javi CREADOR
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| Tema: LA BUSQUEDA Miér Oct 03 2012, 10:49 | |
| Hay un peligro cuando uno se plantea la Búsqueda, y es buscar tener razón en vez de buscar la verdad. “Nada perturba con mayor eficacia la integridad de un hombre, ni arruina con más solvencia su alma, que la pasividad y la satisfacción apresurada. Un hombre que cree haber alcanzado su objetivo, se ha perdido de vista”. (Basilio Baltasar) “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.” (Neruda) “Una búsqueda comienza siempre con la suerte del principiante y termina siempre con la prueba del conquistador. “ (Paulo Coelho) “La verdadera búsqueda de todas las personas es Dios. Pueden pensar que buscan otras cosas, pero a la larga deben admitir que es Dios a quien buscan.” (Charles Fillmore) Cada paso que da un buscador, sea cual sea la dirección, es un paso hacia Dios. La Búsqueda personal es un acto tan grandioso, tan admirable, que se merece las letras mayúsculas. Llevas mucho tiempo sintiendo algo dentro de ti que te sugiere que deberías cambiar, que no quieres seguir así… quieres encontrarte con otro que no es el que eres ahora. No sabes quién es, ni cómo, pero lo intuyes. Una inquietud indescriptible te lo confirma. Es la voz del Ser interior quien reclama tu atención, y lo hace manifestándose en forma de insatisfacción o intranquilidad. Hay algo más, tiene que ser otra cosa… No las oyes con claridad, pero sabes que dentro de ti se hacen preguntas… se plantea la posibilidad de otra forma de vivir. Buscas, pero no sabes qué, no sabes cómo, no sabes dónde. Desalentador. Otra gente acepta ser como es y sufrir las consecuencias. Tú, no. No tienes que hacer lo que haga todo el mundo: vas a emprender el solitario camino de averiguar primero quién eres, y después ya decidirás. La Búsqueda es personal e intransferible. Sí es compartible y comunicable, tanto el proceso como las inquietudes que van surgiendo. Pero es importante que sepas qué estás haciendo: ¡¡te estás buscando!! Pero, atención, no te equivoques de objetivo, porque sitios donde buscarte hay muchos. Donde encontrarte, menos. Puedes buscar en los libros, por ejemplo. Pero no olvides preguntarte ¿busco conocimientos para elaborar suposiciones, la pobre sabiduría del que sólo sabe repetir frases profundas o célebres, biografías difícilmente repetibles, o me estoy buscando? Buscarte en cursos: ¿busco conocimientos o me estoy buscando? Buscarte en charlas: ¿busco nuevas teorías o me estoy buscando? Ten clara siempre la respuesta a esas preguntas. No pierdas la vida ni el rumbo. No malgastes el escaso tiempo, ni te distraigas con el cebo de las cosas fáciles. Haz lo que tu intuición te indique, o lo que te sugiera alguna persona que te merezca toda la confianza, porque hay muchos caminos para llegar al mismo sitio, y cada persona se siente más cómoda en uno de ellos. Lo que te voy a sugerir es que el comienzo sea conocerte tal y como eres, del modo más honrado y sincero, de la forma más inquisitiva posible, a través de la psicología, de la auto-observación, del conocimiento del origen de tu forma de actuar y de pensar, con procesos de autorealización, o a través del Análisis Transaccional. Una tendencia común es la de buscarse en el mundo de la espiritualidad. Ten cuidado y no te busques en la espiritualidad simplemente porque parezca más bonito y más elevado. Búscate donde estés, y cuando te encuentres, si quieres, llévate a la espiritualidad. Y métete en todo lo que quieras, en cualquier cosa que te pueda dar una pista de cómo llegar a ti. Evita las sectas extrañas, los maestrillos, los Gurús que te piden mucho a cambio de nada, quien te exija que seas un adepto incondicional, quien te diga lo que tienes que pensar, quien te deje la más leve inquietud o duda, quien te ofrezca lo imposible, los panfletos llenos de palabras y vacíos de contenido… cree en tu intuición, en las personas modestas que no alardean de que saben, en quien te ofrezca trabajo y esfuerzo para realizar el Ccamino, en quien pretenda alumbrarte en vez de deslumbrarte, en quien veas un corazón sincero y unos ojos que te confirme que realmente él sí ha llegado a la auto-realización. En la Búsqueda vas a encontrar muchas cosas de ti que no te van a gustar nada, y querrás renegar de ellas, o no las vas a querer aceptar; son cosas que han permanecido mucho tiempo cubiertas, y a veces desearás que hubieran seguido así, pero negar las cosas no las elimina ni las cambia. A pesar de que las primeras cosas que encuentres en tu Búsqueda no te gusten, sigue. Sigue adelante y hasta el fondo. Nunca mantengas una relación