El duelo es una reacción adaptativa esperable ante la muerte de aquellas personas importantes para nosotros, es un acontecimiento vital que encierra una gama de sentimientos y pensamientos que requieren de tiempo para ser superados.
Se podría hablar de distintas fases del duelo. En la primera etapa la persona puede quedarse aturdida emocionalmente, reaccionando de manera violenta o con extraña calma, la muerte no parece real aún, una parte de la persona tiende a negar lo ocurrido.
Luego podrá tomar lugar un profundo desasosiego, impotencia, ansiedad. Pueden surgir deseos de encontrarse con la persona fallecida, tener la oportunidad de hablar lo no dicho, incluso el sujeto puede creer ver o escuchar a quien ya no está vivo. Pueden surgir sentimientos intensos de culpa, ya sea relacionada con el hecho de la muerte en sí o con actitudes que se mantuvieron en vida con la persona que han perdido. También surge mucha ira que se enfoca en las personas que no hicieron lo suficiente, ya sea no estando presentes o no mostrando demasiada compasión en ese momento. Suele suceder que este profundo enojo también puede ser dirigido hacia quien falleció por el hecho de haberlos abandonado.
La depresión por la pérdida tiene su pico más alto alrededor de las cuatro o seis semanas luego de la muerte. Poco a poco el dolor comienza a apaciguarse hasta que la persona se siente preparada para retomar su vida.
¿Cómo lidiar con el proceso de duelo?
El apoyo de familiares y amigos puede resultar de gran ayuda, hay que tener paciencia y no se trata de decir las palabras correctas, sino simplemente de compartir momentos juntos o intentado alivianar las cargas de la rutina de la persona que está atravesando por este proceso.
La persona por su parte, puede realizar una serie de actividades que podrán permitirle expresar su dolor y asimilar la situación trágica que le ha tocado vivir. Una de estas estrategias es utilizar recursos artísticos como la escritura, quizás pueda concentrarse en poner por escrito todas esas cosas que quiso decir a su ser querido y no tuvo la oportunidad o el valor. También el dibujo puede convertirse en una excelente vía de expresión de nuestras emociones.
Nuestras mascotas pueden oficiar el rol de una muy buena compañía. También pensemos en todos los grupos de auto ayuda que pueden encontrarse en internet, donde se podrá tener la oportunidad de compartir pensamientos y sentimientos con aquellos que están viviendo un proceso similar.
También se puede contar con la ayuda de un profesional que nos escuche y contenga mientras naturalmente se va elaborando la pérdida. Una vez asimilado lo ocurrido debemos vivir nuestra vida de la manera más plena posible para lo cual es recomendable realizar actividades agradables, distraernos, aprender a disfrutar lo que todavía nos queda por experimentar.
El proceso de duelo es variable en cuanto a su duración en cada sujeto, lo esperado apróximadamente es de seis meses a dos años, cuando el tiempo del duelo excede lo esperado debemos prestar mucha atención porque podríamos estar experimentando un duelo patológico. El mismo se caracteriza porque el individuo puede sentirse completamente desamparado ante la falta de la persona querida, pueden inundarlo los pensamientos obsesivos en cuanto a la muerte, existe una presencia frecuente de alucinaciones con respecto a la persona fallecida, y la persona se verá tentada a continuar con la negación de la realidad hasta el punto de casi creer que quien se ha ido aún está aquí.
Tarde o temprano todos nos enfrentamos con la muerte, es inevitable. Pero incluso esta experiencia tan devastadora puede servirnos de guía para entender que nuestro paso por la tierra es efímero y por lo tanto cada día que tenemos es una oportunidad. Una oportunidad para cumplir nuestros sueños, para aprender, para divertirnos, para ayudar, para curiosear, para sentir y sobre todo para vivir. A veces damos por sentado el regalo más hermoso de todos, nuestra propia vida como si nada importara y sin embargo, lo es todo. No permitas que la desgracia toque a tu puerta para darte cuenta de lo afortunado que eres, comienza a disfrutar del ahora aunque no sea perfecto, nada es perfecto, pero eso no quiere decir que no tenga el potencial para convertirse en algo hermoso. La decisión, al final de cuentas, está en tus manos.
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