Si hay revolución interior, caen los mandatos y llega la desorientación. No hay que asustarse, sólo tomar el poder del corazón.
Salir del círculo, salir del circo de la repetición, salir de la cárcel de los pensamientos, es salir al mundo. Y Salir de este neuropsiquiátrico no será tan fácil, habrá miles de internos que no se explicarán el por qué de este intento de huida.
Dejar atrás el limitado mapa de la razón es abrirse a un sinfín de caminos, es abrir las puertas del corazón, es entregarse a la revolución interior.
Sentirse infeliz con la pareja, no hacer pareja, estudiar o dedicarse a una carrera que disgusta, pasarla mal en el trabajo, tener amigos que restan en vez de sumar, son algunos de los síntomas que piden a gritos un profundo cambio.
El proceso de transformación se las tendrá que ver, antes que nada, con pensamientos que se resistirán. La fuerza de los mandatos y situaciones del pasado no resueltas se harán presentes en el presente. Si desde chico me dijeron que no soy creativo, cómo hago ahora para comenzar mi carrera de artista plástico? Si me enseñaron a relacionar el trabajo con el sufrimiento, cómo hago ahora para optar por hacer un negocio que me resulta fácil y placentero? Creer y confiar en el sentir, en el corazón, hará al menos que comiencen a borrarse estos límites y llegue la desorientación.
Cada cual ve, piensa y actúa la vida de acuerdo a sus fantasías y traumas no superados. Es decir que, si afectivamente alguien tiene 5 años, se vinculará como un niño en sus relaciones de parejas, amigos, familiares, trabajo y con el mundo.
La manera más efectiva de no quedar atrapado en esa edad, de abrir la puerta del crecimiento, del sentirse bien, será limpiar la mente de historias individuales, familiares y sociales que condicionan y dificultan el vivir.
La sanación pasará por hacer consciente lo inconsciente, por soltar el dolor y largarlo. Tomar el poder del corazón y dejar caer los mandatos que habitan en los pensamientos conducirá a una salida, a una verdadera salida.
http://www.animalespiritual.com/no-hay-salida-sin-revolucion-interior/