflejado de una forma emocional en el niño interior que hay en ti a día de hoy y que se refleja a través de la risa, el sentido del humor y las ilusiones. Ama a ese niño indefenso que está dentro de ti para darle fuerza. Es importante que tu yo presente y aquel niño del pasado se den un abrazo.
Puedes hacer el ejercicio de escribir una carta a ese niño imaginario: ¿Qué le dirías?
http://psicoblog.com/como-superar-los-conflictos-arrastrados-desde-la-infancia/