de rivalidad con lo que vaya apareciendo: no a las zancadillas, no al auto-castigo, no a las ideas de que tiene que ser luchando, no a las metas fáciles o rápidas… Repite continuamente: no sé cuánto voy a tardar en llegar, pero voy a hacerlo. ¡Seguro que tiene que haber algo bueno¡ La Búsqueda es el motivo primordial, el objetivo, no puede ser simple curiosidad. Busca. Si no buscas, no encontrarás. El fin de la Búsqueda no es otro que llegar a llevarse bien con Uno Mismo. No conflictos, sí paz. DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL Desde que se tienen noticias escritas de la Humanidad, y aún mucho antes cuando las cosas eran transmitidas oralmente, se sabe que los seres humanos siempre han estado en la Búsqueda. Buscar buscándose. Según el tiempo, y la religión o la doctrina, se ha llamado de un modo concreto, o se ha cambiado la palabra de llamar a lo mismo, pero todos buscaban: el gurú hindú, el roshi zen, el sabio taoísta, el rabino judío, el monje cristiano, el místico sufí… han buscado los grandes maestros, los filósofos, los ciudadanos cultos y los menos ilustrados… Unos decían estar buscando a su Dios o su Guía, otros decían buscarse a sí mismos, otros decían buscar la paz, o la trascendencia, o la iluminación, o su alma… Yo creo que todos buscamos lo mismo: nos buscamos a nosotros mismos, a quien intuimos que somos pero no estamos siendo, y buscamos la paz. Una paz que contiene mucho más de lo que cabe en la palabra. Es el estado que se alcanza cuando se tiene la conciencia en armonía, una tranquilidad interior difícil de alterar, un estado de acuerdo consigo mismo, conformidad con la situación que a uno le ha correspondido, una amistad inquebrantable con las partes rebeldes de cada uno, el amor actualizado, la generosidad rebosante, y unos ojos de ver en calma las cosas, sin que se alteren por los pequeños conflictos cotidianos. Y a Dios. Uno busca a Dios porque le necesita. Porque uno sabe que es Dios, pero como no se atreve a reconocerlo abiertamente, le deja ese puesto a Otro y es a ese Otro a quien busca para integrarlo dentro de sí, para ser consciente de la unificación del espíritu y la materia, del alma y el cuerpo, de lo divino y lo humano. La reconciliación buscada tan afanosamente se presenta al reconciliar los opuestos y los dispersos, los desconocidos y los enemigos, los que plantean dudas y los que ya lo saben todo. Uno se siente en esa paz que ha buscado cuando nota que desaparecen los boicots internos, cuando las cosas que antes le alteraban adquieren ahora distancia y pierden toda su parte desequilibradora y agresiva, cuando es capaz de mirarse serenamente al espejo, se siente tranquilo, inalterado; sabe muchas cosas, pero sabe que eso no es importante porque va dejando de prestar atención a la vivencia cotidiana, ya que uno se sorprende con visiones nuevas y propias de las cosas. La capacidad de comprender se engrandece, y la capacidad de ver a los otros humanos adquiere una nueva dimensión porque se les ve de otro modo distinto, como si fueran más cercanos, más íntimos, más uno mismo. Si se presta atención, siente una tranquilidad interior inusual, muy agradable, y se sorprende de la falta de los conflictos que casi siempre le han tenido como en son de guerra. Se siente la paz, y uno se da cuenta de que ya no quiere otra cosa. Esto es todo. Seguir así, dejándose llenar de las cosas que van apareciendo poco a poco. Encontrando una mente de aguas mansas que es capaz de pensar con su propio corazón; escuchándose en su sabiduría, en vez de entrometerse, y de enredarse con sus razonamientos. SOLUCIONES Y SUGERENCIAS Hay muchos modos de iniciar un proceso de Búsqueda: preguntas y hacerse esperar inocentemente las respuestas, hacer preguntas a alguien que nos lleve delantera en esto mismo, leer libros de auto-ayuda o que lleven la palabra despertar u otras similares en el título, interesarse en la filosofía de algunas disciplinas orientales, a través de la pura psicología, por la observación… y muchos más. Yo recomiendo, como primer paso, la voluntad y el deseo, la atención, la observación, y estar despierto. Muy atento y despierto. RESUMIENDO Este también es un proceso inevitable por el que hay que pasar. Es enriquecedor porque el premio es Uno Mismo. Lo que se encuentra, si se busca bien y se llega hasta el fondo, es una maravilla. Porque todos somos maravillas en esencia. Porque Dios hizo bien a cada uno de sus hijos, y en los ingredientes aparecen la bondad, la humanidad, la belleza del alma… y la divinidad
“Déjate encontrar por Dios”. (Juana Marín)
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