Los espíritus de la naturaleza son en sí un orden angélico, pero están literalmente en una longitud de onda diferente de la de nuestros acompañantes espirituales. Son los patrones imperantes que controlan todo lo viviente: lo que crece, las cocechas y los jardines, selvas y lagos, peces, aves y animales. vemos su sombra en configuraciones tales como las bandadas de pájaros, los cardúmenes de peces, así como en el trazo inigualable y delicado de una simple hoja.
Los devas de la naturaleza co-crean y nutren el ambiente físico, cosa que hacen con independencia de los esfuerzos humanos. Aunque en lugares como Findhorn, Escocia, o Perelanda, Virginia, se puede ver y apreciar el enorme beneficio mutuo de una colaboración conciente entre humanos y espíritus de la naturaleza. De todos los seres angélicos, los espíritus de la naturaleza son los más afines a nuestra realidad humana. Son un reino que merece gran respeto, pues ha sido el más afectado por nuestras locuras ambientales. Sin embargo, continúan sirviendo de buen grado. Abrirnos ahora a ellos es muy importante, pues poseen mucha información vitalmente necesaria en esta época de transformación planetaria.